La primera vez

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Dicen que la primera vez nunca se olvida. Y cómo hacerlo. Si en ese momento se viven casi todas las sensaciones y sentimientos existentes, desde el deseo mordaz hasta el arrepentimiento, desde el sutil enamoramiento hasta el odio manifiesto, desde la tenue caricia hasta el placer incendiario, desde la ligera molestia hasta el más agudo dolor.

¿Lo recuerdas, Gastón? ¿Recuerdas como temblaba después de pedirte que hiciéramos el amor?, ¿recuerdas que quería salir corriendo pero tus besos y caricias me detuvieron?  Yo lo recuerdo, como recuerdo la forma tan delicada como me quitaste la ropa, siento en el recuerdo tus besos en mi cuello, el escalofrío que atenuaba el calor de tus caricias, el dolor que me hacía soltarme de ti y tus manos conteniendo mi intento, tus susurros de la promesa por lo mejor que vendría, mis gritos encerrados en una garganta que no atinaba decir nada, tus jadeos, mis gemidos y el momento crucial en que creí desintegrarme ante tanto placer derramado.

Yo tenía 15 años y tú 17; era mi primera vez, mas no la tuya pero después dijiste que había sido la mejor y con eso me quedé.

Ahora cuando lo recuerdo cierro los ojos como queriendo revivir en cada célula de mi cuerpo la memoria de aquel momento que se aleja irremediablemente en el tiempo y que nunca, nunca más volveré a vivir.

Lejanas cercaníasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora