Parte 9

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-¡Mi señor, han derribado a las tropas! -gritaba un centauro- ¡vienen a tomar el castillo!
Caspian miró al mensajero y solamente asintió.
-Resguardense, y llévense a mi esposa.
-No te dejaré, Caspian, no ahora -le dijo ella muy decidida
-Es una orden -dijo seriamente antes de besarle con ternura
Los pocos caballeros que quedaban empezaron a salir por la parte de atrás, junto a los sirvientes. Caspian se levanto de su trono y comenzó a caminar, esperando a que sus enemigos entraran por la puerta. Caminó hasta una vitrina y tomó el cuerno de Susan, antigua Monarca de Narnia, y lo ocultó en sus ropas mientras escuchaba el fuerte sonar de una multitud acercándose, fue y se sentó en el momento en que la puerta se abrió.
-Entrega tu corona -dijo ella con voz fuerte y autoritaria-. O mataremos a cualquiera que este aquí, sea bestia, hombre, mujer o niño.
Caspian la miró desafiante por unos segundos antes de llevar sus manos a su corona, la sostuvo por un momento y se la entrego.
-Eso ha sido muy fácil -siseo Voldemort
Por primera vez Caspian se fijo en el hombre, si es que se le puede llamar hombre, a lado de Jadis, y su corazón dio un vuelco al ver su físico, se quedo asqueado con la imagen de él.
-Nagini -habló de nuevo en un siseo- mátalo...
-No -dijo Jadis antes de que la enorme serpiente se lanzara sobre Caspian-. Este pedazo de cobarde nos puede servir de algo... Registren el castillo y llévenlo al calabozo, ya nos encargaremos de él...
Entre dos lobos lo tomaron de los brazos y Caspian empezó a forcejear.
-¡Suéltenme! -gritaba- ¡se donde queda el calabozo!
Los lobos lo empujaron con fuerza y Caspian estuvo a punto de tropezar.
-Camina, antiguo rey

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-Majestad, no se atrase.
Clarissa no podía dejar de mirar sobre su hombro mientras se alejaba cada vez más de Cair Paravel, dejando atrás a su amado. Si no hubiera sido porque dos centauros la resguardaban hubiera salido corriendo de regreso.
Llegaron a un pequeño claro, donde no había más que silencio, el viento rozaba las hojas de los árboles y un silbido espectral bañaba el lugar. La reina miró a sus súbditos y ellos la miraron a ella, tendría que dirigirlos, tendría que protegerlos, tendría que trazar un plan para volver a tomar el castillo. Pero no era una tarea fácil, los pocos sobrevivientes del campo, le habían dicho que, cuando la bruja y el mago empezaron a avanzar, las tropas caían muertas a solo un movimiento de varita del mago con cara de serpiente. Tomar el castillo sería una tarea difícil.
-Construyan refugios, caven cuevas, proteganse.
Todos la miraron y se acercaron a un enorme roble que estaba frente a ellos y empezaron a trabajar, la reina se sentó en un tronco, mientras su vestidoarrastraba las hojas con delicadeza. Los miró trabajar un una lágrima solitaria rodo por su pálida y suave mejilla.
-Volveremos por ti, Caspian...

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Una castaña de ojos miel caminaba rápidamente por los pasillos llenos de gente, buscaba desesperadamente con la mirada a sus dos mejores amigos, pero no los encontraba. Hermione Granger tenía en sus manos un recorte sacado de El Profeta. Su mirada era de angustia y desesperación.
-¿Has visto a Harry? -preguntó a una chica de cuarto año tomándola fuertemente de los brazos-. Lo siento...
-¿Potter? -dijo la chica sobándose, mientras Hermione asentía-. Estaba en el lago con Weasley.
-Gracias.
Salió corriendo hacia el lago con el corazón el la boca. Vio como Percy caminaba hacia ella pero no se detuvo, solo siguió corriendo, ignorando las llamadas de Ginny, Draco, Susan, Peter y Lucy tras ella. Tenía que encontrar a Harry y Ron.
Cuando llego al lago no tardo mucho en encontrarlos, una cabellera completamente azabache era perseguida por una pelirroja, mientras sus risas se escuchaban retumbar en la soledad del lago.
-¡Harry! ¡Ron! -grito antes de llegar corriendo a su lado y tropezar con ellos.
Los tres cayeron al suelo entre carcajadas y, después de unos minutos, se sentaron. Harry miraba a Hermione esperando a que empezara a hablar y Ron tenía la mirada perdida en las manos de la castaña, donde un recorte arrugado yacía. Hermione los miro a los ojos y luego tomo aire.
-¿Vieron El Profeta de esta mañana? -sus amigos negaron con la cabeza-. Hubo una fuga masiva en Azkaban...
-¿Qué? -casi gritó Harry
-Es imposible -dijo Ron-. Según papá, tienen mucha seguridad desde la pequeña batalla que tuvimos aquí...
-Pero no fue como ustedes creen... -Hermione guardo silencio y miró a sus dos amigos, a lo lejos veía como sus demás amigos corrían hacia ellos-. Un Auror dice que una luz verde envolvió a los Mortifagos, y después de eso... ya no estaban...
El trío se quedo en silencio mientras sus miradas se encontraban con rapidez y luego paseaban por el agua del Lago Negro. Harry escucho los pasos de los demás acercarse y los miro.
-¿Qué sucede? -pregunto Peter tomando asiento a lado de Harry, y los demás se dispersaron en el césped.
Hermione volvió a hablar, y a decirles lo ocurrido en Azkaban, las expresiones de todos eran de horror, Percy se les quedo mirando confundido.
-¿Qué es Azkaban? -preguntó más fuerte de lo que esperaba.
-Es la prisión mágica -dijo Clemence llegando hasta ellos-. Veo que ya se enteraron, los busque por todos lados y no los encontré, quería hablarles sobre esto pero... vaya que son escurridizos.
Se miraron todos en silencio.
-Tenemos que hablar con McGonagall y Merlín -murmuró Lucy y todos asintieron.

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McGonagall miraba a sus estudiantes con una mirada penetrante, paseaba de un lado a otro. Si las especulaciones de los chicos eran ciertas, tenían un gran problema, pero no podían estar seguros de donde se encontraban todos esos Mortifagos, o si el Auror no había sufrido una alucinación.
-Hablaré con el Ministro y me encargaré de que él hable con el ministro muggle para tenerlos a salvo -todos suspiraron aliviados-. Pero ustedes, no, no pueden ayudar.
Harry y Peter abrieron los ojos a toda su capacidad.
-No podemos darnos el lujo de que les pase algo a ustedes. Es más seguro que se queden aquí y si, Potter, es mi última palabra -dijo al ver que Harry iba a hablar.
Merlín estaba con los brazos entrelazados por su espalda, mirando hacia el cielo, y solo volteo en silencio para verlos partir.
Mientras bajaban por la gárgola todos estaban serios, Percy se encontraba mirándolos y se dio cuenta de que no le gustaban para nada lo que sus rostros reflejaban.
-¿Qué... qué tienen pensado? -preguntó con algo de miedo.
Sin responder, Hermione salió corriendo y todo la siguieron, Percy los miró aun más confundido.
-¿A dónde vamos? -pregunto a Lucy
-A la biblioteca.

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-Hermione, hemos buscado por horas...
-Estos conocimientos nos lo podría dar la profesora de Adivinación.
-Es que no lo entienden, esto va más allá de los conocimientos de Trelawney, más allá del conocimiento de los magos.
Todos la miraron confusos. ¿Qué podría ser inalcanzable para los magos? Hermione había perdido la cabeza.
-No te comprendo Herms -dijo Percy por todos-. ¿No se supone que los magos lo saben todo? ¿no se supone que saben más que la ciencia humana?
-Tienes razón, Percy -dijo la castaña-. Pero también hay cosas que los magos desconocen, muchos dicen saber las respuestas a todas las preguntas que nos hemos planteado aquí, pero la verdad es que no las saben, se necesita de una persona... elegida entre todos los muggles para tener todos estos conocimientos que necesitamos.
-¿Un adivino? -preguntó Susan
-Exacto.
-No se por qué te complicas tanto, -habló Draco- vamos directamente con Merlín y listo.
-Merlín es un gran mago, Hermione, el puede ayudarnos -le dio la razón Lucy
-¡Es que no lo entienden! -gritó desesperada
-Shhh...
-El transportarnos en dimensiones es algo que los magos aun no logran, ni siquiera el mismo Merlín lo ha logrado -su voz era un susurro, todos se acercaron más a ella-. Este tipo de viajes solo los conoce una persona, una persona elegida por... Dios.
Todos entendieron lo que ella quería decir, al menos los que conocían cultura muggle.
-¿Dios? -preguntaron Ron, Ginny, Clemence y Draco a la vez
-¿Es enserio? -dijo Lucy mirándolos con los ojos como platos
-¿Cómo el papá de Percy? -preguntó Ginny
-No, no, no... -explico este-. Es el Dios sobre todos, el creador del universo, el creador de la vida y de los otros Dioses, el poder de mi padre, de Zeus y de todos los demás Dioses no es nada comparado con el de él.
-En el mundo muggle hay personas que nacen con dones como la clarividencia o la capacidad de ver seres de otras dimensiones, inclusive de abrirlas -explico Hermione-. Pero muchas de esas personas no pueden desarrollar del todo su poder.
-Los registros muggles hablan especialmente de una mujer -aportó Peter-. Creo que es de las afueras de Rusia, ella no se deja ver, y siempre que tratan de buscarla desaparece con toda su familia, solo se sabe su nombre... -todos lo miraron esperando a que hablara- Angela.
-Esta mujer a ayudado a muchas almas que se pierden entre los mundos, ha ayudado a personas que son perseguidas por demonios o legiones, a regresado a estos seres a las dimensiones a las que pertenecen... sabe abrirlas -les dijo Hermione
-¿Y que esperamos para buscarla? -dijo Clemence
Todos se quedaron en silencio. Un silencio de miedo. Sabían que si decían algo los podrían detener, McGonagall les dio órdenes especificas de quedarse dentro del castillo mientras ellos se encargaban de todo. Pero, ¿cómo les pedía eso a ellos? ¿cómo les pedía quedarse de brazos cruzados? Harry y Peter intercambiaron una larga mirada antes de sonreir y mirar a sus amigos, un brillo peligroso se vio reflejado en los ojos de todos.
-¿Chicos? -los miró Percy esperando a que hablaran
-Esta noche nos vemos en la sala común, mañana saldremos de aquí -dijo Harry con simpleza.
Todos asintieron y se levantaron de sus lugares. Salieron de la biblioteca y cada quien se fue a sus clases correspondientes.
-Draco -llamo Percy.
-¿Si?
-¿Qué es lo que tienen planeado?
-¿Estas dispuesto a correr el riesgo con nosotros?
-¿De qué hablas?
Draco sonrio de lado.
-Cuando estas con Harry, Ron y Hermione, ningún año es normal en Hogwarts, y ahora con los Pevensie dentro de esto es imposible que no hagamos una locura como escapar del colegio...
-¿De verdad lo haremos?
-Bienvenido al grupo Percy.
El rubio dio media vuelta y salió rápidamente a su sala común en busca de los libros que necesitaba mientras Percy se quedaba plantado en la entrada de la biblioteca.
-Con que grupo te viniste a encontrar, Percy Jackson -murmuró con una sonrisa

Harry Potter y la última batallaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora