15

4 1 0
                                    

Pasé todo el día en casa con Kenn, viendo películas y comiendo pizza. Fue uno de los mejores días.

Pero no todo podía ser perfecto, ya debía ir al instituto.

Me levanté, me bañé y me vestí cómoda. Con lo primero que encontré en el armario. Hice mi cabello una coleta alta, tomé mis cosas y bajé.

Kenn estaba en la cocina, desayunando.

–Buen día–Dije y me acerqué a saludarlo con un beso.

–Buen día hermosa–Dijo dándome un beso en la mejilla.

–A donde vas con esa ropa?–Puntualicé al verlo tan bonito.

Llevaba unos jeans, una camisa negra y unas Vans del mismo color.

–Luego de llevarte al instituto, iré a hacer algunas cosas. Y cuando salgas iremos a comer.

–Uh! Y qué comeremos?

–No sé enana, lo que quieras. Solo quiero aprovechar todo el tiempo que esté aquí y recuperar el tiempo perdido.

–Bueno, venga. Vamos! Se me hace tarde.

–Recoge tus cosas.

Fuimos todo el camino hablando, cantando. Kenn me contó cosas sobre su universidad en Alemania, lo difícil que es aprender alemán. Le conté cosas sobre el instituto, las chicas "populares" y esas cosas.

Al llegar al instituto me despedí de Kenn y bajé del auto. Ahí estaba Destiny, su presencia me era insoportable así que trate de pasar desapercibida junta a ella. Pero justo cuando iba a entrar al instituto alguien me llamó.

–Khat–Era Kenn

–Me acerqué a él–Qué pasa?

–Dejaste tu celular en el auto

–Cierto, un día dejaré la cabeza tirada.

Iba a decir gracias, pero fui interrumpida por la espantosa voz de Destiny.

–Pero qué tenemos aquí? Y ahora en qué cama amaneciste perra?–Ahora se dirigió a Kenn–No aceptes migajas precioso–Dijo con voz melosa–Yo puedo darte más que esta niña sin experiencia.

Iba a aceptar que hablaran mal de mi, que me pusiera en boca de todos, que dejara mi reputación por el piso. Pero lo que no iba a aceptar era que tratara de meterse por los ojos de mi hermano. Eso sí que no.

–Me acerqué rápidamente a ella amenazante–Escúchame y hazlo con atención que no lo repetiré. Yo puedo ser todo lo perra que sea y nunca seré más que tú. Esa corona está reservada para ti.
Otra cosa te diré, puedo amanecer en todas las camas que quiera y eso no debe importarte. Pero lo último y más importante, si quieres mantener tus extensiones en su lugar, a mi hermano no te acerques. Y te lo advertí.

–Me estás amenazando niñata?

–Tómalo como quieras, me harté de que me quieras tratar como tú muñeca de trapo. Ya no más.

–Me las pagarás perra–Dijo y se fue indignada.

–Qué fue eso enana?–Preguntó Kenn sonriendo–No conocía ese lado tuyo.

–Es que me harté de que ella me vea como su juguete personal, no lo permitiré más. No seré la muñeca de nadie más.

–Esa es mi nena–Me abrazó–Ahora, vamos. Entra, se te hace tarde. Te quiero.

Kenn se fue y yo entré al instituto. Fui directo a mi casillero y allí me encontré a Sam y a Alex.

–Oye nena, felicidades–Dice Sam–Escuché un pajarito decir que enfrentaste a Destiny y hasta la amenazaste.

Más Allá De Tu Máscara Donde viven las historias. Descúbrelo ahora