Capitulo 2. Cartas sin dedicatoria

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En lo normal, escribir una carta, nunca fue un problema para mi, hasta ahora, no encuentro las palabras suficientes para describir el dolor que hay en mi mente.
Odio sentirme así, frió y solo.
Al menos lo intentaba pero no lograba a rebasar el renglón, los pensamientos sobran y las palabras no encontraran su lugar.
-¿Mike?- sonó al otro lado de la puerta, parecía la voz de Sam, mi compañero de alcoba.
-¿Mike? ¿estas ahí? ¿podrías abrirme?- en realidad no quería hacerlo, así que no respondí.
-¡Mierda Mike! abre la estúpida puerta, Josh me dijo que estas aquí-.
Lo único que me venia a la mente eran esos hermosos ojos cafés.
Ni siquiera me molestaban los insultos de Sam.
-Mike no seas un idiota y ábreme-.
Entonces me levante de mi estúpida cama y le aventé la hasta que se abrió.
-Gracias-dijo Sam algo sarcástico.-¿Que te sucede Mike?-.
Me deje caer en mi cama y fingi dormir hasta que se largo.

Querida Cansas soy un estúpido.

¿Tendría que ser breve? o simplemente directo.

Te amo, perdóname.

Sinceramente solo quería que me volviera a mirar.

Pero no con la mirada de odio o rencor como lo hacia ahora.
Volvieron a llamar a la puerta.
-Hey Mike, soy yo, Sam, volví a olvidar mis llave-.
-¡Como jodes Sam!-







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