Purr || yoonmin

Dentista

Yoongi debía ir al dentista porque desde hacía unas semanas le dolía una muela (seguramente por su etapa de comedor de dulces compulsivo) pero se resistía. Después de una charla con Jimin,  llena de pequeños besos, mimos y datos terroríficos -sacados de internet y obviamente falsos- sobre los problemas de una caries mal cuidada, Yoongi accedió a ir. Además así el castaño aprovechaba para revisar una molestia que tenía en las encías.

Jungkook había escuchado todo desde la sala, sus ojos estaban abiertos de par en par; si de algo estaba seguro era de que nunca en su vida iría al dentista, era horríble.

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—¿Seguro que no vienes con nosotros Kookie? —preguntó Jimin por última vez.

—Nop, no me siento muy bien, prefiero quedarme en casa. — Fingió el pequeño mientras sobaba su pancita.

—Jin hyung va a llegar en cualquier momento; ya lo conoces, así que no tengas miedo. Nuestros números están en el refrigerador, aunque Seokjin hyung ya los tiene... como sea, también está ahí la dirección del dentista. Hay un poco de sopa de verduras y puedes comer tres galletas, pero sólo después de comer. No estés todo el tiempo en la tabl..

El timbre interrumpió todos los avisos de Jimin.

—Debe ser Jin hyung, yo abro.

—Mira Kookie,   —Yoongi aprovechó la ausencia de Jimin para darle consejos más útiles al minino menor - Seokjin es fácil de manipular, pídele cualquier cosa y te la dará, porque estoy seguro de que siente una debilidad por ti y tus orejitas; sólo no hagas cosas tontas y cuídate. Prometo que no tardaremos.

Después de una revoltura de cabello cariñosa lo abrazó. Jimin había visto todo desde lejos y les permitió tener su momento, además, una calidez llenaba su corazón cada que algo así pasaba; Jin los observaba con la boca abierta, era increíble ver al híbrido naranja ser tan cariñoso con alguien que no fuera Jimin.

—Bien Kookie, es hora de irnos o llegaremos tarde. — Mientras que Jimin besó los cachetes de su hijo adoptado, Yoongi les dio un pellizco y agregó —Te queremos pequeño.

La pareja salió de la casa y el minino negro volteó a ver al guapo amigo de su papá, listo para retarlo a una partida de Overwatch.

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El doctor Zhang atendía a Jimin desde que era niño, sin embargo en esa ocasión era su hijo quien los iba a atender. Yoongi gruñía al lado de Jimin, porque si le preguntaban, creía que el chino le estaba coqueteando a su novio.

Jimin estaba a su lado, leyendo una revista de economía

—Yoongi, ya te dije que gruñirle a la gente es grosero.— Dijo de forma tranquila, utilizando un tono bajo y sin mirarlo, aún concentrado en el estado de la bolsa de valores.