Capítulo 1: "El vestido naranja."

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AVISO IMPORTANTE: Esta historia la cree con una compañera de clase para un trabajo, así que no solo me pertenece a mi.

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Terminé de prender mi cigarro, todos me miraban con miedo de las cosas a las que se me acusaban, era inevitable no reírme de sus nervios, las expresiones que hacían cuando me reconocían, como entre ellos se pasaban rumores y sobre todo como bajaba...

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Terminé de prender mi cigarro, todos me miraban con miedo de las cosas a las que se me acusaban, era inevitable no reírme de sus nervios, las expresiones que hacían cuando me reconocían, como entre ellos se pasaban rumores y sobre todo como bajaban la mirada cuando yo los fulminaba. Antes de que pudiese decir una palabra, un chico delgado, con los ojo rojos me interrumpe:

—¿Cuántos fueron?- exhalé el humo, siquiera me molesté en dirigirle la mirada.

—¿Importa?- el chico me miró asombrado y con un poco de asco por mi respuesta, agachó la cabeza y balbuceo un "no". Estuve a punto de decirle "Serían cinco contigo,luego de contarte y que sepas la verdad". No obstante, me reí cínica-mente al pensar en su reacción si le llegara a decir alguna palabra de lo que pensaba.

El chico sorprendido de mi risa decidió dirigirse hacia el fondo de la multitud que me miraba impaciente.

Uno de los chicos tenía los mismos ojos de ella, también algunas de sus facciones se me hacían similar al rostro de ella, fue extraño verlo y acordarme de ese día que marcó mi vida por completo.

—¿Por qué me mirará?- oigo preguntar a modo de susurro al chico, mientras de mi parte aparto la mirada, sus ojos son penetrantes y el color del uniforme lo resaltan más, no hay ni un minuto en el que no me acuerde esa mirada en el lago, ese uniforme naranja que suelen usar en la cárcel me hace acordar al vestido de ella y me causa cierto disgusto.

Al pasar al rededor de 10  minutos el chico de la duda anterior, creo que se llamaba Thomas, me sacude del hombro para despertarme, estaba cansado, y me vino un poco el sueño.  Parece que este chico no puede verme tranquilo. Lo fulmino con la mirada y él rueda sus ojos hacia la reja indicándome algo, sigo su mirada y me encuentro con el oficial esperándome fuera de la reja, o mejor dicho indicándome a alguien.

—O'donnel- me llama por mi apellido el oficial — Acaba de recibir una llamada y por el el tono de voz del señor, parece ser urgente.

Lo Psicológico ¿Te mata?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora