¿Quién ha puesto a este ángel en mi camino?

309 20 14
                                    

Llegamos a un prado cerca de la gran mansión y nos bajamos del coche.

-La casa estará detrás de esos árboles- dije señalando- espera, tengo más experiencia que tú con estas cosas.

-¿qué quieres decir?- dijo Stefan deteniéndose para mirarme.

-Quien quiera que tenga a Elena iba a por Katherine en 1864 y antes de eso- dije razonando.

-¿Y?- preguntó

-Que tendrá al menos 500 años y mucha fuerza- dije- ¿seguro que quieres seguir?

-Por supuesto que quiero seguir- dijo Stefan.

-Si entramos ahí puede que no salgamos- dije.

-Pues entonces no saldré- dijo seguro.

-Que noble Stefan- dije sarcástico.

-No veo una razón mejor para morir- dijo seguro- pero si tú quieres quedarte aquí l entiendo

Se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección a la casa, sabía que debía ir con él, es mi hermano después de todo y la mujer a la que ama, no pude evitar pensar en que si fuese Bella no me importaría arriesgarlo todo por ella. Seguí a Stefan y planeamos cómo entrar en la casa.

Al acercarnos escuchamos como Elena trataba de negociar con un hombre por su libertad, una mujer estaba presenciándolo todo y parecía ayudar al hombre. Stefan y yo nos dividimos, él fue al segundo piso y yo me situé en la planta baja. Sacaríamos de ahí a Elena distrayéndolos.

-Aquí arriba- dijo Stefan haciendo que el hombre subiera las escaleras.

-Aquí abajo- dije oculto desde la planta baja antes de dispararle una estaca la cual atravesó su mano.

En ese momento de distracción cogimos a las dos chicas y las ocultamos.

Stefan se llevó a Elena y yo a la otra mujer a la que habían llamado Rose.

-A quien le puede interesar, si pensáis que podéis vencerme os equivocáis- dijo el hombre- no podéis, ¿lo habéis oído?

Mantuve a la chica contra la pared tapándole la boca para evitar que dijese algo.

-Repito, no podéis vencerme- dijo el hombre rompiendo algo en la planta baja- dadme a la chica cuando cuente hasta 3 o rodarán cabezas ¿nos vamos entendiendo.

Como era parte del plan Elena se expuso en lo alto de la escalera.

-Iré contigo- dijo para distraerlo- pero no hagas daño a mis amigos, solo intentan ayudarme.

-A qué intentas jugar conmigo- dijo el hombre acercándose a ella.

Elena le lanzó la granada de verbena y le explotó en la cara, lo extraño fue que no le afectó ni una décima parte de lo que debería. Se recuperó en unos segundos y continuó subiendo las escaleras para coger a Elena. Stefan le disparó repetidas veces con estacas pero el hombre apenas se inmutaba, como último recurso se lanzó contra él tirándolo por las escaleras y ambos cayeron rodando hasta los pies de la misma. Ese hombre se levantó y antes de que le pudiese hacer nada a Stefan me lancé contra él clavándole un gran estaca que él había hecho antes. Lo atravesé con esa gran estaca y se quedó clavado en la puerta, parecía que se estaba convirtiendo en piedra cuando me alejé de él.

Rose vio lo que había hecho y huyó.

-Deja que se vaya- dijo Elena desde lo alto de las escaleras.

-Ven aquí, ¿estás herida, estás bien?- dijo Stefan preocupado mientras la abrazaba.

Elena me miró y murmuró un gracias, asentí y miré mi teléfono, ya eran cerca de las 12:30 de la noche y nos quedaban unas 3 horas de viaje. Estaba deseando ver a Bella, pero pasaría primero a cambiarme, estaba manchado de sangre y polvo.

Durante el viaje de vuelta me limité a conducir y ellos no hablaron, supuse que Elena aún estaba algo conmocionada como para hablar de lo que había ocurrido y de quién eran esas personas.

En cuanto entramos en Mistyc Falls dejé a Elena y Stefan frente a la casa de ella y me marché a la mansión Salvatore para poder cambiarme y ver a mi ángel lo antes posible.

En cuanto entré por la puerta de la mansión percibí el aroma de Bella, ¿se había quedado esperando?, me acerqué al salón y todo estaba recogido, al no verla ahí presté atención y escuché su respiración acompasada en el piso de arriba, subí corriendo para comprobar que estaba bien y la imagen que vi al abrir la puerta me embelesó. Mi ángel profundamente dormido en mi cama envuelta en las sábanas con un libro a un lado suyo y una taza de té en la mesita.

Esa imagen tan cotidiana para alguno, pero tan extraña para mí me hizo feliz, ella estaba preocupada por mí y se había quedado esperándome, ¿cómo podía yo tener semejante suerte?

Me acerqué a ella sin hacer ruido, la tapé con la manta y puse el libro en la mesita junto a la taza de té, le di un ligero beso en la frente para no despertarla y cogí unos pantalones de pijama antes de bajar a ducharme al otro baño para no hacer ruido.

Terminé en un par de minutos y subí para acostarme junto a Bella, la rodeé con mis brazos y ella inconscientemente apoyó su cabeza en mi pecho, sentí como inhalaba mi aroma.

-Damon- susurro aún en sueños mientras sonreía.

Ese simple acto me hizo feliz, sabía que era yo aún dormida y sonreía al pensar en mí, ¿quién ha puesto a este ángel en mi camino?

Me quedé profundamente dormido entre sus brazos envuelto por su aroma y su calor.

Enamorada del ángel negroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora