Su cabeza estaba recostada en el reposa brazos del sillón y sus ojos se enfocaban en un pequeño hueco que se encontraba en el techo. Su madre la había llamado para ayudarla en la cantidad desmesurada de platos que necesitaba transportar a la cocina.
Nada del otro mundo.
Pero sus pensamientos estaban fijos en una persona: Harry Potter. Si, él era su mejor amigo desde que eran niños, siempre le aconsejaba qué hacer y trataba de mantenerla alejada de los problemas, pero estaba sumamente preocupada.
Ocultaba algo, Harry nunca era tan distante, sus ojos verdes esmeralda no podían esconder algo por mucho tiempo, ni aunque quisiera, ella estaba consciente de la rara actitud que estaba tomando. Optó por llamarlo, y acabar con la certidumbre.
-¿Hola?
-¡Hola, Harry! Habla Hermione, ¿cómo estás?
-¡Hola, Herms! Bien... Si, nada nuevo.
-¿Cómo te están tratando tus tíos?- preguntó con preocupación.
-Muy bien, no se han metido conmigo esta semana. Es algo nuevo, pero me agrada.
-Te he notado algo distante, ¿sucede algo?
-Nada de nada, bueno, creo que te llamo luego, tía Petunia me llama.
-Adiós.-susurró con los ojos muy abiertos la castaña y escuchó el molesto sonido que había cuando se cortaba la línea.
Si, definitivamente algo andaba mal.
Pero tenía otras preocupaciones, como el "incidente". Por más que evadiera el tema siempre volvía a su mente, estaba nerviosa, en cualquier momento se enterarían las directivas del colegio y ella sería la primera sospechosa, pero también el pelirrojo. Ella no lo conocía, a duras penas sabía que su nombre era Ronald Weasley. Sabía que estaban en la misma aula y compartían algunos gustos musicales iguales, conocía a Ginny, su hermana. En realidad, eran mejores amigas, pero nunca tendían a hablar sobre él.
Todo había dado un giro drástico, había pasado de ser la que hacía travesuras, a ser la sospechosa principal de un crimen, y eso no le ayudaría en nada.
Porque, aunque siempre lo negara, su mayor sueño era estudiar derecho, graduarse de la universidad, y tener un amor perfecto y maravilloso como lo describían los libros, pero eso estaba muy lejos de su realidad. Muy lejos.
•••
El lunes por la mañana Hermione buscaba entre su armario su blusa favorita. Tendía a ser muy organizada, pero cuando se enojaba, su cuarto se convertía en un completo desastre. Después de diez minutos de búsqueda intensiva, dejó a un lado sus esfuerzos y se puso un pequeño top blanco.
Siempre había estado muy cómoda con la forma de su cuerpo, y siempre lo mostraba con mínima vergüenza.
Cuando al fin llegó a la escuela su rostro mostraba culpa y nerviosismo, ella sabía que no estaba bien permitirse relajación en una situación como aquella, y, tratando de pasar desapercibida, subió con rapidez al salón donde le correspondían las clases, y al poder respirar de nuevo, su vista se fijó en el pelirrojo indiferente que estaba sentado en el último puesto.
-Weasley.-dijo ella en forma de saludo y notó como el rostro del muchacho cambiaba de una fría expresión a una sonrisa, cosa que la hizo sonrojar.
-Señorita Granger, ¿qué tal está? Se ve preciosa esta mañana.
-Oh, por favor, me veo increíble todos los días de mi vida.
-Eso no es discutible.
-Deja de hablar así, es irritable.- dijo ella, sonriendo divertida.
Para mala suerte de Ron, todos empezaron a entrar en ese momento, y le fue imposible comunicarse con la muchacha de nuevo, ya que un joven pelinegro había empezado a conversar con ella.
Como siempre, al rato entró la profesora Sprout de Biología, y la clase comenzó, robando toda la atención de Hermione, y dando un incomparable sueño a Ron.
Pero absolutamente nadie hablo con ellos sobre el "incidente" durante aquel día.
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Att: LauraHillón.
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Cuestión de suerte. (AU)
FanfictionÉl es un problema. Ella es una pesadilla. Todo el mundo lo sabe, pero no les importa. ¿Cómo se conocieron? Estuvieron involucrados en el robo de una camioneta. Pero, ¿son verdaderamente los culpables? Eso es lo que se guardan mutuamente, es su p...