Después de la capilla, jueves

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¿Cuál cree usted que es mi libro preferido, por el omento? Cambio de preferencia cada tres días más menos... Por ahora es Cumbres borrascosas. Emily Bronté era muy joven cuando lo escribió y no había salido nunca de su casa natal. En su vida había conocido hombre alguno... ¿Cómo pudo concebir a uno como Heathcliffe?

Yo no sería capaz, y eso que soy tan joven como ella y nunca he salido del asilo John Grier. Es decir, que he tenido todas las oportunidades del mundo. A veces me asalta el terrible pensamiento de no ser un genio. ¿Se sentirá usted muy defraudado, Papaíto, si no resulto una gran escritora? En primavera, cuando todo está tan hermoso, tan verde y lleno de brotes, me dan ganas de volver la espalda a los libros y escaparme a jugar con la naturaleza. ¡Hay tantas aventuras fascinantes afuera, en los campos! ¡Es mucho más entretenido vivir los libros que escribirlos! ¡Ohhhh...!

Ese fue el chillido que pegué y que hizo acudir a Sallie, a Julia y —por un infortunado minuto— a la senior del otro lado del corredor. La causa fue un ciempiés como éste:

¡Sólo que el verdadero era peor! Justo cuando terminaba mi frase, iplum!, cayó sobre mi papel de cartas

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¡Sólo que el verdadero era peor! Justo cuando terminaba mi frase, iplum!, cayó sobre mi papel de cartas. Al escaparme del monstruo volteé dos tazas de la mesa del té. Sallie lo cazó por fin con un cepillo de pelo —que nunca podré volver a usar— y le mató la parte delantera, aunque los cincuenta pies posteriores se escaparon por debajo de la cómoda.

Como es vieja y está cubierta de hiedra, nuestra torre tiene ciempiés por todas partes. Me parecen horribles y preferiría encontrarme un tigre debajo de la cama.

Papaito Piernas Largas de Jean WebsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora