Capitulo 3

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Narra Lauren

-¿Están bien?-. Alguien nos alarma y me separo un poco de mi hermanastra.

-Si-. Respondo a Darren.

-Lo siento, no quería subir, pero escuche ruidos-. Explica el señor.

-No se preocupe-. Exclama Camila -Iré... iré por agua-. Avisa dirigiéndose hacia la escalera, tiene sangre en sus brazos y blusa, tal vez yo también tenga.

Esta por bajar, pero se detiene y gira.

-Gracias-. Su agradecimiento es hacia mí.

Yo solo asiento. -Te esperaré aquí-. Dije.

Quiero estar segura que no volverá a esa habitación.

Ella empieza a descender y vuelvo mi mirada hacia la puerta, los sonidos son más fuertes.

-Ese fue un buen golpe-. Dice Darren. -¿Jugabas algún deporte?-.

-Sí, practicaba a los catorce béisbol-. Respondo continuando la plática.

No me moveré de aquí hasta que Camila suba, sin embargo quiero ignorar los constantes golpes en la puerta.

-Mi hija cumplió años hace poco, tenía una pasión por la natación, ella comenzó a nadar desde los cinco-. Relata Darren.

Pasado, asumo que tiene una hija muerta.

-¿Cuantos años cumplió?-. Pregunto apoyándome al barandal.

-Diez, murió hace un par de horas-. Mi mirada vuela hacia él.

Nunca había tenido esta sensación de melancolía por una persona que no conozco. Como paso hace poco, mi mente no puede evitar imaginar la forma en que murió.

-¿Ella está realmente muerta?-. Pregunto, ahora mismo no sé cuando una persona está realmente muerta. Creí que mi padre estaba muerto y hace poco le encuentro queriendo lastimar a Camila.

-No lo sé, ojala lo esté porque no quiero que sea como los caníbal de allá fuera-. Dice apresurado -No la pude defender-. Aprieta su pecho, juro que puedo sentir su dolor.

Hace un breve momento soñé que estaba fuera de esta casa, en la acera e inmóvil viendo como Camila era comida pedazo por pedazo por criaturas pálidas y yo no podía moverme, sólo observar. Desperté agitada sin nadie a mí alrededor, mi corazón latía a un nivel nuevo y en la habitación continua se escucho algo caer, cogí lo primero que encontré y corrí, corrí lo más que pude hasta la habitación continua.

Sabía que era a mi padre a quien iba golpear y ni siquiera lo pensé, lo derribe para salvarla.

-Lo siento-. Agacho mi cabeza.

-Debes de querer mucho a tu hermana-. Dice, le miro confundida. -Yo no pude-. Exclama bajando. -Yo no pude defenderla de ella-.

-¿De quien?-.

-Yo no pude-. Ignora mi pregunta y continúa repitiendo "Yo no pude" con la voz quebrada.

¿De quién no la pudo defender?

Narra Camila

No hay parte de mi cuerpo que no tiemble, me apresuro a llegar al fregadero mientras mis lágrimas caen.

Siento como si tuviera sangre en mis manos ¡Oh Dios! ¡Tengo sangre en mis manos! Aunque solo tenga la iluminación de la ventana, puedo verla y olerla.

Abro el grifo con desesperación y meto mis manos ahí. Me siento asquerosa, el olor, no puedo oler así, no puede estar pasando esto. Solo es un mal sueño y quiero despertar ya. Sé que repetirme esto no hará que nada mejore.

Mundo Irreal (CamRen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora