Brooke | Klaus Mikaelson

faded

Under the sea
Where are you now
Another dream
The monsters running wild inside of me
I'm faded
I'm faded
So lost 

Habían pasado cinco días desde que recuperé mi humanidad. Cinco días que había pasado sin salir de la casa de mis hermanos. No quería ver a nadie, absolutamente nadie.

La culpa aún me destrozaba por dentro, pero Matt me apoyaba, él siempre me había apoyado y nunca había dejado de hacerlo. La pequeña Sue también era un gran apoyo, porque aunque ella no tuviese ni idea de por lo que había pasado, la simple visión de verla reír mientras jugaba con Matt me daba fuerzas para seguir adelante.

Ahora entendía esos demonios que casi todos los vampiros guardaban dentro. Y tenía que aprender a vivir con ellos, a no dejar que me superasen. Estaba dispuesta a hacerlo.

Había hablado con Klaus un par de veces por mensajes de texto. Aún no me sentía preparada para escuchar su voz, no estaba lista para tener una verdadera conversación con él.

Entré al salón y Matt me sonrió.

-Buenos días, hermanita.

Le sonreí ampliamente.

-¿Qué haces, Matty?

-He encontrado una piso perfecto justo al lado del bar en el que planeo trabajar, en Phoenix -me sonrió-. Las cosas están yendo bien, Brooke.

Asentí levemente y sonreí.

Estaba tratando de retrasarlo todo lo posible, pero sabía que tenía que tomar mi decisión.

Podía quedarme en Nueva Orleans y disfrutar de una vez por todas de mi amor con Klaus. Vivir con él, sin tener que ocultarnos y ser feliz. Disfrutar de las maravillas de Nueva Orleans que aún no había podido descubrir, encontrar el lado bueno del vampirismo y hacerlo acompañada del hombre que me hacía feliz.

O podía irme a Phoenix con mis hermanos. Vivir por fin con ellos en paz, ver a mi hermana pequeña crecer feliz y ayudar a mi hermano todo lo que pudiese. Encontrar la paz y la independencia que habíamos buscado desde pequeños y ser feliz a su lado, lejos de todos los temas sobrenaturales que se quedarían aparcados en Nueva Orleans. Vivir una simple vida humana junto a ellos.

No podía tener un pie dentro y otro fuera, tenía que decidirme. ¿Familia o amor? La decisión era dura. Había luchado para tener algo con Klaus durante todo este tiempo en Nueva Orleans, y había luchado por mis hermanos desde que tengo uso de razón, ¿cómo iba a ser capaz de dar de lado una de esas luchas que tanto me habían costado? Había ganado ambas, y tenía que decidir cuál era más importante.

***

Pasaron tres días más y llegó el día de la decisión final. Sue y Matt iban a irse a Phoenix en un par de horas, y yo tenía que decidir si acompañarles o quedarme en Nueva Orleans.

Había considerado la opción de elegir ambos caminos. Pasar unos días en Phoenix y otros en Nueva Orleans. Y probablemente fuese la mejor opción para mi, porque podría disfrutar de mi familia y de la persona a la que amaba, pero no hacía falta ser muy inteligente para darse cuenta de que no iba a ser un camino de rosas. Todos los peligros de Nueva Orleans los llevaría a Phoenix si me mantenía aferrando a ambos sitios, y no podía ser tan egoísta de volver a poner a mis hermanos en peligro. Jamás haría eso.

Por lo que tuve que tomar la decisión, probablemente la más dura de mi vida. Y realmente no me costó elegir, porque dentro de mi sabía cuál era la opción correcta. En cierto modo, lo supe desde el primer momento, y finalmente estaba dispuesta a tomarla.

Solo falta un capítulo y el prólogo!!!