Ojos Rasgados. La primera vez.

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El primer contacto que hubo entre Mihawk, el Ojos de Halcón, y Shanks fue en un bar, dónde éste último había tomado demasiado alcohol, y debía apoyar su cabeza sobre sus brazos doblados encima de la barra.

Mihawk, el espadachín más reconocido en el mundo, había entrado en busca de su alumno Zoro, que también solía emborracharse a la mínima. Corrían rumores de que lo habían visto yendo de bar en bar, por esas tierras recóndidas de la Grand Line.

Tampoco Shanks era un hombre que pasara desapercibido, puesto que su propia fama le precedía, fuera donde fuera. Mas cuando a éste le molestaban, cuando se encontraba ebrío, como sucedió entonces, éste solía desenmascarse por medio de reacciones un tanto pervertidas, sobretodo, ante hombres atractivos, como era el caso. Esta vez, sin embargo, el pirata se guardó la compostura.

El profesional de la espada, al no avistar a su alumno, posó sus nalgas sobre un taburete, muy pegado al pirata y entonces le habló sin ningún pudor:

- Supongo que conoces los detalles de la guerra. Si no recuerdo mal, el responsable de que estallara el conflicto te tomó, en sus años de infancia, a ti, como un claro referente a seguir. -Hizo un gesto con la mano al camarero para que viniera. - Eso te convierte en su maestro, según mi punto de vista. - Entonces se dirigió al camarero. - Ponle otra ronda de lo mismo al compañero.

El camarero obediente le sirvió un vaso de ron al pirata beodo. Entonces él se reincorporó de su postura demacrada y se puso serio unos instantes:

- ¿Vienes porqué sabes algo que yo no sepa, o porqué buscas alguna cosa de mí? - fue una pregunta con aires de vacileo.

Mihawk, que se mostraba immutable, le respondió:

- Vengo porqué tengo información detallada sobre los últimos movimientos de tu aprendiz - Entonces movió su cuerpo hasta poner su cara bien cerca de la de Shanks y continuó. - Te estoy hablando de Sombrero de Paja.

La expresión del fugitivo se emfatizó ante Ojos de Halcón, que sabía muy bien a lo que se refería, y Shanks quiso conocer mejor del tema.

- Y, ¿Qué buscas de mí a cambio? No es normal que dos hombres con la fama que nos precede, tengan un encuentro como éste, solo por casualidad.

- Eres muy astuto, Shanks. - dijo, mientras recuperaba la postura inicial, - No es de extrañar que sea reconocido del uno al otro confín de estos salvajes mares. - Entonces cambió su voz y trató de persuadir al hombre - Quisiera hacer un trato contigo.

Entonces, el pirata pelirrojo sonrió con morbo al escuchar las palabras que el espadachín iba a proponerle.

- Continua. Ésto se pone interesante -
Repondió con un tono vacilón y burlesco, mientras hacía un gesto con la mano para que el hombre procediera:

- Estos mares están llenos de misterios y los rumores se extienden con mucha velocidad, pero también torpemente se distorsiona la realidad de los auténticos sucesos. - A Shanks parecía encantarle esa conversación. - Así que es indecente creer todo lo que llega a nuestros oídos, cuando la información se ha desfasado, viajando de boca en boca, de un lado al otro, descuidándose las malas lenguas de las palabras que utilizan para transmitir esos mensajes - Entonces Mihawk dió unos golpecitos sobre la barra, con la palma de su mano plana, y sus anillos sonaron al contacto con la madera, acompasados. - Me agradaría que esa información fuera de fiar. - Entonces pusó su palma hacia arriba y se la llevó en dirección al pirata, dando a entender que se refería a él, - Estoy seguro que podríamos llegar a un mútuo entendimiento. Tú també tienes esa necesidad de conocer los detalles sin ningún margen de error - Su tono indicaba que por fin iría al grano - Intercambiemos nuestras informaciones de manera periódica. - Al final, propuso, - Evidentemente, todo encuentro que hagamos debería mantenerse en absoluto secreto. - Ahora explicaba el por qué, - De lo contrario, alguno podría descubrir algún punto flaco y usar esa debilidad que nos concierne a ambos, en nuestra contra.

Shanks que estaba al corriente de muchísimas más cosas de la que aparentaba en ese estado, ya se imaginaba por donde se dirigían los tiros.

- Entonces lo que querrás conocer es el paradero del espadachín de tres espadas, si no me equivoco. - añadió con aires de soberbia. Puso un tono intrigante, - Me refiero al cazarrecompesas y ahora pirata, Roronoa Zoro. ¿Cierto?

- Has dado en el blanco, pirata. - hizo una pausa y continuó. - Y ¿Entonces?

Entonces, - interrumpió Shanks - le propongo que cada primer domingo de mes, nos encontremos en Luma. ¿Conoces su ubicación, en el mapa? - preguntó, seguro de que ese hombre poderoso sabía de lo que estaba hablando.

- Por supuesto. Me parece un lugar muy apropiado para el encuentro.

Acto seguido, Mihawk que ya había resuelto con éxito aquello que le interesaba, se puso en pie, y no dudó en largarse de ese antro. Por contra, Shanks lo alertó de immediato:

- Ah, Ojitos. - Llamó al hombre con un imprudente tono de familiaridad. Giró su cabeza hasta dar contacto con los ojos del espadachín, y siguió con lo suyo, con una mueca divertida en su rostro - Si lo que querías era ligar conmigo, podría haber sido más directo.

Mihawk chasqueó sus dientes, maldiciendo al borracho y, sin siquiera girarse, contestó:

- Ya conozco tu faceta pervertida. - Ahora se volteó para clavar sus ojos en él. - Te sugiero que te muerdas la lengua, - amenazó con un tono grueso de voz, - y que contengas el miembro de tu entrepierna.

Así fue, que éste último miró de nuevo al frente y salió orgulloso por la puerta por la que había entrado.

Shanks apoyó su cabeza sobre el puño de su mano derecha, ignorando su partida, y avistó unas monedas sobre la barra. Mihawk las había dejado allí, para pagar el ron que pidió para él, y todo lo demás que se había tomado.

Shanks, que tenía las mejillas rosadas desde que el alcohol había hecho efecto en él, se puso a reír a carcajadas, con su boca bien abierta y hechando la cabeza para atrás.

- ¡Maldito hombre tradicional! - Dijo, dejando caer sus párpados, con picardía, y desviando sus ojos a un lado. - ¿Así es como intenta entrarme un hombre que ha visto tanto mundo? ¡Qué patético!

Se acabó el vaso de un trago, y en vista que estaba todo pagado, se fue seguro de sus actos.

La gente del bar estaba conmocionada por el encuentro que acababan de presenciar, y al momento que dejaron de ver al pirata, recuperaron la tertulia anterior a su llegada. Todo el bar había estado pendiente de ellos, temiendo por sus vidas, pero ahora se sentían de nuevo a salvo, y siguieron con la juerga, como si nada.

Ojos Rasgados. Mihawk x Shanks. YAOIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora