¡¿Es en serio?!

94 5 2
                                    

-¡Corra más rápido señorita Thompson! ¡Sus compañeros ya terminaron!-  gritaba el maestro de gimnasia después de ver lo rezagada que estaba de los demás.

-Póngase a pelear con alguien que parece una pared de músculos y tiene la mandíbula más dura que he golpeado. A ver si estaría gritándome ahora- susurre por lo bajo mientras terminaba el "mini maratón" que nos había puesto. Justo al llegar a la meta, sentí una punzada de dolor en mi costado izquierdo. -¡Maldición!- grité después de sentir calor en donde estaba la herida.

Provocando que varios voltearan a verme, y como siempre, simplemente los ignore mientras caminaba a los casilleros para recoger algunas vendas. Eso detendría la sangre, supongo. Estupendo, justamente esta noche tengo una pelea, algo me dice que tendré que soportar el dolor.

Después de tomar las vendas e ir al baño, trabe la puerta para que nadie entrara. Que con mi mala suerte alguien entraría y comienzaría a hacer un escándalo por una pequeña herida. Levanto mi camiseta para hacer una "revisión de daños" y por suerte no paso nada grave, solo un pequeño estirón de los puntos. Bien, solo tendré que ajustar el vendaje un poco y tener cuidado de no usar mi brazo izquierdo esta noche.

Justo cuando estaba a punto de terminar, alguien comienza a "tumbar" la puerta. ¿No me puede pasar algo bueno este día? me pregunte mientras me dirigía a la puerta y la destrababa. La respuesta a mi pregunta llegó casi de inmediato al ver a la última persona con la que NO me hubiese gustado cruzarme nunca en mi vida.

-¿Se puede saber la razón por la que tenías trabada la puerta?- al escuchar esa voz chillona me arrepentí de tan siquiera pensar en abrir la puerta.

-Pues eso es algo que no te interesa- le dije a la rubia "natural" delante de mí, a la vez que trataba de salir del baño.

-Yo pienso que al director si le podría interesar.

Eso basto para que me detuviera en seco. 

-Eres una...- calma, ya tengo suficientes problemas con el director. Uno más y me suspenden por una semana. -Bueno, me gustaría quedarme a platica pero algunas persona tienen otras cosas que hacer además de interrogar a las personas... y teñirse el cabello- susurre lo ultimo mientras trataba de escabullirme de ahí.

-Aún no contestaste mi pregunta.

-Necesitaba algo de tiempo a solas. ¿Feliz, Nataly?- respondí lo mas tranquila posible antes de lanzarme en contra de la rubia que tenia delante de mí.

-No mucho.

Serás tan hija de... comencé a insultarla mientras salía corriendo del baño antes de que hiciera una estupidez. Como moler a golpes hasta casi matar a una rubia muy idiota.

Al salir de la escuela de inmediato sentí una brisa helada que me hacia sentir lo viva que estaba. Comencé a caminar hacia mi transporte, mi querida motocicleta, la cual es mas facil de maniobrar que un auto, sin mencionar que es muy util en el momento en el que nesecites huir lo mas rapido posible de la policia.

Al llegar a mi moto me di cuenta que a unos cuantos autos de distancia estaba otra de las personas con las que quiero tener el menor contacto posible. Ryan, el "chico popular" según todas las zorras de las escuela, y uno que otro hombre. Debo admitir que con su altura no era muy facil el ocultarse,  media su muy buen metro noventa y tres,  con un cabello castaño y ojos verde opaco. Sin mencionar el hecho de que sea uno de los mejores deportistas en la ciudad, todos los equipos pelean por tenerlo en sus filas. Aunque en realidad no sé porque todas las chicas se mueren por estar con él...de acuerdo, lo admito. Quien no se enamoraría, o como mínimo, se giraría para verlo.

Aunque según otras chicas, Ryan no era el único hombre codiciado por aquí, también estaba Alex, mi "amigo". Quien asombrosamente era más alto que Ryan, lo sobrepasaba por unos 8 centímetros, lo que hacia que nunca pasara desapercibido en cualquier lugar al que iba, Sus ojos tienen un peculiar detalle que hace que no puedas dejar de mirarle. Son de un azul pálido, que,  si los ves fijamente o en el ángulo correcto se ven grises. Y todo esto,  acentuado por su cabello negro y sus buenas facciones.

 Aún no sé cómo él, habla con una antisocial como yo. Y gracias a esto me he ganado una que otra amenaza por parte de sus "admiradoras". Aunque esto también ha hecho que algunos de sus amigos hablen conmigo, solo un par de frases pero es algo.

Un movimiento a mi derecha me hace girar mi cabeza para ver una cabellera rubia pasar volando hacia la dirección en la que esta Ryan. Pobrecito, si supiera la zorra que tiene por acompañante. Al pasar junto a mí, ella le da un rápido vistazo a Ryan y después se gira para lanzarme una mirada de advertencia que me dio escalofríos, que si hubiera sido una de mis oponentes, no dudaría en ponerme en guardia para esperar lo que fuera.

Ryan solo le sonríe de lado y le da un beso, que poco a poco comienza a subir de nivel. ¡Vayan a un hotel! escuchó como alguien les grita y hace que se separen. Yo solo me río al ver la escena, lo que me costó una mirada de odio de una rubia. Después de su pequeña demostración de "cariño", no me quise quedar para ver lo que sucedería más adelante. Me subí  a la moto y conduje rumbo a la carretera.

Debo admitir que llevaba tiempo sin sentirme libre, el dejaa todo atrás y sambullirme de lleno en la carretera sin detenerme un instante, era una sensación que mi cuerpo ya necesitaba. Sin darme cuenta acelere hasta llegar al limite de velocidad, solté un poco el acelerador. Al fin y al cabo una multa seria lo ultimo que desearía que me pasara.

Al tomar la salida de la autopista me dirijo a mi lugar favorito, Blue ribbon, un restaurante que estaba escondido a la vista pero no dejaba de ser famoso. A estas horas no debería estar muy lleno, solo unas cuantas personas podrían estar.

Después de aparcar la motocicleta entré en el edificio y lo primero en captar mi atención es la gran piel de lince colgada en la parte lateral del pasillo con una pequeña inscripción en una placa de metal  "La curiosidad mató al gato". Siempre aparecia una sonrisa en mi rostro al ver un par de moños azules en las orejas del gran felino colgado en la pared.

Al pasar lo que quedaba del pobre animal que se atrevió a entrar al restaurante veo que de hecho no hay mucha gente adentro, solo un par de personas sentadas en la barra del fondo. Tratando de evitarlas, me senté en una de las mesas del fondo del lugar, no había nadie así que podía estar tranquila. Justo en el momento en el que me sentaba apareció la camarera.

-Hola, buenas tardes. ¿Desea que tome su pedido?- preguntó  mientras sacaba una pequeña libreta de su delantal.

-Si, gracias. Pediré algo de pasta con salsa de tomate, un tazón de sopa, una hamburguesa con una orden de papas grandes, un refresco mediano y de postre, una malteada de chocolate y una rebanada de pastel de chocolate por favor.

-Enseguida le traigo su orden- respondió la camarera después de anotar mi orden e irse rumbo a la barra.

Debo admitir que era mucha comida para una sola persona, pero dado a que quemo demasiadas calorías mientras entreno y peleo, eso apenas me sustenta. Suerte que desde pequeña he tenido un gran estómago, aunque no lo parezca claro, cosa que también provoco celos de las demás chicas. "Come como si no hubiese un mañana y no engorda un gramo" "¿Qué acaso tiene un hoyo negro por estómago?" "Apuesto que es bulímica"  una horda de rumores se dispersaron por toda la escuela con la noticia de que tenia problemas alimenticios, mas de una vez me llamaron a la oficina del director por culpa de los chismes. Y claro, Alex escuchó una sola vez uno de esos rumores y se encargó de que nadie mas los volviera a decir. Algo bueno de tener un "amigo" con poder en la escuela.

-Aquí esta su orden- escuche a la mesera mientras mantenía en perfecto balance dos charolas con la comida. -Provecho- dijo después de dejar la comida en la mesa e irse a atender a un par de clientes que acababan de entrar.

Después de un rato ya solo me quedaba terminar con mi malteada cuando alguien entro al restaurante y se sentó en la mesa delante de mi. El aura que desprendía provoco que todo mi cuerpo se tensara en la silla, levante la cabeza y al mismo tiempo  que lo hacía me tope  con un par de ojos dorados que estaban viendome fijamente.

_____________________________________________________________________________

Gracias por leer mi historia!!!

NK

A different kind of painDonde viven las historias. Descúbrelo ahora