Primer Beso...

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Dos semanas han pasado desde que llegue a Roma y las cosas no podrían ir mejor. Trabajo de mañana, me queda él día libre para recorrer la cuidad, de noche llamo a Felipe y hablamos un par de horas de nuestro día.

En estos momentos estoy saliendo de casa para hacer las compras diarias, la cuidad es tan hermosa que no siento necesidad de usar mi automóvil. Cierro la puerta y me dirijo a comparar.

Llevo los audífonos, mis fieles amigos, los conecto al celular y comienzo a recorrer las transitadas calles. Todos los días descubro algo nuevo y más bonito en ellas. Me siento bien, feliz, hay días en los que me pregunto cómo es que no vine aquí antes, aunque creo que ya no importa.

Llego al mercado y comienzo a recorrer sus largos pasillos, busco él jabón para la ropa, galletas, unos snacks salados para el camino, carne para la cena y demás cosas innecesarias, pero ricas. El carrito está casi lleno solo falta lo más importante, él helado, me dirijo a las heladeras y mi cerebro comienza a debatir que llevar.

-¿Vainilla o crema americana?- me susurro.

-Si no te decides lleva los dos- escucho a mis espaldas, giro y me encuentro con Luca y... ¿un bebé??

-Hola- lo miro confundida- hola pequeño ¿cómo estás?- tomo la manito del bebe, este suelta una carcajada y yo río con él.

-Le caes bien, usualmente llora cuando conoce gente nueva, y por si quieres saber yo también me encuentro bien- lo veo con cara de ¿en serio, Luca, en serio?

-Le caigo bien porque soy hermosa- le digo a lo muy diva, corriendo mi cabello hacia atrás- Además de mi perfecta personalidad- este comienza a carajearse y lo miro mal 😒😒.

-Sí, me imagino, tu perfecta, gruñona y antisocial personalidad- seca una lágrima que cae por su mejilla- el mejor chiste que he escuchado en un tiempo- Le saco él dedo del medio y me vuelvo a las heladeras.

-Oye no hagas eso- le tapa los ojos al niño- no quiero que después ande por la vida haciendo groserías- ruedo los ojos y saco los dos potes de helado, al final y como es usual no me puedo decidir, los coloco en mi carrito y comienzo a caminar hacia las cajas.

-¡Hey! Espera no te vayas- me persigue con él carrito del bebe y me intercepta con este para que no siga caminando.- Espera, no te enojes, lo siento-me mira arrepentido.

-Está bien- suspiro- solo...deja de usar al niño como escudo ¿sí?-

-ok, ok- corre el cochecito- podemos acompañarte a casa, nosotros ya conseguimos la leche y los pañales- sonríe inocente y la verdad, no me puedo resistir a su carita de perrito mojado.

-Está bien, vamos antes de que se me derrita el helado- nos dirigimos a las cajas, pagamos nuestras cosas y subimos al auto de Luka, el camino es tranquilo, no hablamos mucho, solo se escuchan los balbuceos del bebe de a ratos a lo que solo sonreímos. Bajo del auto junto con mis compras y cierro la puerta.

-Gracias por el viaje, no hubiera podido cargar las cosas yo sola- este me sonríe, cuando esta por irse le pregunto.

-Luka...no les gustaría cenar en casa- rasco mi nuca- sería mi disculpa por comportarme como una niñita en el mercado, ¿qué dices?- este lo piensa unos segundo y al final asiente. Estaciona el auto y baja al pequeño Bruno.

Nos adentramos en la casa, dejo las cosas en la cocina, este deja al bebe en su sillita en la mesada y comienza a desempacar lo necesario para la cena mientras yo guardo el resto en sus respectivos lugares. Ninguno dice nada, otra vez ese silencio cómodo en el que solo se permiten miradas fugases y las sonrisas furtivas hacia el otro.

Termino de guardar las cosas y me dispongo ayudarlo a cocina pero no me deja.

-Hoy señorita comerá el file salteado con vino y verduras más rico que haya comido en su vida, por lo tanto la quiero sentada, observando a este hermosos chef cocinar y tomando vino ¿está claro?- ruedo los ojos y asiento, sirvo dos copas del vino de mi reserva, le paso una y brindamos.

Nada es Imposible (Fanfic Chris Evans y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora