Capítulo 8 "Laia"

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En cuanto la vi no pude evitar sonreír, supongo que me vería ridículo, pero no me pasó eso por la cabeza en ningún momento. Me sentía embelesado con su belleza, su forma de retirar un mechón de cabello de su cara, su sonrisa y su forma de hablar. Creo que estuvimos hablando por unas dos horas sobre todo tema, mi colegio antes de todo el tema de los drekons, el entrenamiento, nuestros ex's e incluso nuestras peores vergüenzas mas íntimas, lo cual fue un alivio, ya que nunca había tenido alguien a quien confiarle todo esto. Eventualmente tuvimos que tomar el temo por el cual era nuestra reunión en un principio.

-El ejército que mencionaste antes, lo viste en uno de tus sueños ¿Cierto?

-Sí - contesté - Me lo mostró Zus.

-Entonces es verdad - se levantó de la silla en la que estaba, con las manos en la cabeza.

-Disculpa mi ignorancia - Bromeé - Pero, ¿Qué es verdad?

Volteo a verme a los ojos y lo soltó así como así - Tú eres el elegido. En ese momento mi mente se desconectó de mi cuerpo, recordando lo que había pasado en las últimas horas, en la cara de asombro de John cuando observó que manejaba perfectamente los 4 elementos, la expresión de Andrea cuando escuchó mi nombre por primera vez. Ellos sabían desde un principio lo que el ignoró toda su vida. 

- Y es por eso que necesitamos tu ayuda - concluyó Andrea cuando regresé de mis pensamientos, yo me limite a asentir, aunque no escuché ni una sola palabra de lo que dijo.

Andrea salió de mi cabaña y me dejó a solas con mis pensamientos. el entrenamiento había sido algo pesado, todo lo que sentí como si no hubiera sido nada me rindió cuenta el día siguiente, me dolía todo el cuerpo, no había estado tan envarado desde una clase prueba de crossfit que tomó en el colegio.

Cuando acabé de tomar una larga y relajante ducha, alguien llamo a la puerta - Voy - grité en lo que caminaba hacia la puerta mientras me ponía una playera negra, al abrir vi el amigable rostro de John , avisándome que ya era hora del desayuno. Salí detrás de él hacia el comedor, ese día desayune un omelette y un vaso de leche. Una vez terminado el desayuno John me llevó al gimnasio de nuevo.

-Supongo que terminaste agotado con el entrenamiento de ayer - dijo mientras soltaba una carcajada.

-Supones bien - Reí también.

- Esperemos que estés listo para hoy, vamos aplicar lo que aprendiste ayer sobre el elemento tierra. Vas a convertirte en un lobo, y vamos a probar tu velocidad y resistencia en los campos de la isla.

- Entonces, ¿Porque entramos al gimnasio?

-Para calentar, dame 5 vueltas a la pista.

Terminando el calentamiento salimos del gimnasio hacia la puerta del campamento, por donde entre el día que me perseguían los arqueros que defendían la isla, giramos a la derecha y como a unos 800m. se encontraba una gran explanada, con no más de 3 árboles chicos y secos. Nada mas llegamos John se transformó en una pantera, no tuvo que hacer nada más para que yo entendiera el mensaje, me transformé en un lobo negro de buen tamaño y bastante fuerte, como me lo había indicado en el gimnasio, con un rugido me indicó que iniciara a correr, los dos salimos disparados. 

El correr convertido en lobo fue una de las mejores sensaciones que he sentido en mi vida, ese sentimiento de nunca cansarte es algo que nunca olvidaré, corrimos por lo que parecieron minutos, aunque en realidad fue una hora completa, terminando eso John comentó que ya no tenia que seguir probando con velocidad, que era claro que el lobo era mi animal para eso, cada cierto tiempo John cambiaba de animal para ponerme a prueba e incluso hizo que yo hiciera lo mismo, en un momento nos convertimos en osos, para probar mi fuerza en la pelea, en otro fuimos rinocerontes e incluso dinosaurios. 

-Este sin duda fue el mejor entrenamiento del mundo

-Espérate hasta mañana - dijo.

-¿Va a ser mejor? 

-Pues mañana será agua, y tenemos bastante espacio para eso.

Fuimos al comedor para tomar algún bocadillo, perdimos la hora de la comida por el entrenamiento, así que estábamos muriendo por probar un bocado de lo que fuera. Se despidió de mi y me avisó que la cena era a las 8 en punto, luego se fue caminando hacia La Mora.

En las horas libres que tenía antes de la cena divagué por el campamento, había un sin fin de cabañas, todas decoradas de manera aleatoria, siguiendo ningún patrón, que que me hizo pensar que la mía era de un color azul aburrido. Mientras caminaba absorto en mis pensamientos se me acercó una chica que caminaba por ahí.

-Tú eres el nuevo, Will ¿Verdad?

- Si, y ¿Tú eres?

- Laia.

Y así fue como la conocí.



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⏰ Última actualización: Apr 06, 2017 ⏰

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Will y el secreto de los drekonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora