La Profunda Oscuridad Capítulo 27

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La Profunda Oscuridad Capítulo 27

Seguía inmerso en la nube de humo con la mirada al suelo, viendo esos zapatos negros con punta metálica pintada del mismo color, seguía agachado mirándome y riéndose como si el de la cara de payaso fuera yo. No podía mover un solo dedo, mi vista era cada vez más borrosa, tenía que hacer algo, no podía dejar de pensar en Catherine o en lo que había pasado mientras estaba oculto en las rocas, tenía que pararme, debía encontrarla.

La mano del payaso pasó rozando mi cabello, acariciándolo su mano seguía tocando toda mi cara, de repente su otra mano también se acercó a mí rostro pero esta llevaba consigo un cuchillo el cual puso sobre mi rostro y lo movió en círculos haciendo cortadas pequeñas en éste. No podía continuar sintiendo eso.

<<Catherine… Catherine… esos ojos color esmeralda, ese caballo, esa hermosa persona… ella… ella era lo que ahora quería proteger antes que mi vida>> pensé.

Mi mano se movió con suavidad a la parte trasera de mi pantalón, donde tenía oculta el arma, dos balas, un tiro, un muerto, ya no haría la diferencia de todos los que había matado. El payaso estaba tan concentrado en mi rostro rasgado por el cuchillo que no faltó nada para que retirara un poco su máscara y comenzara a lamer mi rostro. Su lengua pasó por mis mejillas, rodeo mis ojos, y continuó cerca a mi oído. -Dulce aroma de sangre- dijo el desquiciado. Esa era mi oportunidad para matarle. Mi mano se movió rápidamente tomó el arma y la puse bajo su rostro. -Hasta aquí llegaste idiota- hizo un leve movimiento con su rostro pero tome ese movimiento como una amenaza, quite el seguro y jale el gatillo.

Mi rostro quedó untado en su totalidad de la sangre de aquel hombre, ver cómo este había quedado inmóvil en un solo punto, a punto de caer sobre mi, lo aleje rápidamente con un golpe en el rostro y cayó junto a mí. La nube de humo se había comenzado a dispersar y mi vista comenzaba a ser más clara y al serlo pude ver lo que había hecho, nuevamente había matado a alguien, me entraron las ganas de vomitar pero esta vez las pude controlar, solo pensé en un cosa. En encontrar a Catherine lo antes posible.

Camine por lo que quedaba de niebla esperando encontrarla pero aún así después de un par de minutos y cuando el gas se había dispersado por completo ella no estaba por ningún lado.

Me sentía nuevamente solo, porque no sabía dónde estaba y que habías pasado con ella, mire a todos lados tratando de encontrar alguna explicación de lo que había pasado. Muy cerca a donde estaba parado me fijé en otro cuerpo sin vida a un par de pasos, este tenía la garganta atravesada con un cuchillo que había dejado incrustado en él, no había duda Catherine lo había matado, pero aún así seguí sin ver algún rastro de ella, me acerque al cuerpo y con asco saque el cuchillo. Pude notar que la bolsa con armas que habíamos traído con nosotros estaba algo vacía faltaban alguna armas y estaba abierta de par en par, al lado de esta habían diminutas manchas de sangre en el suelo que hacían un pequeño camino hacia una cueva a lo lejos del campo, esa sangre no era de ninguno de ellos dos, por lo cual me asusté mucho, Catherine estaba herida, y se estaba desangrando. Tome rápidamente la bolsa y salí corriendo a la cueva, corrí lo más rápido que pude por ello no tarde nada en llegar a esta, el sol estaba a punto de ocultarse, la luz que tenía no era mucha, así que con ese pequeño rayo de luz que me quedaba debía encontrar a Catherine dentro de la cueva. Al llegar grité su nombre una y otra vez cada vez más fuerte que la anterior. No obtuve respuesta en ningún momento lo cual me preocupo bastante, así que entre en ella, el pequeño rayo de luz desaparecía a la vez que avanzaba por la cueva, a tal punto que en un instante quedé completamente a oscuras. No podía ver absolutamente nada, mire a todos lados una y otra vez buscando algún tipo de luz que me sacara de aquel vacío y oscuro lugar, recordé que Mayra me había entregado un móvil el cual tenía consigo una linterna, al sacarlo y verle puse una pequeña sonrisa en mi rostro <<Mayra… ja>> pensé. La encendí y continúe buscando a Catherine.

Después de haber avanzado un par de minutos a lo lejos me percate de una pequeña brecha de luz que se veía a un costado derecho de la cueva. -Si ha de encontrar a Catherine ella ha de estar ahí- dije en voz baja, sonreí y corrí hacia el pequeño reflejo de luz.

Al llegar puse mi mano en la pared de roca y fui avanzando lentamente hasta que acerque todo mi rostro y la vi.

Estaba tendida sobre una camilla, en ropa interior con una vendaje que le cubría todo el estómago y otra parte de vendas estaba enroscado en su pierna derecha. Me asusté pero a la vez sentí un alivio al verla ahí, aún con vida, pues aún podía ver como seguia respirando.

-Cathe…- alguien por detrás toco mi hombro.

-Que gusto volver a verte. Jull-.

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