Capitulo 1

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Amil paseaba por el Retiro. Era un día frío y los charcos del suelo eran placas de hielo. Amil iba distraída y no vió el hielo. Resbaló y chocó contra un chico rubio, que cayó al suelo con ella. Sus rostros quedaron a centímetros pero Amil se separó rápidamente.

–Lo siento. –dijo Amil cabizbaja.

–Me da igual caerme al suelo si así conozco a una chica guapa. Me llamo Antoine, ¿y tú?

–Mi nombre no importa.

Amil volvió a su casa donde le esperaba Noa.

–¿Dónde estabas? –le preguntó Noa.

–Paseando por el Retiro.

–¿Sola?

Amil bufó. Ambas se habían criado en un convento de monjas, pero Noa era muy conservadora, y Amil muy liberal.

–No deberías tener relaciones antes del matrimonio.

–¿Puedes dejar de decirme eso, por favor?

Noa negó y Amil subió a su habitación. Seguía pensando en el chico que había caído con ella.

(...)

–Yannick. Me he enamorado.

Antoine también seguía pensando en la chica.

–¿Qué dices? Antoine, tienes novia.

–Pero ella era tan... Diferente.

–Déjalo, además, es imposible que te vuelvas a juntar con ella.

Antoine negó y se fue a su habitación. Yannick era un aguafiestas.

El día siguiente, Antoine volvió a pasear por el Retiro, y esta vez, fue él quien resbaló y se llevó a alguien por delante.

–No sé si eres más torpe tú, o si lo soy yo. –comentó Amil sonriendo.

Antoine le ayudó a levantarse.

–¿Me puedes decir como te llamas?

–Amil.

–¿Te puedo invitar a tomar algo? –preguntó Antoine sonrojado.

–Supongo.

–Oh dios mío. Ayer no me dijiste ni tu nombre y hoy aceptas mi invitación. –ironizó Antoine.

–¿Quieres que me vaya?

–No no.

Fueron a una chocolatería, donde trabajaba Noa.

–Buenas tardes, Amil.

–Buenas, Noa. –contestó Amil abrazándole.

–¿Qué queréis tomar?

–Dos chocolates calientes.

Noa sonrió y se fue. Llevó los chocolates y le dijo a Amil.

–Ese chico lleva ahí mucho rato, y no para de mirarme.

Antoine miró hacia donde decía Noa y rió.

–Es mi mejor amigo.

–Pues es un acosador. –dijo Noa.

Noa fue a atender más mesas y Amil aclaró.

–No se lo tengas en cuenta. Nos criaron en un convento de monjas y le metieron demasiadas ideas en la cabeza.

Flashback.

–Debéis comportaros siempre como señoritas. Conservar la pureza hasta el matrimonio. Si no la conservais seréis unas pecadoras y os alejareis de Dios.

Amil rodó los ojos y una de las monjas le vio.

–¿Tienes algún problema?

–Esto es demasiado conservador. Hay que vivir la vida y disfrutar.

Como consecuencia de esto se llevaron a Amil a otra habitación, donde solo ella sabe que ocurrió.

Fin flashback.

Amil sólo le contó la primera parte del flashback a Antoine, que se quedó sorprendido.

–¿Y tu no piensas así?

Negué con la cabeza.

–Me escapaba todos los días para trabajar y así tener dinero para poder escaparme con Noa del convento.

–No parece que hayas vivido en un convento, de verdad.

–Mis padres me abandonaron ahí. Bueno, nos abandonaron. –Amil miró a Noa.

Antoine frunció el ceño sin entender.

–Déjalo. No debería haber dicho nada.

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