Purr || yoonmin

Becado (pt. 1)

Jimin llega a su departamento después de un día (mejor dicho una semana) agotador; cuidar a Yoongi, hacerse cargo de la limpieza general de la casa y estar ocho horas en una oficina era completamente cansado, lo único bueno era que Jungkook lo ayudaba a preparar la comida mientras Yoongi... bueno, él había estado usando sus mejillas inflamadas para convencer a todos de hacer lo que él quisiera.

Ve unas orejas naranjas asomarse detrás del sillón y se reestablece su ánimo, ver a Yoongi siempre lo hace feliz. La cabeza de Jungkook está en su regazo y ambos ronronean. No sabe cómo pero su novio tiene la habilidad de quedarse dormido sentado, así que sospecha que ambos están profundamente dormidos ya que ninguno se levanta a recibirlo. Jimin debía admitir que ahora le daban vergüenza los celos que tuvo en el pasado, nunca debió desconfiar de su novio, llevaban 6 años juntos, por Dios, además de que Yoongi constantemente le demostraba lo enamorado que estaba de él. Ahora todo está tranquilo, son una pequeña familia y aunque aún se siente extraño que de vez en cuando Jungkook le diga "papá" también lo hace sentir muy feliz.

Se agacha para dejar un pequeño beso en la cabeza de Yoongi y despertarlo.

— ¡Jiminnie! — el minino naranja casi tira a Jungkook por ir corriendo a abrazar a su novio. — Te extrañé tanto, qué bueno que es viernes y vamos a estar juntos más tiempo. — Yoongi acomoda su cabeza en la curvatura del cuello de Jimin y comienza a ronronear.

— Esta vez Yoongi hyung ayudó a hacer la comida — dice muy feliz el minino negro mientras se estira para desperezarse, le daba orgullo enseñarle algo a su papá. — Hicimos sándwiches de jamón.

— Y fueron extra difíciles porque les pusimos lechuga y jitomate, además le quité las orillas porque sé que no te gustan. — Recalca Yoongi con soberbia. Jimin sonríe con dulzura, sabe que para su novio (que hace apenas unos meses aprendió a usar la lavadora y a lavar platos sin romper la mitad) es un gran logro.

— Ya quiero probarlos, seguramente saben deliciosos.

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Es ese momento del día cuando la bajada del sol da paso a la llegada de la luna; son aproximadamente las 6:30 pm y los tres están en la sala, Jimin revisa los periódicos y copia datos que probablemente servirán en su reporte de fin de mes, Yoongi toma un café negro mientras escucha música y anota ideas al azar en una libreta, Jungkook toma chocolate tibio mientras completa su tercer libro de crucigramas del mes.

— Jimin hyung ¿es cierto que cuando se conocieron Yoongi era conserje de tu escuela? — Dice el gatito al azar mientras ve cómo Jimin casi se ahoga con su café con leche.

— ¿¡Qu-ué!? ¡¡Te dije que dejaras de decir eso Yoongi!!

— Lo siento Jimin pero lavar los baños, barrer todos los salones y limpiar pizarrones y butacas es algo que haría un conserje, por lo tanto era uno. — A pesar de que el minino está escuchando música en sus audífonos puede oír a través de sus orejas gatunas.

— ¿Qué historia le contaste Yoongi?

— Aún ninguna, le iba a contar la mejor de todas, la de cuando nos conocimos.

— Tú siempre la cuentas horrible... — Frunce el ceño y mira a Yoongi de forma amenazadora. — Ven aquí Kookie, yo te voy a contar realmente como pasó todo.

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Jimin estaba en su segundo año de universidad. Estudiaba economía y aunque no era su cosa favorita del mundo le iba muy bien, además de que tener un puesto asegurado en el gobierno debido a su papá era muy conveniente.