El Amor saltó por la ventana

1- Mi carta.

Quiero creer que esta no será otra carta de desamor, y es que aún te quiero, y no.

He intentado olvidarte muchas veces, pero no sé cómo.

De un modo u otro acabo describiéndote en mis escritos, sin quererlo, te pienso.

Empiezo a sospechar que mi pluma siempre caerá en tu tinta.

Tengo que admitir que eres la casualidad más hermosa, dulce y caótica que se ha topado en mi camino.

Nunca has sido un mar calmado, pero es lo que me gustaba de ti. Me creía capitán de un barco explorando un océano embravecido. Conseguí jugar con las olas de tus mejillas, y hasta nadé en la calma de tu voz.

Extraño tu cabello entre mis dedos, como arena cálida escapando a ningún lado.

Tu perfume de piel, la excitante esencia de tu cuerpo.

Tus manos dibujando en mi espalda, un corazón por aquí y una flor por allá.

Echo de menos tantas cosas...

Recuerdo la forma en la que me mirabas, tus pupilas se inyectaban en mí. Me hiciste creer que no necesitaba a nadie más, le pusiste tu nombre a las cosas que más me gustan.

Nos abrazamos, nos besamos, nos quisimos... ¿Dónde ha ido tanto amor?

No te voy a culpar por los versos que entre lágrimas rompí.

Me prometí no decir tanto, pero ya ves, necesito desahogarme.

Quiero que sepas que has sido la historia más bonita y cuerda de este pobre loco.

Sólo te bastó mirarme, ¿Qué increíble verdad?

Apenas sé de ti, y me mata.

Espero que te vaya bien, que consigas el trabajo de tus sueños, logres los planes de futuro, y que tengas más alegrías que tristezas.

Tan sólo te pido, que algún día, en tus pensamientos, me recuerdes, y sonrías.