La Profunda Oscuridad Capítulo 17

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La Profunda Oscuridad Capítulo 17

Baje mi cabeza y comencé a jugar con mis manos, moviéndolas de un lado a otro, como si cargara a un bebé. Basta esto no debe ser así, no podía alzar la vista, se que Mayra intento llamar mi atención un par de vez, golpeando una parte de la pared, o haciendo ruidos con su lengua. No pienses en nada, me dije desesperado, muriendo en mis adentros pensando en cada persona que había visto morir, los diversos oficiales caídos del SWAT, la cabeza de mi tío y una parte de su torso, en parte pensé en la detective, pues ella casi muere, en Yuliet, la pequeña e inocente niña que había sido asesinada por no acatar una orden. Me puse pálido, lo note en mis manos, estas se habían quedado sin algún movimiento que hacer. En ese pequeño instante que deje de moverlas, una mano cálida tomo mi rostro con temor alce la vista, aunque era evidente que era Mayra… pero espera. No era ella, tiempo sin ver ese rostro tan perfecto, esas facciones tan delicadas y bellas, no lo podía creer, era mamá, puso una risita en su rostro y movió sus labios, no entendí qué quiso decir, no la podía oír. -Mama, mamá! Estoy aquí me ves- esa risa se transformó en sangre, escurría por una piel maltratada, arrugada, me sorprendí y volví a bajar mi cabeza. No no no! Esto no es posible, calma respira, tu madre está muerta, piensa en otra cosa, me dije varias veces en mis adentros. Otra cosa… otra cosa… de repente pude verla a ella, esos ojos tan brillantes, ese cabello largo y castaño, está me sonrió y empezó a levantar mi rostro, al estar tan cerca intentó besarme, y fue entonces cuando desperté. Mayra estaba cerca a mis labios, bruscamente con mi brazo quite su mano de mi rostro. -Qué es lo que quieres de mí!- grité tan fuerte que esta quedó sorprendida y se alejó. -Jull calma, acaso no puedo acariciar a mi pequeño consentido?- puso una cara coqueta y pervertida, mirándome de arriba a abajo.

-Basta que es lo que quieres? Acaso deseas mi virginidad? Tu propósito no es acabar con la profunda oscuridad!?- está comenzó a reírse, primero fue una pequeña risa, después de esto se tornó bastante burlona. -Mi pequeño y encantador príncipe, si quisiera eso ya te la hubiese quitado, pero que puedo hacer, si me fascina como esos cachetes se ponen rojos cada vez que ven mi figura- frunci el seño, pero de todas maneras me percate que mis mejillas estaban algo calientes. Puso uno de sus dedos en los labios y lo jalo levemente. Nuevamente río y tomó una postura diferente. -Bien, ya muchas bromitas por hoy, vamos al grano...qué pasó con Yuliet- su tono de voz se había tornado serio y brusco, la mire a los ojos y cuando me dispuse a hablar me interrumpió. -La chica que perdió un ojo tras el impacto de un arpón, no es así?- me entraron unas ganas horribles de vomitar, Yuliet… Yuliet… Yuliet… basta no no, cuenta cuenta, 1. Antes de poder continuar, dijo.

-No lo dije de la mejor forma Jull, discúlpame, volveré cuando te sientas mejor. Tomó el bolso y su abrigo y salió de la habitación.

En ese instante comencé a pensar y con ello a alterarme. Cuenta mierda, cuenta. 1.esto sigue siendo un sueño, 2. Nadie ha muerto, 3. Una simple pesadilla, 4. Yuliet… está viva, 5. Mi tío me está esperando en casa. Me levanté de la camilla lo más rápido que pude y corrí hacia el baño, azote la puerta contra la pared de la fuerza con la que la empuje, mire el inodoro abrí la tapa, y vomité. Mis rodillas habían tocado aquel suelo tan frío, mi cara estaba encima de la cisterna, mi cuerpo estaba más débil que antes, me tiré al suelo y me arrastre hasta alcanzar un lado de la puerta y cerrarla, o bueno dejarla medio abierta, la luz estaba apagada así que no tuve problema por levantarme.

Pasaron unos breves segundos cuando alguien abrió la puerta de la habitación y entró en ella, pensé que era la detective, pudo haberse le olvidado algo, mire por el pequeño orificio que estaba en la puerta y me percate que no era ella, un hombre alto, fornido, con una bata negra que le cubría hasta los pies y una máscara blanca, no pude ver pero al parecer la máscara tenía un diseño específico. Este comenzó a mirar a todos lados, buscando algo, bajo la camilla, detrás del sillón que estaba en la habitación, detrás de las cortinas de la ventana. Después de tanto mirarlo, vi que en una de sus manos tenía un arma, una Magnum con un silenciador, así es, venía a matarme.

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