Las arrugas marcadas en su rostro y manos, las manchas por causa del sol en los brazos y cuello, el poco cabello color blanco, los llantos acumulados... eran lo único que tenía, eran su único soporte.
Mi vida... tardaste demasiado, pensé y confié que en algún momento de mi belleza llegarías... ya es tarde para cobardes, es tarde para mañanas con café, besos en las mejillas y largas noches llenas de pasión. ¿Por qué tardaste tanto?
¿Por qué causaste que dejara de creer?
¿Por qué tu rostro está nostálgico, deprimido? ¿a caso...?
Te esperé, también te esperaba, ¿por qué perdimos el camino? ¿por qué jamás nos vimos?
Te anhelaba, te imaginaba en cada mirada, soñaba con tomarte de la mano y jamás soltarte. Te confundí con muchas.
Tuviste suerte, yo te conocía tanto que jamás te confundí, pero cuando las arrugas eran menos y mi cabello era más oscuro me cansé de mirar por la ventana, me cansé de desear lo que tenían ellos, los que sabían la dirección exacta. Los que no eran como nosotros.
Lo siento...
No, no es tu culpa, realmente no es la culpa de ninguno, fue el destino, somos más sabios que los niños, menos tercos que los adolescentes y tenemos más tiempo que los adultos.
¿Y la energía? y... ¿el tiempo verdadero?
Estamos muriendo, el vacío se propasó a todo el cuerpo, desde la cabeza hasta las puntas de los pies.
No, apenas empezamos, queda tiempo, tenemos poco, pero podemos.
Es tarde, todo se esfuma delante de nuestros ojos, el alma, los sueños de dos, el sólo respirar se dificulta.
No puedo vivir lo que queda, sabiendo que te encontré y te perdí.
¿Qué diferencia tendría? lograste hacerlo durante tantos años.
No sabía que eras tú...
Exacto.
¡Qué desgracia! ¡Qué desdicha!
Me cansé de desear lo que tenían ellos, los que sabían la dirección exacta.
Los que no eran como nosotros.
Él se levantó del asiento, me miró, sonrió y dio un suspiro. Al sentarse de nuevo me preguntó mi nombre y supe ahí que debía repetir...
Mi vida... tardaste demasiado, pensé y confié que en algún momento de mi belleza llegarías...
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Cuentos sabor Café
RandomFrío, caliente, dulce o amargo, la vida es como un café. 43 Cuentos cortos y variados de diversos temas. Cada uno cuenta un poco sobre la destrucción de deseos y la esperanza.