Salvadora

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*Hace Un Año*

"LAX - ATL ; aproximadamente 5 minutos para el aterrizaje."

Habían pasado al rededor de tres años desde que leí esas palabras en la pantalla del asiento del avión. Tres años desde que volví a Atlanta y no tuve el valor suficiente para regresar con mi familia, y que para el día en el que por fin me acerqué a la casa, no había nadie.

¿Qué dirían mis padres? ¿Me odiarían? ¿Negarían conocerme?

¿Qué hay de mi hermana? ¿Se parecería a mí, sería feliz? ¿Cuál sería su reacción al verme?

Probablemente no era mi destino volver a verlos. Probablemente ya estaban muertos. Y aun que habían pasado tres años, yo seguía viniendo a esta casa. Donde todo estaba intacto y lleno de polvo. Las habitaciones estaban perfectamente ordenadas, las fotos seguían en su lugar, si levantabas algún marco encontrarías la silueta marcada con polvo.

Excepto claro, la ventana del frente estaba quebrada. Yo la había quebrado por que no sabía cómo romper la puerta principal. Y eso había sido tres días después de que la ciudad se fuera a la mierda.

Ni mis padres ni mi hermana habían vuelto a la casa desde que los muertos comenzaron a rondar las calles. Así que no pensé que fuera malo tomar una de las fotos de mi familia, la familia que no me recordaba.

Me puse de pie del sofá de la casa. Había tomado algunas latas y otras cosas de comer que al parecer estaban en buen estado antes de encaminarme fuera de la ciudad otra vez.

Había estado con varios grupos, pero ninguno nunca salió bien. Incluso me sentía sorprendida de que yo siguiera viva. Nunca fui buena en combate o con armas, a penas y sabía usar el cuchillo para defenderme de algunos caminantes. Y si no, entonces corría.  Al menos en eso era buena.

No me tomó mucho tiempo llegar a las afueras de la ciudad. Todo seguía igual. Carros volcados, chocados... todo tenía un aura deprimente, aun que la vegetación al rededor parecía estar de buen humor. Era verano, así que los árboles lucían llenos de vida, el cielo estaba claro y pocas nubes saltaban a la vista.

Al lado de la carretera pude ver un auto que me llamó la atención. Para empezar, estaba en un claro y estaba volcado. Aparentemente el conductor había tenido alguna clase de accidente que mandó el auto a volar. Y a parte de los evidentes daños del auto, no parecía que alguien se le hubiese acercado. Había una buena probabilidad de que no lo hubieran saqueado.

Me acerqué al auto, había un cadaver atravesado en la parte trasera del auto. Le pegué una patada para asegurarme de que estuviera muerto, y lo estaba. Me encargué de sacarlo del auto y vi que tenía un gran agujero redondo en su cabeza. Debió haber intentado atacar a alguien del auto. Me puse de cuclillas y pude ver que adentro habían otros dos cadáveres, estaban bastante descompuestos, pero no tenían heridas en la cabeza, solo había sangre seca, así que eran probablemente los conductores.

Unos minutos después de revisar el auto entero me di por vencida. El auto no tenía nada al final, vacío. Me alejé un poco para mirar el carro, decepcionada.

Fue entonces cuando sentí el cañón de un arma en mi cabeza. Tragué saliva.

— Hola, bonita— la voz de un hombre dijo.

Otros pasos sobre el césped se hicieron presentes, y pude ver que eran varios hombres armados. Los miré a todos, nerviosa.

— Por favor, no me hagan da...

— Shh...— un hombre corpulento se situó frente a mí— ¿pero quién dijo que vamos a hacerte daño?— alcé una ceja— ah, bueno, sí, mi culpa.

— ¿Qué quieres?

— Gente— balanceó un gran bate a su al rededor— solamente gente.

Tragué saliva nuevamente, me estaba  sudando las manos, no estaba a costumbrada a este tipo de situaciones.

— ¿Reclutas?

— Chica lista— sonrió.

— ¿Por qué? ¿Quién eres?

— Basta de preguntas— golpeó el suelo con su bate de púas, di un brinco— quiero formar un imperio, y no puedo hacer eso sin suficiente personas, ¿cierto?

Hubo un silencio momentáneo.

— Responde cuando te hago una pregunta— su carismática voz pasó a ser rasposa y amenazante rápidamente, mis manos comenzaron a temblar un poco.

— S-sí...

— Correcto— sonrió de nuevo— si vienes con nosotros te prometo mantenerte a salvo y te asignaré un rol en nuestra comunidad.

— ¿Y-y si no...?

— ¿De verdad quieres averiguarlo?— preguntó incrédulo— estoy siendo bueno contigo, así que quiero algo a cambio... ¿Cuál es tu nombre?

— Uh... F-Francinnie

— Muy bien, "Francinnie" necesito ponerte un segundo nombre, si se le puede llamar así. Te unirás a nosotros, y de ahora en adelante, tu segundo nombre será igual al mío.

— ¿Y cuál es ese nombre?— pregunté con un hilo de voz.

Él sonrió.

— Negan.

Él se adentró a los árboles de los que salieron, y todos los demás lo siguieron. El hombre que me apuntaba me dio un leve golpe con el cañón de su arma.

— Camina, Frankie.

TWD: Disturbio Eterno | c. g. |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora