Capítulo 21

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Narra Camila

Abruptamente soy empujada del auto al piso de la entrada de un inmenso almacén. En la caída he raspado las palmas de mis manos y mis rodillas.

-¡Ay!-. Gimoteo.

-¡Eh!-. Escucho gritar la voz de un hombre -¡¿Qué Demonios estás haciendo Luke?!-. Eleva más su voz, tiene un acento raro y parece que está enojado por lo cual prefiero mantener mi cabeza agachada hasta que alguien se me acerca, toma mi mentón y me obliga alzar el rostro -¿Estás bien? Lo siento, Luke nunca aprendió a tratar a las mujeres-. El joven me ofrece su mano para levantarme, la tomo -Soy Alessandro Dellisola antiguamente Sargento-. ¿Sargento? Él esta vestido como un militar.

-¿Eres militar?-. Pregunto sacudiendo mi ropa.

Hay algunos más sosteniendo armas con las mismas vestimentas e incluso los que nos han traído aquí también lo están.

-No, esta ropa estaba de oferta-. Sonríe bromeando -Si, lo soy o lo era-.

Quiere hacerse el agradable, pero Simón me dijo claramente que no confíe en nadie antes que lo noqueara el pelirrojo de la izquierda.

Después de que nos adentramos en la Municipalidad huyendo de ellos, nos resguardamos y dormimos en la habitación de una casa. Hoy en la mañana estábamos volviendo al comienzo y mientras caminábamos de regreso paso una moto y un carro, los tipos que bajaron son ellos. Nos ofrecieron ayuda, pero Simón no se quedo callado y se negó, queríamos volver, pero no nos escucharon fue así como terminamos siendo arrastrados hasta Madrid. Literalmente.

-¿Qué pasó con él? ¿Porqué esta inconsciente?-. Pregunta el teniente disgustado.

-Señor, quiso pasarse de listo y lo neutralizamos, señor-. Dice uno, todo ellos parecen tenerle respeto pese a las circunstancias, están parados rectos incluido el fortachón que me hizo caer.

-Llévenlo a dentro-. Ordena.

-¿Qué harán con él?-. Pregunto, temo por Simón y a la vez por mí.

-Tranquila sólo lo revisará nuestro auxiliar medico-. Dice sonando tan creíble que solo afirmo con la cabeza -Entremos, tus raspones también deben ser desinfectados-. Toma mi brazo y me resisto, no quiero entrar.

Él me observa y vuelve a tirar de mí en el lapso que escuchamos un niño llorar, por niño me refiero a Seth.

-¿Quién es él?-. Pregunta el Sargento Dellisola.

-Es su hermano, señor-. Responde el pelirrojo con Seth en sus brazos.

-Vamos Seth-. Yo zafo mi brazo y voy a reclamar a Seth, quien llama a Dinah y dice lloriqueando "quiero a mi hermana".

-Te llamas Dinah-. Me pregunta Alessandro al escuchar al niño.

-No, soy Camila-. Quizás esté considerando estrechar su mano, pero con Seth ahora en mis brazos no puedo y no voy a soltarlo una vez que se ha calmado -Se refiere a mi otra hermana-. Miento, estoy mintiendo por creo yo, una buena razón. No les conozco -Debo regresar a la municipalidad anterior, debo buscarla y buscar a mi... a mi-. Me trabo -A alguien, quiero buscar a alguien-. Completo suplicando.

-Nadie sale una vez dentro-. Aclara un chico rubio alto.

-No estoy dentro-. Le reproche airada y aunque me esté equivocando, no retrocedo.

-Troy deja el juego, la jerarquía murió junto a más de la mitad de la población, así que todos los que puedan respirar y no quieran comernos, son prescindibles ¿Entiendes?-. Se proclama el sargento.

Él se para recto y asiente con mirada firme hacia al frente.

Esto me hace dudar.

Todos ellos llevan armas, pero el Sargento Dellisola no y por encima de eso le respetan. Es decir, el tipo grandote y fortachón si quisiera puede tomar el mando sin problema.

Mundo Irreal (CamRen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora