Podemos.

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Podemos estar lejos, podemos estar cerca, podemos dejar de hablarnos y de vernos, podemos olvidarnos y odiarnos, podemos querernos y pensarnos, claro que podemos. Pero no podemos volver el tiempo atrás, no podemos borrar los besos dados, las caricias entregadas, no podemos olvidar lo soñado, lo entregado, no podemos dejar lo hablado y lo sentido, eso es lo que no podemos. 

Lo que puedo es pensarte, pues mi mente te guarda en lo más profundo de ella y saca a la luz tus recuerdos de vez en cuando, no es algo que me atormente, no es algo que me provoque desagrado, en realidad me gusta hacerlo y me hace sentir un poco tranquila. Lo que no puedo es ilusionarme, pues no puedo tenerte, ni sentirte. 

Podemos encontrarnos y hablar de vez en cuando, pero no podemos acostumbrarnos y seguir esperando. Podemos ser amigos y contarnos de nuevo algunas locuras, pero no podemos evitarnos a toda costa y fingir que no nos vemos. Podemos intentar ser más que conocidos, pero no podemos enfrascarnos en la idea de tenernos. Podemos vernos y hablarnos, pero no podemos soñarnos.

Puedo verte, puedo hablarte, puedo seguir conociéndote y apreciandote, pues no me hace daño en lo absoluto, pero no puedo volverte mi centro, mi vida. Puedo pensarte y puedo llamarte, pues me hace bien saberte mejor y saber qué es lo que pasa en tu vida, pero lo que no puedo es extrañarte y encariñarme. 

Podemos hacer demasiadas cosas, pero no podemos esperar a que sucedan de la nada. Podemos seguir soñando, pero no podemos ilusionarnos. Podemos ser amigos, pero no podemos esperar ser los mejores. Podemos hablar bien, pero no podemos esperar que sea rápido. Podemos vernos, pero no podemos esperar que sea sencillo desde el principio. 

Entonces, si puedo verte, pues no me hace daño, puedo pensarte, pues no me atormentas, puedo hablarte, pues me gusta hacerlo, puedo encontrarte, pues no me provocas malestar. 

Puedo estar cerca de ti, pues es lo que quiero, pero lo que no puedo es obligarte a hacerlo.

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