La luz se cuela por las rejillas de las cortinas, dejándome medio ciega. Cojo de mala gana el cojín que tengo al lado y me tapo con él la cara, aunque eso no mitiga la voz que viene de detrás de la puerta.
—Lena despierta, son las nueve de la mañana y te toca a ti dar de comer a los animales.
— ¡Venga ya Jona! —Le grito a mi hermano bien alto para que me oiga. Hago un esfuerzo para abrir los ojos y los enfoco en la ventana, la cual solo tapa una pequeña porción de luz, lo que significa que no debe de ser más de las ocho. Hace tiempo que aprendí a saber la hora tan solo con mirar por la ventana.
Mientras me acostumbro a la luz, veo a mi hermano delante de mí, suspirando enfadado. No me he dado ni cuenta de que ha entrado en la habitación. Tiene el ceño fruncido, lo que significa que no está de buen humor. Todo él es grande y alto, moreno, de ojos grandes y tan castaños como su pelo rizado. Lleva unos pantalones tejanos que le llegan a media pierna y unos zapatos a juego con su camisa de cuadros verde. Pongo los ojos en blanco al verlo vestido de esa manera, parece diez años mayor.
—Te doy exactamente cinco minutos para que te acabes de despertar y otros cinco para que te vistas. —Miramos los dos el reloj inservible que tengo en mi muñeca y él suspira. — Ya sé que tienes sueño, yo también me desperté a las cinco por culpa de Henry. Aun así, tiene que comer, y esta semana te toca a ti. Además...—suspira de nuevo con una pequeña sonrisa en los labios. —...hoy tienes huevos revueltos para desayunar.
Mientras me quito la sabana de encima pienso en las cien maneras diferentes de asesinar al gallo. Henry tiene la maldita costumbre de ponerse a cantar cuando aún hay estrellas en el cielo. ¿Qué gallo hace eso?
Me pongo las chancletas y me dirijo al baño para lavarme la cara. Estoy sudada, y no es que huela precisamente bien. Ultimamente hace un calor insoportable y el ambiente es extremadamente seco. No sé cuánto tiempo hace que no llueve, ¿dos meses quizá?
Me dispongo a cerrar la puerta del baño para tomar una ducha cuando mi hermano habla des del pasillo.
—Por favor no tardes ni dos minutos en ducharte. Ya no queda casi agua en el tanque.
—Sí, sí. —respondo poniendo los ojos en blanco. Estoy cansada de escuchar lo mismo cada día. Hace cuatro días que no me ducho y eso me está pasando factura. Tardo más de lo esperado en peinarme la larga melena de rizos, la cual parece más un nido de pájaros que pelo y que me llega ya por debajo de la cintura. La idea de cortarme el pelo es realmente tentadora y busco en el armario las tijeras. Las veo en el fondo y las cojo con decisión.
Hoy sí. Puedo hacerlo.
Nunca me he cortado el pelo. No des de que era pequeña y me lo cortaba mi madre. Aún recuerdo cuando se pasaba horas tocándome el pelo y diciéndome que ella nunca dejaría que me lo cortara, que lo tenía demasiado bonito como para hacerlo. Por eso siempre que cojo unas tijeras con esa intención me echo para atrás y las acabo dejando. Pero hoy no. Hoy me lo cortaré.
Cojo un mechón y lo acaricio.
Joder Lena, no es tan difícil.
Mi mente está diciendo que lo corte, que parezco un poco estúpida con el mechón entre los dedos, pero mis manos temblorosas están diciendo algo completamente diferente. Agarro las tijeras con más decisión, trago saliva y con los dedos rígidos aprieto las tijeras. Oigo como cortan el fino mechón y como este cae dentro de la pica. Cierro los ojos con fuerza.
Dios mío.
Lo he hecho. Y ya no hay vuelta atrás.
En verdad, mi intención era cortarlo mucho más y dejármelo por encima del hombro, pero en el último momento decido que tengo que ir poco a poco y que esto es un gran paso para mí, así que me lo dejo por debajo del pecho. Aun así, mis manos siguen temblando mientras me las arreglo para dejar todos los mechones a la misma altura.
ESTÁS LEYENDO
El secreto de las auroras boreales
RomanceLa sociedad ha sido destruida y ahora todo el mundo gobierna sus propias vidas. Al principio, nadie se lo tomó muy en serio. Todos pensaban que era normal sufrir un corte de luz de vez en cuando. Lo que no sabían era que sería duradero. Cuand...