El Amor saltó por la ventana

90- Una tonta sonrisa.

Aún recuerdo cuando con una adorable sonrisa de oreja a oreja agitabas el paquete de tabaco detrás de la barra, me hacías saber que era tu corto descanso y que querías verme, tomarte un respiro en beso.
Soy un idiota de costumbres nocturnas, supongo que lo malo de ir siempre al mismo bar, es verte y saber que no me vas a dedicar más cigarros.
No sé si tachar de malo al chico que en voz alta lee el cuento o a la chica que lo escribió.