6. Necesito silencio. (Parte 2)

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Ron y Harry estaban en la sala de la Madriguera, riendo a carcajadas por el programa que estaban emitiendo en la televisión. 

-Harry, ese ha sido un programa buenísimo.- soltó Ron cuando se levantó para recoger el desorden que habían provocado. 

-Tienes razón, pasar aquí la tarde es maravilloso.- La amistad de los muchachos empezaba a crecer de forma rápida e inesperada, en realidad el pelinegro no sabía cómo, si estaban en la misma clase, nunca le había hablado a Ron. 

Cuando el pelirrojo se fue a la cocina, Harry vio aturdido a Ginny Weasley bajar las escaleras. Tenía un lindo vestido estampado de flores y el cabello rojo recogido en un moño muy casual. Cuando la muchacha se fijó en el moreno, le sonrió y se acercó a él. 

-¿Qué tal la pasaron hoy? A veces Ron parece ser muy aburrido, pero veo que se llevan excelente. 

-La pasamos muy bien, Ginny, gracias por preguntar.- el muchacho le dedicó la sonrisa más honesta que pudo brindar y la chica se la devolvió.

-Tengo una cita con Dean, así que los dejo, no le digas a Ron, parece estar enojado con el hecho de que lo haya perdonado.

-No hay problema, no le diré nada.- susurró Harry con decepción mirando al suelo. Y sin más la chica salió de la casa sin hacer ruido.

Cuando Ron volvió a la sala, tornó su rostro a serio, el pelinegro lo miró  con curiosidad, pero no tuvo la necesidad de preguntar, ya que el pelirrojo había abierto la boca para contarle lo que sucedía.

-He peleado con Hermione, y lleva dos días sin hablarme. 

-Igual no lo hacían mucho de todos modos.

-Pero me dirigía sonrisas en los pasillos y eso, simplemente, me alegraba el día. 

-Ya se le pasará, ella no es de las chicas que duran mucho tiempo molestas con alguien.- susurró Harry y Ron sonrió. 

-Nunca me había pasado esto con alguien, es... raro. 

-Bueno, espero que te acostumbres. Ron, creo que me tengo que ir.- exclamó el muchacho levantándose del sofá. 

-Si, está bien, adiós.

-Adiós.- y cerrando la puerta Potter había dejado de ser el mejor entretenimiento de Ron por aquella tarde. Su celular vibró y esperanzado lo agarró para ver los mensajes. 

Dos mensajes de numero desconocido.

6:30: Hola, Ron. 

6:30: ¿Cómo estás?

Él frunció el ceño y se dispuso a contestar. 

6: 32: ¿quién eres?

La respuesta llegó casi instantáneamente. 

 6:32: No puedo creer que no tengas mi numero guardado. 

6:32: Soy Hermione. 

El muchacho recordó que cuando se mensajearon por primera vez, había olvidado por completo registrar el nombre de la chica. 

Contestó:

6:33: Estoy bien, gracias. 

6:33: ¿Cómo estás tú?

Ella respondió:

6:34: Necesito silencio.

Él frunció el ceño, ¿qué quería decir con eso?

6:34: No entiendo qué quieres decir. 

6:35: ¿Estás bien?

Ella:

Cuestión de suerte. (AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora