CAPÍTULO XII

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Todo lo habían preparado, de manera que cuando Manuel le dijo que partirían ese mismo día hacia Damasco no le sorprendió tanto, el recorrido lo hicieron en el anonimato protegidos por el Ejército Libre de Siria que los estaba acompañando en el jeep y en otros dos más. Hace mucho tiempo Rebecca había entendido que lo que vivía allí no tenía nada que ver con Irak, aquí la insurgencia tenía el control de la mayoría del territorio y a decir verdad los periodistas para el gobierno de Al-Assad eran menos que nada, entonces tampoco cambiaría mucho su situación de no ser así.

Pese a todos los controles que habían pasado del EI, Rebecca se sentía tranquila, tenían un objetivo y estaba segura que lo conseguirían, miró por la ventana todo lo que vio fue caminos desérticos, ya le resultaba habitual ver banderas negras con el símbolo del EI, no era como el primer día que se había quedado un poco atónita al ver el panorama.

Cuando llegaron a Damasco les pidieron que se cubrieran los ojos con unos pañuelos que ellos les suministraron, no podía ser de otra manera, el lugar al que iban era secreto. El auto siguió en movimiento, contó hasta 700 antes de que se detuviera, luego la hicieron bajar, siguió contando cuántos pasos caminaba hasta el sitio en el que finalmente se detendrían, le hicieron hacer varios giros hasta que pararon y le dijeron que podía quitarse la venda, ella haló el pañuelo negro y miró la habitación, estaba sucia y casi sin iluminación, pero esas eran nimiedades.

Notó que Manuel estaba a su lado y le sonrió, él empezó a sacar la grabadora, ya lo había acordado previamente, pero los hombres corroboraron que no tuvieran ningún tipo de arma, incluso la habían desbaratado buscando posibles rastreadores, se habían puesto un poco reticentes ante su gran teléfono, pero ella les explicó que esa cosa ni siquiera tenía cobertura a no ser que ella activara la antena, de manera que simplemente la partieron.

Esperaron cerca de hora y media hasta que finalmente el hombre se presentó, ambos lo saludaron y le dieron sus nombres, los verdaderos, no los que llevaban utilizando todo ese tiempo, era cuestión de dar confianza a cambio de confianza, normas básicas en su trabajo, una vez establecido el rapport empezaron con la entrevista, fue Manuel quien empezó:

-¿Cuál fue el objetivo que perseguía al formar el ELS?- Le habló en inglés.

-Nosotros teníamos ideales, inicialmente, como todo revolucionario romántico, se buscaba frenar las injusticias, pero esos ideales se fueron pervirtiendo.

-¿Por qué cree que los ideales se pervirtieron? - Expresó Rebecca usando el mismo término al cual había aludido el hombre, éste la miró muy serio.

-Porque es así, cada quien ha empezado a trabajar bajo sus propios intereses y lo peor del cuento es que afirman que lo hacen por Siria.

-¿Fue eso lo que lo llevó a renunciar también a su cargo en el ELS? -Él asintió.

-Ya no perseguíamos el mismo objetivo y al igual que hice antes dejando mi cargo como militar lo hice aquí.

-¿Cuál era ese objetivo? -Intervino Manuel.

-El mío desde luego el derrocamiento de Al- Assad y con éste la caída de tanta imposición.

-¿Y el de ellos?

-Ellos buscaban financiación y que el ELS creciera y con ello ganar terreno en la política. Pero no tuvieron en cuenta que esas divisiones hacían que el movimiento se debilitara todo por cuenta de repartirse cargos en el poder.

-Habla usted de ideologías religiosas- Planteó Rebecca y Manuel frunció el ceño.

-Rebecca eso no tiene nada que ver- espetó Manuel cortante.

EL OCTAVO MANDAMIENTO [TERMINADO] #Libro2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora