Un nuevo comienzo.

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Por la noche, Braulio estaba tranquilo, o eso creía él, ya que no pudo empezar a decir nada y....

- Braulio está triste.
- ¿Que?
- Estas triste. Lo veo, lo noto.
- Ah...
- Vamos Dora no le piques.
- Tranquila Cristina, no me molesta, eso si pequeña, hay que matizar eso que sientes. No estoy triste, estoy algo preocupado por cosas que no vienen a cuento. Ahora lo que toca es contarte un cuento, nunca mejor dicho, para que te duermas de una vez.
- Bien cuento cuento cuento.
- Veamos...
- Los "héroes" se habían librado de unos bandidos y habían llegado a una ciudad portuaria.
- Cierto, la ciudad se llamaba "Lobo de mar" si, en lengua compartida, no me pregunten el por qué del nombre, en su momento no le di importancia y ahora estoy muy lejos para averiguarlo. Bueno, nuestro grupo de "héroes" mercenarios, rufianes y señoritas llegó a "Lobo de mar", se hospedaron en una bonita taberna regentada por muchas muchas mozas que no eran precisamente jóvenes. Todas éstas señoras se alegraron mucho de ver gente joven, bueno hombres jóvenes ya que a Imre y Remiael no las trataron tan bien como a los hombres. En la habitación cuando estábamos solos Remi dijo toda clase de cosas feas sobre esas señoras, cosas que no repetiré.

- Vamos Remi, no es para tanto.
- ¿Que no es para tanto? Creían que era una -... Me había olvidado que decía eso, bueno digamos que creían que Remi era una compañera "Especial" no me mires así Cristina, continuo- es denigrante me gustaría darles así y así y, y... AGGHH.
- Tranquila amiga mía ya entendieron a la primera.
- Aún así, me molesta mucho ¿acaso tengo pinta de "compañera especial"?
- No, pero que van a saber esas... "Amables señoras" sobre como se ve una "compañera especial"
- Espera Braulio, están hablando raro ¿que ocultas?
- Pues... Isidora, ten en cuenta que Bjorm es... Era un hombre que se expresaba muy mal. Mejor dicho, con palabras poco correctas.
- Jo...
- Bueno, voy a resumirlo un poco.
Tras calmar a Remi fueron al puerto en busca de un barco para viajar al "otro continente" persiguiendo la pista que Ardrun consiguió en su momento. Llegaron al puerto pero no encontraron ningún barco y mucho menos una tripulación que quisiera ir por el precio que proponían salvo una. Trataron de regatear pero no bajaron ni un poco el precio.
Todos se volvieron a la taberna y al pasar por la plaza vieron que se estaba celebrando un castigo público.
Si pequeña, no solo en ésta nación se celebran castigos públicos. Bien, verás, el castigo en cuestión consistía en un ahorcamiento muy peculiar ya que el hombre en cuestión tenia a los pies a una niña que estaba sujetándolo con los hombros.
Braulio estuvo a punto de ir a ayudarlos ya que el nunca vio semejante castigo público. Ardrun le detuvo y le hizo observar el entorno, unos policías estaban llegando al lugar y escucharon atentamente la conversación.
Decían algo así como que si la niña aguantaba dos días más soltarían al padre quitándole todos los cargos.
Bueno, Ardrun nada más oír que ya estaban así por tres días fue corriendo hacia los policías.
Bjorm estaba agarrando sus hachas listo para cualquier situación que se le presentara, Remi estaba mirando los alrededores e Imre se estaba escondiendo entre ellos y Braulio estaba desarmado, todo lo dejó en el cuarto. El chico estaba hablando con los policías en la lengua de Telmer, la lengua madre de Ardrun e Imre, un idioma peculiar muy líquido y complejo de pronunciar y más de escribir.
Ardrun hizo un gesto a todos para que soltaran al hombre.

- Bjorm, ven conmigo.

Bjorm obedeció y fueron junto a los policías. Braulio y Remi desataron al hombre e Imre cuido a la niña que cayo desmayada nada mas soltar al hombre. Le quitaron la soga que estaba empezando a estar roja y pudieron ver la brutal herida que tenia.
Éste mismo agarro en brazos a la niña con un cuidado infinito y les hizo un gesto muy sutil para que le siguieran. Braulio, Imre y Remi le siguieron hasta una casa no muy lejos del puerto. El hombre le pidió con gestos a Remi que sujetara a la niña y abrió la puerta.
La casa era bien humilde, el olor de la madera y el polvo eran protagonistas en esa casa.
El hombre dejó a la niña en una cama, se sentó en ésta y se desmayó al igual que la niña.
Imre no se aguantó más y fue a tocarle la brutal herida que tenía en el cuello.
Braulio empezó a limpiar la casa mientras Imre curaba al hombre y Remi volvió a la posada. Un rato después la niña se despertó y vio a Imre curando al hombre y empezó a gritar.

- Tranquila niña, no pasa nada.
- ¡Es una bruja!
- No digas eso niña, solo le está curando. -la niña cerro la boca y vio como el cuello del hombre estaba parcialmente curado.- ves, no le hace ningún mal. Ahora quisiera hacerte unas preguntas. -Braulio se sentó en un taburete delante de ella.- ¿por qué estaban castigándole y porqué le han soltado ahora?

La niña con desconfianza y cuidando cada palabra que decía explicó que su padre robaba pan y otros alimentos de diferentes establecimientos y como es "mudo", en la guerra perdió la lengua, fue incapaz de defenderse.

- Vaya vaya...
- Y vuestro amigo nos a pagado la fianza...
- ¿fianza?
- Ardrun los a comprado como esclavos, por eso los han soltado, ahora el responsable de sus futuros actos será él y no este hombre.
- Ahora no tendremos manera de comprar un barco. Ese chico aveces me sorprende.
- El chico de pelo rojo se llama Ardrun ¿no?
- Así es.
- ¿Y vosotros?
- Yo soy Braulio, ella es Imre, la mujer de pelo blanco es Remi y el hombre alto es Bjorm. ¿Como os llamáis?
- Me llamo Enna y mi padre Denn.
- Bien, te ves mal ¿tenéis algo para comer?

La niña negó con la cabeza y Braulio se puso en pie. Le dijo a Imre que cuidara de ellos y se volvió al carro que tenían en la posada. Allí se encontraba Remi leyendo uno de los cuadernos de Bjorm, al notar su presencia tiro el cuaderno dentro del carro y disimuló malamente que estaba mirando las musarañas. Braulio no dijo nada al respecto y le preguntó si sabía donde estaban Ardrun y Bjorm, al parecer aun no habían vuelto, por lo que Braulio cogió un saco de arpillera y lo lleno con la comida que tenían en el carro. Remi le dijo que volvería a esa casa cuando estuviera con los chicos, Braulio asintió y volvió a la casa de sus nuevos anfitriones.
El contenido del saco no era la gran cosa pero era más que suficiente para que la niña y su padre pudieran comer. Entró en la casa y vio que todo seguía igual salvo que ahora Imre estaba tirada en el suelo, Braulio dejó la bolsa en la mesa y sacó un trozo de pan.

- Toma amiga, - le tira el pan a la mano y ella lo agarra rápidamente, se ve que el cuello del hombre está sano- has hecho un buen trabajo.
- Eso creo... -dijo devorando el pan- ahora tiene buen aspecto. ¿que vas a preparar?
- Pues... Un estofado, nada más, luego le diré a Ardrun que compre comida.
- ¿Por?
- Tenemos que comer nosotros también pequeña.
- ¿Tan poca comida nos quedaba?
- Si pequeña.

Braulio preparó el estofado sin más dilación, mientras Imre cuidaba del hombre y la niña.
Poco rato antes de terminar el estofado entraron Remi seguida de los chicos. Braulio les vio entrar y preguntó al joven.

- ¿Que haremos con el barco?
- Pues verás... No te lo creerás pero mañana partimos...

La cara de Braulio e Imre era un poema, en efecto, no se lo creían

- Verás mientras volvíamos de hacer todo el papeleo nos encontramos con Ithaisa.
- ¿En serio?
- Si... Le contamos sobre el viaje y nos invitó...
- ¿Dijo algo de los caballos?
- No, no lo ha mencionado.
- Vaya...
- Esos dos siguen dormidos ¿eh?
- Recuerda Bjorm que ellos no están entrenados, sería raro que estuvieran despiertos.
- Cierto...
- ¿Y que hacemos con ellos?
- Buena pregunta Remi, los he liberado, ya no son mis esclavos, por algo fui a hacer todo el papeleo.
- Ohh... Que peculiar.

Todos en la sala se sorprendieron de la sorpresa de Remi, verás, los elfos no comprenden el concepto de esclavo, lo conocen pero no existe en su idioma por lo que no lo entienden. Por eso a Remi le resulta tan peculiar e interesante.
Todos comieron del estofado de Braulio y al terminar éste preparó otro más para sus inesperados anfitriones que aún dormían. Ardrun les escribió una carta deseando que ellos supieran leer, ya que todos debían irse temprano a la mar, junto a la carta les dejó unas cuantas monedas de oro con las que podrían comer durante un tiempo.

La noche pasó rápida y ya se acercaba el alba, hora en la que empezarían a subirse a bordo del barco. Ithaisa les esperaba a bordo de su regio barco y a voces ordenó a su tripulación que los dejaran pasar, que eran invitados especiales a los que debían respetar.
Nuestro variopinto grupo embarcó y dejaron sus pertenencias en la habitación que Ithaisa les preparó.
Apenas pudieron dejar sus pocas pertenencias y los marineros cargaron con la carreta, el caballo, y los últimos toneles. El barco, llamado "la verdad" en la lengua compartida, puso rumbo hacia el continente de Beremder hogar de las islas Gredentolas, de las llanuras Empireas habitadas por los jinetes Empireos y el norte colonizado por los descendientes de los Barurthorianos que se dieron a la mar y no quisieron volver. Y por si fuera poco es el hogar del objeto de venganza de Ardrun y principal hilo conductor de su aventura, pero aún no hemos llegado hasta ese punto de la historia y no quiero adelantarte más sucesos antes de tiempo.
Ahora es momento de contarte su viaje por mar hasta volver a pisar un continente y empezar a conocer muchas otras culturas que por el momento nuestros protagonistas no conocían.

Cuentos para Isidora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora