Carta extra a mitad de mes

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Querido Papaíto-Piernas-Largas:

Ésta es una carta extra, a mitad de mes, sólo porque esta noche me siento muy sola. Hay mucha tormenta y la nieve golpea contra las paredes de mi torre. En la universidad todas las luces están apagadas, pero yo tomé café negro y no puedo conciliar el sueño. Es que hoy di una comida para Sallie McBride, Julia y Leonora Fenton. Comimos sardinas, bollitos tostados, ensalada, caramelos de chocolate y café. Julia dijo que se había divertido, pero Sallie se quedó conmigo y me ayudó a lavar los platos.

Sería muy útil —y conveniente— que esta noche dedicara algún tiempo al latín, pero no cabe ninguna duda de que soy una mala estudiante de latín.

Acabamos de terminar De senectute de Tito Livio y estamos ahora abocadas a De amicitia. Mucho me temo que yo no sentiré nunca mucha "amicitia" por estos señores romanos.

¿Le molestaría mucho representar por un tiempo el papel de mi abuela? Sallie tiene una, Julia y Leonora dos cada una, y esta noche se entretuvieron comparándolas. Yo, muda... En este momento no hay cosa alguna que yo prefiera a poseer una abuelita. ¡Me parece un pariente tan respetable! De modo que, si no tiene usted inconveniente, ayer, en la ciudad, le compré a mi abuelita una preciosa cofia de encaje de Cluny adornada con cintas lila, para regalarle cuando cumpla ochenta y tres años...

¡Doce campanadas! Es la campana de la capilla dando las doce de la noche. Creo que, después de todo, tengo sueño.

¡Buenas noches, abuelita!

Te quiero mucho,

Judy

Papaito Piernas Largas de Jean WebsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora