Heal

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Take my mind
And take my pain
Like an empty bottle takes the rain
And heal, heal, heal, heal







Había pasado por muchos momentos de dolor a lo largo de mi vida. Había crecido con unos padres problemáticos y había tenido que sacarme adelante yo sola; había visto a mis amigos morir a manos de monstruos; había pasado un mes en un psiquiátrico creyendo que estaba loca y había perdido a mi madre por culpa de una sobredosis. Se podía decir que tenía una alta tolerancia al dolor, pero esto me sobrepasaba.

Jamás había pensado que tuviese que asistir al funeral de mi hermano pequeño. Era algo que aún pensaba que era irreal, seguía esperando despertar de esta pesadilla.

Sin embargo, era real. Mi hermana pequeña Sue lloraba sin parar la pérdida de su gemelo y mi hermano mayor Matt la consolaba sin poder ocultar sus lágrimas. Todo era increíblemente real, y dolía.

Miraba fijamente la tumba de mi hermano, jamás había visto un ataúd tan pequeño. Las lágrimas de mis ojos dificultaban mi visión, pero no me molesté en apartarlas. Pensaba que después de todo lo que había llorado acabaría por quedarme sin lágrimas, pero parecían no tener fin.

Matt puso una mano en mi hombro, pero me aparté bruscamente. No quería que me consolasen, porque me merecía este dolor. Todo esto había sido por mi culpa, por pensar que todo esto era un juego. Jamás debería haber venido a Nueva Orleans, y nunca debería haber tenido ningún tipo de relación con Klaus Mikaelson. Puede que Aurora no hubiese ganado el amor del híbrido, pero definitivamente me había ganado a mí. Había conseguido su maldita propósito de hacerme desear mi muerte.

-Deja de torturarte -pidió Matt-. No fue tu culpa.

Negué con la cabeza.

-Ambos sabemos que lo fue -susurré con la voz rota.

Matt negó y me dio un abrazo al que se unió la pequeña Sue.

-No te apartes de nosotros cuando más te necesitamos -pidió Matt.

Asentí, porque a pesar de que todo este torbellino de culpabilidad y dolor estaba matándome, no podía ser tan egoísta de no preocuparme por mis hermanos. Todos habíamos perdido a Andrew, y todos estábamos destrozados por la pérdida.

Cuando acabó el entierro, vi el coche de Klaus esperando a la salida. Le había pedido que no viniese, porque ahora mismo me era imposible mirarle y no sentir de nuevo culpa. Y aunque sabía que Klaus también se sentía culpable, no tenía tantas fuerzas como para consolarle a él también.

-Klaus, te dije que no vinieses -dije cuando le vi, apoyado en el coche.

-Sé que necesitas tiempo, Brooke, pero no puedes pedirme que me mantenga alejado de ti cuando más necesitas a alguien a tu lado.

Mis ojos volvieron a aguarse. Últimamente parecían un mar sin fondo. Klaus alargó su mano y me retiró una lágrima que caía por mi mejilla. Cerré mis ojos al sentir el contacto de su piel con la mía.

-Te quiero -susurró.

Le miré sin poder ocultar mi sorpresa, Klaus nunca me había dicho antes que me quería. Y probablemente sí me lo hubiese dicho hace una semana estaría dando saltos de alegría, pero ahora no podía evitar sentir aún más culpabilidad. Era el amor que teníamos lo que había matado a Andy.

-Klaus, no -susurré, apartándome de él.

-Sé que necesitas tiempo, Brooke -entendió-. Y seguiré aquí cuando te sientas preparada.

Asentí y miré a Matt, ya estaba montando en el coche. Miré a Klaus por última vez como forma de despedida y caminé hacia el coche de Matt.

***

Matt y Sue ya estaban durmiendo, pero yo no podía hacerlo. Cada vez que cerraba los ojos veía montones de momentos con Andy pasar por mi cabeza.

Me levanté de la cama y abrí un álbum de fotos. Eran de Sue y Andy. Mis ojos se llenaban de lágrimas según iba pasando las hojas, y el dolor era cada vez más y más fuerte.

Y entonces, cuando creí que no podía sentir más dolor, vi una foto. Éramos Andy y yo hace dos años, en la cena de navidad. Él tenía un gorro de un pavo que yo le había regalado y ambos sonreíamos ampliamente. Esa foto fue la que terminó de quebrarme, y no pude soportarlo más.

Arranqué la foto del álbum y la rompí con un grito. Lancé el álbum con todas mis fuerzas contra la pared y grité de dolor mientras sentía un torrente de lágrimas caer por mis mejillas.

No podía seguir con esto, no podía vivir con este dolor en mi pecho, clavado en mi corazón. No quise hacerlo, pero fue algo casi involuntario. Mi humanidad se apagó, y por primera vez en mi vida, sentí calma.

¿Me recomendáis alguna novela de wattpad o algún libro? No tengo nada que leer jeje.

Brooke | Klaus MikaelsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora