Al escuchar la sirenas de la policía me alerté, no pensé que me encontrarían en este lugar y mucho menos que fuera tan rápido.
No me acuerdo hace cuánto, pero ya me falta el aire, esto de correr no es para mí.
A medida que iba avanzando, la brújula se iba calmando. Me tropecé con una piedra que obstruía mi camino, cuando pude levantarme note mis rodillas rojas, la sangre estaba por salir, pero eso no me importo.
Mire hacia todos lados y divisé la casa que la brújula me indicaba. Me aproximé cuidadosamente, la puerta estaba entre-abierta; el lugar estaba en silencio, no me sorprendí ya que eran las 4 de la madrugada.
Busqué entre las habitaciones algo para curar mis rodillas. Solo faltaba un cuarto, entre sigilosamente viendo en este una pareja durmiendo. Rápidamente baje la cabeza hacia el objeto que tenía entre mis manos, la brújula, que como lo sospeché me los estaba señalando.
Agarré una de las almohadas tiradas en el suelo, me pare a un costado de la cama y enseguida empecé a asfixiar a la mujer que descansaba. Por descuido mío sus movimientos despertaron a su esposo.
El me empujó apartándome de lo que ahora era su mujer muerta. Me defendí, empujándolo tantas veces tras tirarlo por la ventana del segundo piso.
Bajé a corroborar que este vivo, pero como imagine vi su cráneo destrozado contra el suelo de pavimento.
-Si pude contigo Oeste, podre con cualquiera.- anuncié mientras bajaba la mirada a mis vans salpicadas de sangre.
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Lo Psicológico ¿Te mata?
Misterio / SuspensoPasaban las horas y mi abogado se quedaba sin excusas, la verdad no entiendo por qué tanto lío por un par de personas menos en el mundo. Primero el Sr. Y Sra. Lunger, después la señorita Coperfil y ahora el oficial Chester. -Su señoría-el abogado...