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Un nuevo día. Una nueva historia ¿no?

- Bueno Isidora, he de decir que ésta etapa de la historia no es la más interesante... -La niña le veía con cara de pocos amigos y Cristina se aguantaba la risa al ver a Braulio hablándole con tanto respeto a una niña- pero eso irá cambiando poco a poco... o no, ya que tras otro día allí, esperando las ordenes de Ithaisa, pudieron volver a embarcar rumbo al otro continente junto a una... Llamemoslo caravana de barcos.
Recordemos el motivo de éste viaje, encontrar al caudillo que gobernaba con ese extraño estandarte, una máscara formada por dos manos.
Ardrun no lo había olvidado y aprovechó esos días para buscar la debida información en aquellas islas donde "todo el mundo" desembarcaba. Lo que averiguó fue bastante insatisfactorio, pero, supo que estaban por buen camino.
Te diré pequeña que el viaje por mar fue... Aburrido, en gran medida hubo pocas paradas y nada interesante ocurrió... Excepto una cosa, un suceso que demostró que las apariencias engañan.
Era el quinto día de viaje cuando Ithaisa con poderosa voz ordenó tener cuidado, que aquellas aguas eran peligrosas. Nos ordenó que no tiraramos absolutamente nada al agua. Esa orden apenas duró un día, uno de los grumetes en algún barco vecino, por acto autómata tiró al mar los excrementos y ocurrió.
Algo en las profundidades emergió y trató de derribar el barco. Cuando esto pasó nuestros protagonistas estaban en su camarote privado y el susto que se llevaron fue mayúsculo.
Braulio y Bjorm salieron a ayudar con sus poderosos cuerpos en la cubierta, Ardrun e Imre se estaban agarrando a lo que podían y Remi salió para ver que ocurría.
El espectáculo era increíble todos aquellos marineros estaban enfrentándose a un verdadero monstruo marino. ¿Haz visto alguna vez a una serpiente? Ese animal era parecido a una serpiente, media aproximadamente una treintena de metros, su cuerpo estaba cubierto de una infinidad de púas y tenían una suerte de aletas y algo parecido a una coraza de hueso le cubría la cabeza. Los marineros lo llamaban "dios del mar" y no era para menos, había partido un barco por la mitad y había desaparecido en las aguas.
Diez barcos eran los que viajaban, solo 4 de ellos sabían a que se enfrentaban y tenían toda clase de arpones para enfrentarlo... Mejor dicho, intentarlo.
Cuando Remi estaba en la cubierta fue corriendo al mástil y se ató una larga soga a la cadera como le habían enseñado y preparó sus armas.
Comprobó si estaban limpias y cuando vio salir nuevamente al "dios del mar" ensambló las armas con las tres piezas que llevaba siempre encima, las dos pistolas y un rectángulo peculiar que siempre cargaba en la espalda.
Se comió una seta extraña, la tragó, respiró hondo...
El monstruo se había hundido nuevamente, esperó a que saliera haciendo caso omiso a los gritos de los marineros, de Ithaisa, de Braulio, de Bjorm... Mantenía el equilibrio como podía esperando a que ese ser saliera. Una ola alta la pilló desprevenida tirándola al suelo.
Cuando pudo moverse y verlo más cerca sintió el calor de las setas y corrió a apoyarse en el mástil sentada, respiro hondo, escuchó, apuntó, hablo y disparó.
La imagen de una titánica cabeza caer sobre el agua es algo que pocas veces se ve. Braulio y Bjorm vieron la luz que había reventado la mitad del grueso cuerpo se asustaron, ya habían visto algo así. Ese colosal cuerpo calló sobre el agua provocando más olas y la inestabilidad de algunos hombres.
Bjorm y Braulio vieron a Remi allí parada, al lado del mástil con la mirada fija en su último objetivo, estaba completamente mojada pero parecía no importarle nada.
Su único ojo visible estaba inyectado en sangre y las venas del cuello, el brazo el torso... Todas sus venas estaban hinchadas de forma asombrosa, respiraba de forma muy rápida y repetitiva, con... Calma, era impresionante además ver como toda su musculatura estaba marcada y remarcada y su extraña arma estaba soltando vapor. Daba algo de miedo verla con aquella mirada fija en el mar.
Se soltó la cuerda y volvió a su camarote, empujando con su cuerpo a todo el que se pusiera en medio.
Los hombres, tras desatarse, la siguieron y cuando entraron en el camarote...

- Braulio, ¿Que le ocurre?

Remi estaba en el suelo haciendo flexiones a un ritmo bastante rápido. Cuando terminaba de hacer una serie pasaba a hacer otro ejercicio.

Cuentos para Isidora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora