8. Por Esa Razón Soy Invisible

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Me desperté con los rayos del sol que entraban por la ventana. Mire la hora en mi celular.

-Mierda, conociendo a Sam si no la despierto en este momento no llega al instituto. -susurré para mis adentros.

-Samantha despierta, ya es tarde.-La removí y nada.

-Sam. Samantha Collins.

-Ummm

-Vamos, ya levántate se nos hace tarde para el instituto.

-No quiero ir.

-Pero tienes que ir.

-No. Me duele la cabeza no voy y punto.

En esta situación solo podía recurrir a Alex.

Salí de la habitación de Sam y en el pasillo me lo encontré con solo una toalla rodeando su cintura.

-Hola, buenos días pequeña.

-Hola Alex, buenos días. Necesito tu ayuda.

-Que pasa?

-Es Samantha, no quiere salir de la cama.

-Yo en su lugar tampoco me levantaría. Debe de estar que explota de la resaca.

-Dice que le duele la cabeza.

-Es normal, mejor dejemos que se quede en casa. Voy por una pastilla y agua para dejárselo en su buró.

-OK, yo voy a ducharme que se me hace tarde.

-OK. Oye no quieres una toalla?

-Cierto, claro.

-Sígueme.

Otra vez estaba yo en la boca del lobo: la habitación de Alex.

Al entrar recordé lo que pasó la noche anterior y me sonroje.

-Aquí tienes.

-Gracias.

Llegue a la habitación y Samantha seguía dormida. Tomé la toalla y entré al baño. Mi ducha duró una diez minutos.

Salí del baño envuelta en una toalla y mientras buscaba mis cosas en mi bolso, la puerta se abrió dejándome ver a un Alex ya vestido.

-Vine a traer la pastilla, disculpa.

-Por que te disculpas? Pas...

Y luego recordé que solo traía una toalla cubriendo mi cuerpo. Me sonroje al instante.

-No me canso de decirlo-Habló Alex mientras reía-Me encanta ver que te sonrojas por nada. Tienes una toalla no estas desnuda. Bueno, aquí esta la pastilla y el agua. Voy a preparar el desayuno mientras te vistes. Se nos hace tarde.

-OK, gracias Alex.

Busque mi ropa en mi bolso.
Solo traje un conjunto para el instituto que consistía en un jeans negro ceñido al cuerpo, un suéter de lana gris con un corazón negro en el centro, un gorro de lana, mis vans grises y unos lentes de sol.

El gris es otro color que me gusta bastante. ¿Por que? No idea, me gusta lo diferente, único.

Luego de eso coloqué todas mi cosas en mi bolso, lo puse en una esquina de la habitación de Sam, luego tendría que venir a buscarlo. Tomé mi teléfono, mi cargador lo entre en mi mochila junto con el dinero, las llaves de casa y baje las escaleras con ella en mano.

-Khat, ya estás lista? -asentí -siéntate.

Alexander me puso delante un plato con dos tostadas, huevo revuelto, jamón y un vaso de zumo de uva.

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