Crucigramas

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Habían pasado tres meses desde que Jungkook vivía con ellos, en realidad el menor no era demasiado inquieto y para nada exigente (claro, siempre y cuando tuviera una gran ración de comida y algo con qué entretenerse). Jimin aún no lo aceptaba del todo y se mantenía un poco receloso, sin embargo lo trataba amablemente. Por su parte, Yoongi se portaba extra dulce con su novio para que el castaño no se sintiera reemplazado.


Jimin acostumbraba a comprar periódicos puesto que su trabajo lo obligaba a estar siempre al tanto de lo que pasaba en el mundo; algunas veces él y Yoongi leían juntos el periódico, era una especie de ritual que los ayudaba a volverse más unidos y discutir sobre sus distintos puntos de vista; aunque normalmente el minino sólo robaba páginas al azar para criticar y burlarse de las faltas de ortografía y redacción en los periodistas, además de que le encantaba juzgar a los idols y modelos que aparecían promocionando ciertos productos. Cuando terminaba su festín de burlas y risas arrugaba las hojas y se acostaba sobre ellas, haciendo bolita su cuerpo y enroscando su cola alrededor para dormir; al principio Jimin lo llevaba a la cama para que estuviera más cómodo, sin embargo el minino lo seguía haciendo, Jimin pensaba que era alguna cosa extraña de gatos que él no entendía.


Confirmó esa teoría cuando -mucho- tiempo después había encontrado a Jungkook haciendo lo mismo, sólo que éste, al contrario que el híbrido con orejas naranjas, que hacía todo con descaro, lo hacía de forma sigilosa e incluso tímida.



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Jimin estaba limpiando la casa mientras Jungkook y Yoongi habían ido por pizza (esperaba con todo el corazón que no se les olvidara pedirla con queso extra) cuando encontró bolas de papel periódico escondidas atrás de la televisión, estaba 100% seguro de que eso había sido obra de Yoongi, -una vez encontró un camisa realmente vieja que el rubio se negaba a tirar pues "es la camisa que usé cuando nos besamos por primera vez Jiminnie, no la puedo tirar", esa vez Jimin se ablandó por las palabras del gatito y permitió que las conservara- pero esta vez eran periódicos sucios llenos de pelos negros y naranjas y algunos cabellos rubios. El castaño estaba acomodando las hojas cuando se dio cuenta de que casi todas eran crucigramas resueltos, definitivamente esa letra tan ordenada y pulcra no era de Yoongi. Supuso que Jungkook era el que los resolvía, todos los resultados eran correctos y sonrío mientras imaginaba a Yoongi criticando en voz alta el corte de cabello de una chica mientras el menor resolvía de forma concentrada los acertijos. La escena se sintió tan familiar que su estómago se revolvió en un sentimiento extraño. 


Los dos mininos llegaron y el delicioso olor de pizza hizo que Jimin olvidara sus preocupaciones y pensamientos para correr hacia las cajas.


—¿Las pidieron con queso extra? -preguntó el castaño mientras sacaba platos.


—Sí, de hecho son extra-extra, tienen doble queso extra. — Respondió orgullosamente el minino naranja, mientras movía su cola de un lado a otro y mordisqueaba un trozo de pizza.


—No te creo, es imposible que el chico de la caja acceda, lo he intentado por años.


—Bueno, eso es porque tu no tienes mi belleza —dijo Yoongi de forma narcisista mientras acicalaba sus esponjadas orejas.


—En realidad amenazó al chico diciéndole que si no le ponía doble de todo iba a averiguar su dirección para golpearlo.


Purr || yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora