Capítulo 4: "Mi niña"

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Pasaron cuatro días desde que me escapé y todavía no me encontraron, suerte lo mío es poco.

El juez ya me conocía, pensaba que no intentaría nada, por eso fue que accedió que vaya al baño, luego de hacerles creer que me sentía incómodo de estar allí.

Y como les repito, suerte lo mío es poco, porque cuando me introduje a este, me encontré con un ventanal, que en el, mi cuerpo entero podía pasar.

Volví a la casa en la que todo sucedió, encontrándome en aquella dichosa mesa, la brújula que utilizamos con Mía para venir aquí aquel día.

La tomé examinándola delicadamente y tratando de entender como una brújula podía ser tan importante para ella. En ese instante, el objeto comenzó a indicar hacia varios lugares sin sentido, salí fuera de la casa y esta se detuvo.

Camine hacia donde la flecha roja indicaba, encontrándome a una joven, parecía que la brújula había enloquecido. Se movía de un lado a otro pero siempre indicando a la señorita.

Me acerque a ella para hablarle, tal vez con ello, la brújula cesaría.

-Señorita, ¿Podría indicarme hacia dónde esta el norte?- solo trataba de sacar un tema absurdo, a ver si esto paraba -Es que esto se ha dañado.

-Para mi que si anda, ese es el norte.

Miro la brújula que esta en mis manos, pero según mi perspectiva estaba indicando mas que nada la cuchilla con la cual descuartizaron a mi niña.

Mis pensamientos psicópatas empezaron a adueñarse de mi.

¿Sera que lo que estoy pensando, es también lo que la brújula quiere?

Lo Psicológico ¿Te mata?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora