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Cuando alguien quiere que algo pase, normalmente lucha para que se lleve a cabo, espera a que por arte de magia llegue a sus brazos o el destino lo quiera así. Harry es el primer caso. Niall es el segundo, a diferencia de que el rubio siempre dirá que no a todo.

Tal vez por eso, cuando el rizado llega corriendo a su lado, con esa típica sonrisa de siempre y le dice "Hey, Ni, este viernes habrá una fiesta en casa de Alan, es de Halloween, ¿quieres venir conmigo?", Niall simplemente y como es de esperarse, responde que no y cuando el otro comienza a preguntar porqué, se queda callado hasta que Harry entienda que no es no y no cambiará de opinión.

Ahora se encuentra sosteniendo un cuaderno que, semanas antes, Harry le había regalado para su cumpleaños número dieciocho. Es un cuaderno común y corriente, delgado y con hojas que tienen líneas para poder guiarse a la hora de escribir, la única diferencia de las libretas normales y corrientes, es que tiene el nombre de Harry y él puestos en la portada. Ese día, con su sonrisa y su rostro animado, Harry le dijo que la cuidara porque serviría cuando tuvieran recuerdos juntos. Niall creyó que era un estupidez, pero aún así le murmuró al menor que la guardaría.

Ya han pasado semanas, pero Niall no es lo suficientemente fuerte o valiente como para llevarse la libreta a casa y escribir algo. Sigue en blanco, escondida en su casillero, y pocas veces, cuando el castaño no está, la saca solo para que nuevas dudas se instalen en su mente.

¿Cómo es que Harry sigue intentándolo?

Le entra un poco de rabia. Harry sigue allí, a su lado, y Niall necesita huir de esas sensaciones antes de caer en lo horrible que se llama amor.

Dejando la libreta en el fondo de su casillero, lo cierra de golpe y recarga su cabeza en el metal, sintiéndose aliviado al notar aquel frío.

Le duele un poco la cabeza, pero es normal. Últimamente, le parece normal.

"Hey, Ni, ¿estás bien?"

No se gira, ya que de inmediato sabe de quién proviene la voz. Aleja su frente del casillero, antes de comenzar a caminar en la dirección contraria que Harry.

"¿Te sientes bien?"

"Sí" Murmura, solo para que el otro deje de preocuparse de él.

"Vale, entonces..." Harry parece inseguro de su bienestar, pero pronto se olvida de aquello y vuelve a su sonrisa de siempre "Estaba pensando en que podríamos vestir de The Avengers. Me gusta mucho esa película. Tú de Iron Man, o quizás yo, y uno de nosotros de Capitán América-"

"Ya te dije que no iré a la fiesta"

"Sabes que si no vas, de todas formas iré a buscarte a tu casa, ¿no?"

Niall no lo duda. Hubo una vez en que, de hecho, Harry tenía una presentación, y Niall no fue, o bueno, no quiso ir, pero media hora antes de la presentación, Harry se encontraba fuera de su casa, tirando piedritas e insistiendo tanto que al rubio no le quedó de otra que ir.

"No me gustan las fiestas" Responde, y esta vez se gira a mirar a Harry. Se sorprende un poco al ver una bufanda por el cuello de este, color vino, de lana y que parece lucir perfecta alrededor del cuello del rizado.

"La hizo mi abuela" Murmura el castaño, al notar la mirada de Niall en su nuevo ( o no tanto) accesorio "La tengo desde hace unos años, pero creí que me quedaría bonita hoy, ¿qué opinas?"

Niall no tiene ni la menor idea qué opinar sobre una bufanda.

"Está bien, supongo"

El rizado vuelve a sonreír, pero decide no hacerse muchas esperanzas con respecto a ello.

Aprender a amar [NARRY, AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora