Capítulo 2: "Nuestra vida en el orfanato"

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La navidad, se encontraba cerca. El orfanato aprovechaba esta fecha para la venta de productos que los niños más grandes del mismo elaboraban y que luego eran distribuidas en algunas tiendas de la ciudad. Lo que recaudaban de ello, servía para la manutención de los niños y para el arreglo de la infraestructura del orfanato.

Un par de niños pelinegros miraban tras el viejo árbol de cerezo los autos salir con los productos que habían elaborado sus hermanos mayores como ellos los llamaban.

Ese es el último auto, decía Milk.

Si, decía Gokú mientras con una filuda piedra escribía algo en el viejo árbol de cerezo.

¿Qué haces?, dijo la pequeña niñita pelinegra colocando sus manitos en la cintura mirando hacia el árbol.

Escribo las iniciales de nuestros nombres, para que así todos sepan que este árbol es nuestro, decía Gokú.

Ya tenemos algo, entonces, no somos unos pobres huérfanos como dice la bruja, decía la pequeña niña pelinegra sonriendo dulcemente.

Así es, este es nuestro árbol, decía Gokú mirando las iniciales: "G y M" que estaban escritas en el árbol.

Oficina:
¡Gracias señor Ouji¡ usted siempre tan gentil, gracias a usted los niños del orfanato podrán disfrutar de una chocolatada y a parte tendrán ropita nueva, decía una mujer.

No agradezca, lo hago con mucho gusto. ¿Y qué actividades tiene pensadas para el aniversario del orfanato?, es en dos meses, ¿verdad?, decía el hombre maduro cabello de flama.

Así es a fines de febrero del próximo año, el orfanato cumple 50 años protegiendo a los niños abandonados y encargándonos de buscarles un hogar, decía la mujer.

Yo estuve pensando en algunas actividades y quisiera comentárselas, decía el hombre mientras la mujer asentía.

Días después:

Gokú y Milk junto a otros niños ayudaban a decorar con cadenitas de color verde el gigantesco comedor donde ese día por la noche recibirían la navidad.

Milk alcánzame otra cadenita, decía una jovencita de cabello negro.

Toma, Zaira, decía la pequeña pelinegra.

Milk ayúdame con esto se me enredo, decía Gokú riendo tratado de desatar las cadenitas que estaban hechas nudos.

Dámelas, decía la pequeña niña sonriendo.

Horas después:

El gigantesco salón estaba completamente decorado, un pequeño árbol de navidad con algunas bombas se encontraba al final del mismo.

Muy buen trabajo, ahora todos a darse un baño y regresan en un par de horas aquí, dijo la tutora del orfanato.

Gokú y Milk salieron juntos de lugar platicando.

Escuche que vendrán los benefactores, decía la pequeña pelinegra.

Si yo también, decía Gokú.

Que esperan apúrense, dijo la tutora al verlo caminar con paso cansino.

Ya hablo la bruja, dijo Gokú.

¿Qué dijiste?, dijo la mujer de lentes.

Nada, nada, dijo Gokú tomando la mano de la pelinegra y echando a correr con ella.

2 horas después:

En una gigantesca mesa los niños del orfanato, grandes y pequeños se encontraban sentados.

"Lo que juramos"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora