capítulo doce.

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  (Parte 2 de 2)  

Cansada y derrotada, SunHee se dio la vuelta y empezó a subir la escalera.


— ¿SunHee? —Mark la llamó haciendo que se parara y se girara hacia él.
—Estoy cansada, Mark.

Un cansancio que no era sólo debido a falta de sueño. Estaba dolida y agotada.

—Es sólo un segundo. Quería saber si habías comprado un regalo para Joey.

SunHee negó con la cabeza.

—No. ¿Quieres que lo compre o prefieres hacerlo tú?
—Hazlo tú. Confío en tu buen gusto.

Lo dijo con tanta sencillez, como si no lo dudara ni un momento. Cómo hubiera deseado que confiara en su amor por él de esa manera.

—Muy bien.

Siguió subiendo la escalera, cerró la puerta de su dormitorio y cayó sobre la cama.
Hubiera deseado llorar, pero el dolor que sentía era demasiado profundo.
El futuro parecía horrible.

Mark nunca admitiría que seguía amándola.
Había decidido quedarse porque esperaba poder recobrar su confianza y que él la perdonara.
Pero, ¿y si no lo hacía?

Era un pensamiento aterrador que no pudo quitarse de la cabeza durante todo el día siguiente, mientras compraba el regalo y conducía hasta la casa de los Tuan en Maine.

Raymond y Dorine tenían una gran casa al borde de un lago. Había sido su casa de verano, pero desde que Raymond se jubiló se había convertido en su residencia permanente. SunHee había estado allí varias veces durante los primeros meses de matrimonio, pero era la primera vez que llegaba sola.

Salieron a abrazarla afectuosos, pero se quedaron perplejos al no ver a su hijo.

—Ha tenido que quedarse en la ciudad para ver a un testigo mañana —SunHee explicó rápidamente.
— ¿Pero cómo se le ha ocurrido a Mark dejar que conduzcas sola en tu estado?—preguntó Dorine.
—No me importa, de verdad —mintió.
— ¡Pues a mí sí me importa! No me parece bien y pienso decírselo. Debes de estar agotada. Ven dentro y te preparé una taza de té.

SunHee sintió deseos de contárselo todo a su suegra, pero Mark no quería que su familia supiera que pasaba nada, así que no pudo hacerlo. No podía recordar cuándo se había sentido tan desamparada o tan necesitada de consejo sin poder conseguirlo.

Cuando subió a la habitación que solían usar cuando iban a pasar allí unos días descubrió algo que seguramente Mark había olvidado.
La cama.
No habían compartido cama desde la visita de Hye.
Ese pensamiento la llenó de aprensión e impaciencia.

En la cama nunca había sido capaz de esconder sus sentimientos por ella.

¿Sería esa la razón por la que ya no dormían juntos, porque no confiaba en que podría mantener la distancia física que su mente pedía?

¿Había encontrado un cincel para romper el muro que él había construido entre los dos?

No quería usar el sexo para volver con él, pero podría ser la única manera.
Si consiguiera que se fuera a la cama con ella una vez, ¿quién sabe lo que podría pasar?

Era una oportunidad que no podía dejar pasar.

Esa noche durmió poco y, cuando se despertó, la mañana era brillante, luminosa y llena de promesas.
Tenía muchas cosas que hacer para mantener la mente ocupada, pero a medida que avanzaba el día miraba el reloj cada vez con más frecuencia.

STOLEN LOVE ; MARK TUANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora