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Para mi miguisss:

YamamotoxTsuna (8027)

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Si algo sabía era que no se arrepentiría de lo que estaba haciendo en ese momento.

Caminaba lentamente a el con su Yukata color crema con detalles de Sakura en los bordes de las mangas, su cabello castaños estaba igual, desafiando a la gravedad, y sus ojos color miel le miraban con tanto amor casi irreal.

-No estoy soñando verdad.

-No, esto es real.... Takeshi.

Su dulce voz retumbaba en sus oídos

-¿Como me logré enamorar de ti?

Dijo una vez que lo tenia agarrado de la cintura, más el otro lo tomó del cuello tratando de alcanzar su altura, ni de puntitas le lograba llegar a los labios.

-Fue un accidente, un bello accidente.

Recuerdos de "ese" accidente llegaron a su mente, y porque no, mejor recordar ese bello momento.

Corría lo más rápido que podía, las calles eran tan confusas, pero que hacía corriendo no reco... a sí, como segundo hijo de la Yakuza mas peligrosa de todo Namimori era perseguido por hombres de los enemigos de su Papá.

Él no quería ser el siguiente jefe

Solo quería ser jugador de Béisbol

Por él que su hermano la heredará, aunque el otro quería ser jefe de policía pero se veía a leguas que también le interesaba Liderar a los Yakuza.

Corrió por muchos minutos hasta que al subir al tejado de una casa cercana a la barda, los perdió de vista y ellos a él.

Suspiro.

Su vista vagó por el sitio, sin duda un lugar tranquilo, la casa en la que estaba era de dos plantas y simple, tenía un jardín muy bonito

-¡Tsunii!, ¡Juguemos a los asesinos!.

Un niño con un trajecito de vaca y unos cuernos en su afro cabello salió directo al jardín con un arma en manos, era de juguete ¿No?.

-Lambo, cuantas veces te he dicho que juegues a otra cosa menos a los asesinos, Mafiosos o al Hitman, y más si agarras las cosas de Papá.

Una voz dulce y cariñosa regaño al bebé frente a el, pero al parecer esa voz no pretendía salir.

-No Tsunii!

El niño le apuntó con el arma color verde que se le hacia extrañamente familiar.

-Baja el arma o me veré obligado a decírselo a Mamma.

Tan pronto como mencionó a su Mamá el pequeño la bajo y se puso a temblar.

-No lo harías verdad??

-Me retas?

Sin más el niño entro y no le dio permiso de ver quien era el que había hablado, en ningún momento lo vio pero podía decir que su voz lo enamoró desde que lo escuchó.

Los días pasaron rápido y en ningún momento se sacó esa voz de sus pensamientos.

Salió de la tienda de Sushi de su Papá, quien tenia la tienda para aparentar ante la policía.

Cosas de un DameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora