Busca otra chica.

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Saber que lo único que piensas cada vez que ves una chica es observar si tiene un trasero voluminoso y un par de pechos decentes que te inciten a tener sexo, me pone a pensar en que es lo que la miseria te ha hecho. Te dices alguien que no se quiere enamorar por querer control en su vida, quieres fajes y sexo sin compromiso. No hay nada mejor que eso. Quieres unos labios suaves que no se dirijan a tu boca si no a tu miembro, quieres encontrarte con una chica libertina que no te llene los ojos, quieres tus viajes llenos de humo y alcohol, llenos de olvido temporal, pero cuando el efecto adormecedor de lo que fumas termine, el fantasma vuelve a aparecer, cada vez que reaccionas a la realidad ves el problema más grande, te pesa más y vuelves a comenzar. Te aferras a ese circulo vicioso que hace que te pierdas y te alejes de tu realidad por un tiempo. Haces amigos que te patrocinen el alcohol, te acabas las cajetillas antes de que alguien se atreva a pedirte que compartas, viajas con tipos que conoces por las noches y te desahogas, te abres con una daga y metes sal a la herida, lloras alcohol y te consuelan chicas diferentes y te cierras tan pronto como te das cuenta de lo que haces y con esa rapidez te vas encima de ella, esa chica de la cual no sabes su nombre, pero que no importa.

La capa que alguna vez sentiste sobre tus hombros se ha desgastado, la dejaste tirada en alguna esquina de algún bar, la chica que la había puesto sobre tus hombros se encuentra por las noches pensando aún en tu mirada, esa chica que llegaste a odiar por hacerte sufrir, esa chica que también lastimaron y pudiste preferir culparla por todo. A veces es más fácil culpar a esa persona para poder olvidarla. Dicen que cuando amas a alguien y no pueden estar juntos pienses mal de ella. Piensa que es horrible, que te engañó y que está más feliz sin ti, piénsala besando al tipo del bar que tiene las mismas intenciones que tu, mírala riendo de tu dolor y odiala, porque el odio es la forma más fácil de alejar a alguien de tu vida, pero también es la peor, porque todo el amor que algún día sentiste se convierte en dolor, en rencor y en algún momento si tienes suerte, en olvido.

Constantemente revisas los mensajes que ella te dejaba y esperas ver un mensaje nuevo, te acostumbraste a que siempre que revisaras tu celular estarían sus palabras esperándote y ahora no hay nada, relees cada una de sus palabras y vuelves a llorar, ebrio por todo y cuerdo por nada. Te das cuenta que el lobo protector que eras se convirtió en un cazador que sólo necesita saciar esa necesidad de placer, te quieres sentir bien, quieres una conexión que te haga sentir vivo de nuevo y te haga olvidar ese fuego que llevas en la piel, pero no quieres amor. Deseas que no te digan te quiero, deseas que sea algo pasajero y que así como llegó se vaya por la madrugada. Quieres sexo de la chica que la novia de tu amigo llevó, alucinas que se te insinúan las chicas de tanto que deseas perderte en un momento y cuando consigues unos labios dispuestos a satisfacerte, los tomas. Te aferras y dejas que hagan realidad tus fantasías, en el baño vas a fajar, en el coche a media noche, incluso en un callejón a obscuras sucumbirías al placer que te puede ofrecer, a ese sentimiento que te hace olvidar que estas tan mal que necesitas a cualquiera para sentir algo, cualquier emoción, cualquier sentimiento. Pero cuando ella se va no te queda nada, vuelve el fantasma y te aplasta con la misma facilidad con la que esa chica hizo que llegaras al orgasmo. 

Entonces en la mañana extrañas sus abrazos, sus besos cálidos que podían iniciar con tanta ternura pero que podían pasar a estar llenos de lujuria. Extrañas compartir tus ideas y alegrías. Pero a pesar de saber que la sigues amando, te vas. Cierras esa puerta y la maldices en silencio, escribes que la odias y piensas mil y un formas de torturarla, la odias. Sus ojos que eran un hogar se vuelven un infierno, su sonrisa cálida se vuelve navajas que te apuñalan mientras duermes. Sueñas con ella y ella contigo. Pero la odias y tus amigos te vuelven a ahogar pensando que te ayudan a olvidar y tu cedes aunque sabes que la melancolía aumenta y la alucinas, el humo de la habitación se convierte en ella y vuelves a buscar a alguien y la vuelves a encontrar. Otros labios diferentes que están dispuestos a hacerte sentir el don juan que antes eras, otra chica que quiere tu amor pero que sólo recibe tu semen, otra chica que es sólo tu medio para sentirte vivo. Y te pones tu mascara de felicidad y placer y cuando ella se va, vuelves a extrañar y así también vuelves a buscar.

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