Harry Potter y la última batalla

Parte 5

-Vamos chicos, se hace tarde -gritaba la señora Weasley desde afuera de la Madriguera
-Tantos años y aun se nos hace tarde para llegar -bromeo Arthur Weasley haciendo reír a Cissy, Sirius y Sally
Por la puerta salieron apresurados, y casi cayéndose, todos los chicos, Zoey se las arreglo para salir ilesa de la fuerte embestida que dieron los gemelos para hacerlos salir a todos. Dudley, con ayuda de Harry, había logrado hacer su maleta, ese año sus padres no le harían una visita como el curso pasado.
-Te ayudo Ginny -dijo Fred cargando el equipaje de su hermana menor
-Gracias Fred...
-¿Y a mi no me ayudan? -pregunto Ron mirando a George
-Tú eres machito -sonrio de lado- vamos Herms dame tu baúl
-Que caballeroso Georgie -sonrio la castaña entrando en el auto junto a Ginny
Por petición de Harry, a quien difícilmente se le negaban las cosas, el Ministerio había prestado uno de sus mejores coches a la familia Weasley para llevar a sus hijos a Hogwarts. Draco metió su maleta junto a la de todos los demás y sonrio entrando al auto junto a las dos chicas, no sin antes ayudar a Clemence con la de ella. Los gemelos, Oliver y Zoey se despidieron de todos y entraron de nuevo a la casa.
-¿Vendrás, Sirius? -pregunto Harry viendo a su padrino
-¿Crees que no me iría a despedir de ti? -sonrio de lado el apuesto hombre- Aparte, ya se demostró que soy inocente, no tiene nada de malo que valla a King Cross
Potter sonrio y entro al auto seguido de Ron y Percy, se dio cuenta de que había sido alterado mágicamente para que cupieran todos, en los asientos de atrás iban sentados Sally, Dud y Sirius, quien bromeaba con el chico.
El camino a King Cross fue en silencio, menos por Percy quien miraba todo a su al rededor encantado, iba sentado con Annabeth a su lado tomándolo de la mano posesivamente, aunque la chica también veía fascinada lo hermoso que era Londres. Por fin aparcaron frente al increíblemente grande, y antiguo, edificio y bajaron sus cosas del maletero.
-¿Qué estación dice? -pregunto Sally a su hijo
-Nueve y tres cuartos -contesto el ojiazul
-¿Estas seguro?
-Si...
-Pero eso no existe -se quejo Annabeth- deben de estar tomándote el pelo...
-Oh pero claro que existe -sonrio Ginny acercándose altaneramente- y justo enfrente
Los tres Estadounidenses voltearon al frente y luego miraron a Ginny.
-Es una pared vacía -se burlo Annabeth
La pelirroja sonrio y tomo su carrito, miro a Hermione y Clemence quienes se unieron a ellas, y, corriendo, desaparecieron por la pared.
-Okey... eso si no me lo esperaba -dijo Percy mirando por donde las chicas habían desaparecido
-Vamos Dudley -dijo Ron sonriendo al chico y corriendo junto a él para luego desaparecer
Los ojos y la boca de Annabeth estaban abiertos a su máxima capacidad y vio como Draco y Harry desaparecian tambien.
-Después de ti, querida prima -sonrio Sirius
-Que galante, Black -rió Narcissa y ambos Black desaparecieron por la pared
Molly se acerco a Sally, Annabeth y Percy.
-Es fácil, solo tienen que correr y quedarse tranquilos, no van a chocar.
-¿Mamá? -Percy miró a su madre
-Hagamoslo
Los tres corrieron y desaparecieron. Cuando Percy abrió los ojos, comprobando que no se había golpeado con nada, se quedo helado sintiendo como Annabeth lo tomaba fuertemente del brazo.
Frente a ellos había un hermoso tren color escarlata y mucho humo en el aire, había niños corriendo de un lado a otro saludando a sus viejos amigos, o algunos con cierto miedo debido a que era el primer día, los jóvenes reían efusivamente y Percy se sintió pequeño frente a todos, sus amigos se habían perdido por Merlín sabe dónde.
-Oh si, la primera impresión -dijo Sirius a su lado- y aun no llegas al colegio...
-¿Puedo ir contigo? -pregunto Annabeth mirando a Percy a los ojos
-No creo que sea posible...
-No lo es -comento Sirius ignorando a las mujeres que le coqueteaban-. Salvo que la inviten a un juego de quidditch puede ir...
-¡Mira mamá, es Harry Potter!
El gritito de una niña de once años los saco de sus pensamientos y la miraron, entonces muchos niños se reunieron al rededor Harry haciéndole miles de preguntas, tras él salieron los demás chicos seguidos de un montón de jóvenes, quienes los saludaban alegres, Annabeth vio impresionada como el chico les sonreía a todos, hasta que una linda chica rubia y de ojos soñadores hablo:
-Lo van a fastidiar, pero no se los dirá -sonrio- es demasiado noble para eso...
Todos se fueron dispersando hasta que dejaron al grupo de chicos avanzar.
-Gracias, Luna...
-No hay de que, Harry.
Se acercaron con muchos chicos al rededor, tantos que Percy pensó que lo atacarían entre todos, pero no fue así, todos hablaban entre ellos y bromeaban, entonces Harry habló.
-Ellos son el Ejercito de Dumbledore -dijo el ojiverde- en el tren te los presento bien a todos -murmuro
-¿Dónde están los Pevensie? -pregunto Seamus
-Probablemente lleguen después -contesto Hermione
-¿Y qué tal besa ese rey? -preguntó Lavander coqueteando con las cejas
El rostro de la castaña empezó a tener un suave color rosado para pasar a uno escarlata, y abrazo a Ginny para ocultar su tan marcado sonrojo. De a poco el grupo de chicos se fue dispersando.
-Eso si que fue incomodo -dijo Ginny
-¡No me digas!

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Por los pasillos del imponente castillo corría una hermosa mujer, de ojos azules, piel pálida, labios increíblemente rojos, pecosa y alta. Llego hasta un salón adornado con cristales que brillaban como estrellas, piso de mármol y acabados de oro, al fondo de este estaban sus tres hermanos.
-¿Qué pasa? -pregunto sentándose en uno de los sillones
-Aslan volvió -respondió Peter con una sonrisa
Todos miraron hacia la ventana, donde un imponente león paseaba por los jardines, haciendo que todos los guardias se inclinaran en una elegante reverencia.
-¿Qué estamos esperando? Vamos con él...
Que el león haya regresado solo significaba una cosa: era momento de volver a su mundo.

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-Escribeme... por favor -dijo Annabeth abrazado a Percy
-Si, cada semana
-Sirius -dijo Harry abrazando a su padrino
-Mirame, James -le dijo- más te vale que no se te ocurra destruir el colegio con una guerra ¿bien? Y si planeas escaparte nos avisas...
-Estoy segura de que Susan volverá pronto, querido -Narcissa abrazo a su único hijo- recuerda no salir del colegio después de la hora de dormir...
-Lo prometo mamá...
-Ni se te ocurra hacer una de sus travesuras Ginevra y Ronald Weasley -dijo Molly apuntándolos, mirando más que nada a Ginny- escribanos y no se metan en problemas..
-Si mamá... -dijeron los dos pelirrojos mecánicamente
-Oh Percy nunca me he separado tanto tiempo de ti -Sally abrazo a su hijo con fuerza- cuidate mucho y no te metas en problemas... recuerda tomarte tu tiempo al leer...
-Si mamá -sonrio de lado- cuidate -la abrazó
-Chicos, el tren esta por partir -anunció Arthur
Sirius les dio un último abrazo a Dudley, Clemence y Harry antes de que todos subieran al tren.
-¡Nos vemos en navidad! -grito Clemence
-¡O en el primer partido de la temporada! -grito Harry con emoción
-¡Adiós chicos!
Siguieron mirando por la ventana hasta que el tren dio la vuelta y sus familiares y amigos quedaron fuera de su vista.

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Una linda rubia caminaba alegremente por el tren, sonreía a quien conocía y se detenía a dar la bienvenida a los chicos nuevos. Luna Lovegood era conocida por su increíble amabilidad y ternura, muchos la creían loca por ver cosas que nadie más podía, pero lo que no sabían era que esa niña era especial, muy especial.
-Luna -una voz la saco de sus pensamientos haciendo que volteara
-Oh, Neville -sonrió- ¿qué pasa?
-Te he estado buscando, valla que saber desaparecer -dijo el chico tomándola de la mano- vamos, Seamus, Dean, Lavander, Parvati y Padma nos esperan
La confusión se vio reflejada en los ojos de Luna al no comprender para que los esperaban, pero decidió no preguntar y seguir a su amigo. Durante el trayecto se toparon a la pandilla de Slytherin, los ex-amigos de Draco.
-Valla, valla, -dijo Zabinni- ¿Qué tenemos aquí?
-El perdedor y la lunática -sonrio Parkinson
Luna sintió como Neville se tensaba a su lado y le apretó la mano, el chico la miro y ella sonrio.
-Ignoralos, Neville -dijo suavemente- tenemos mejores cosas que hacer
Y así siguieron caminando, mejor dicho: Neville siguió caminando, ya que Luna parecía ir saltando delante de él.

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-¿Saben que es extraño? -preguntó Ron
Todos estaban haciendo cosas distintas, Ginny leía una revista, Hermione miraba por la ventana, Clemence se había ido con algunas chicas de Slytherin, Dudley se había perdido con sus amigos, Harry estaba tirado en el piso, Draco dormía y Percy miraba a Hermione de reojo.
-¿Qué cosa? -pregunto Harry
-Que Luna y Neville no se hayan aparecido por aquí aun -dijo el pelirrojo
-Deben de estar con alguien más, Ron -dijo Hermione volteándolo a mirar
-O con algo de privacidad -sonrio Ginny
-¿Esos dos chicos...? -pregunto Percy
-No -contesto Hermione- según me dijo Luna, terminaron antes de la batalla
-¡¿Qué?! -se exalto Harry- ¿bromeas, no?
-No
-¿Cómo paso?
-Parecen chicas -dijo Ginny poniendo los ojos como platos

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-¿Cuanto ha pasado desde que nos fuimos? -pregunto Lucy
-Se han terminado las vacaciones y es el primer día de clases -contesto el gran león
Estaban todos en los jardines, el sol brillaba en lo alto dejando ver el hermoso verde de los arboles y del césped, era como si todos los colores tuvieran más vida que nunca. Los cuatro hermanos lucían sus coronas y hermosos vestidos, las chicas, y elegantes trajes, los chicos. Estaban sentados junto a la fuente con Aslan frente a ellos, esperando el momento en que él les dijera que podían volver.
-¿Vamos a volver? -pregunto dudando Susan
-Así es, mi reina -contesto con voz pasiva el león
Todos suspiraron emocionados.
-Pero -Lucy lucia preocupada- ¿volveremos a Narnia?
-Narnia siempre volverá a ti cuando te necesite, Lucy...
La joven sonrió.
-¿Entonces qué estamos esperando? ¡Hogwarts nos espera!