La primera vez que le habías visto creías que debía ser una broma, tú en verdad podías asegurar que todo eso debía ser una broma... ¿Quién demonios era este chico de cabello bicolor con una bufanda muy larga y un abrigo que parecía era muy caliente para estar usando ambos a mitad de Verano? Debía ser una broma... Debía ser todo parte de una mala broma.
-...Así que... Café negro ¿No? ¿Hay algo más en lo que pueda ayudarlo? - preguntaste mientras escribías el pedido que aquel joven te acababa de hacer en el pequeño bloc de notas para luego depositar este de vuelta en la bolsa de tu delantal junto al bolígrafo, la idea de que fuera una broma aún no se alejaba de tu cabeza, era mitad de verano y de pronto este chico que parecía estar vistiendo para soportar el invierno más frio había entrado a la cafetería en la cual trabajabas y sobre todo, acababa de pedir un café negro ¿Por qué no pedía una rebanada de pay o café helado? ¿Por qué tenía que pedir algo como eso? ¿Qué no se daba cuenta de que estaban a más de 30 grados? Lo peor no eran esas preguntas, lo peor era que tú en verdad estabas intrigada en él y su extraña apariencia (¿Su piel era así de pálida o era sólo maquillaje? ¿Era una cicatriz hecha con delineador la que tenía en el rostro?)
-....Su presencia no es necesaria ahora Mortal, retírese...- él te respondió... Que bien... Sobre todo también tenía complejo de Dios.
Si eso era una broma puesta por alguno de tus amigos por ser tu primera semana de trabajo en ese lugar estabas segura de que ibas a cortar una o dos cabezas, para ser una broma era demasiado rara (incluso para eso) y era que, completamente podías esperar cualquier tipo de cliente menos a alguien como él... Incluso tomando en cuenta las palabras de uno de tus amigos la semana anterior a esa "¿Trabajaras en un café? Ten cuidado, porque nunca sabes cuándo un loco pueda cruzar la puerta"...Si eso era una broma de esta persona... Diste un suspiro antes de volver tu atención de vuelta al chico, asintiendo para hacer una ligera reverencia. -En seguida traeré su pedido señor, por favor aguarde...- y con esas palabras te alejaste para poder dejar el pedido a quien correspondía, si cualquiera de las personas que conocías creía que mandar a alguien disfrazado de "eso" iba a hacer que renunciaras a tu empleo o algo similar a esto estaba muy equivocado, no lo ibas a hacer, por nada ni por nadie.
-...Un café negro...- dijiste apenas habías llegado con aquella persona que se dedicaba a atender aquello, ella levantó su mirada y te miró confundida -¿Café negro?- te preguntó, si, a esta persona también le parecía extraño que alguien fuera a mitad de una tarde en verano a pedir algo como eso
-Ajá, es para un tipo raro que está por allá...- fue tu única respuesta antes de volver a tus ocupaciones diarias... A limpiar un par de mesas desocupadas, en realidad, pues no parecía haber mucha actividad ese día. Unos minutos fueron los que pasaron antes de que el café estuviera listo, lo cual no era algo muy tardado después de todo, sólo era cuestión de preparar un poco más o servir el que ya estaba en la cafetera, sólo unos pocos minutos en los que tú no te podías sentir más incómoda al tener que voltear, por algún motivo que ni existía, a verlo cada poco, se veía tan calmado haciendo quien sabe que ¿Podía ser que él fuera parte de una broma organizada por alguno de tus amigos? Probablemente... Quizás.
Con el café ya listo simplemente caminaste hasta donde lo habían dejado para posteriormente llevarlo hasta la mesa que ocupaba este joven, momentáneamente distraída con tus pensamientos hasta que llegaste a su mesa y colocaste la taza con su respectivo plato debajo, sonriendo como se te había pedido que hicieras -Lamento la demora, espero que el café resulte de su agrado...- dijiste para alejarte lentamente cuando... -¡Oh! ¡Es un hámster!- con un entusiasmo casi infantil declaraste al ver esa pequeña bola de pelos que salía de la bufanda purpura del contrario ¿Qué más podías hacer? Era un hámster... Cualquiera se emocionaría al ver uno... Bueno, al menos tú lo harías, te gustaban los animales, te gustaban los hámsteres, eran tan tiernos, tan adorables, tan....
-¿Hámsteres?- mirándote desde abajo y en su lugar en la silla él cuestionó, captando por completo tu atención en lo que casi sin pensar estabas a punto de tomar a aquel pequeño animal sin siquiera tomar en cuenta como reaccionaria el chico de cabello bicolor. -Se debe referir a los Cuatro Dioses Oscuros de la Devastación...- el ceño que hasta ese momento parecía había estado fruncido permanecía encima de su rostro.
-¿...Ah?- la confusión era parte de tu rostro a diferencia de él.
-Se debe referir a los Cuatro Dioses Oscuros de la Devastación, mortal... Son pequeños contenedores de un poder ilimitado, su presencia es...- Comenzó a decir él, ocasionando que ladearas la cabeza cada vez más y más, perdiéndote en algún punto de su descripción de ellos (que hasta ese momento tú sólo habías podido ver uno) y cuál era su poder y blah blah blah, si alguno de tus amigos quería asustarte o incomodarte vaya que lo había hecho con ese tipo.
-¿Qué demonios eres?- cortaste su conversación (que más bien parecía que estaba dando un monologo) para preguntar aquello, ya un poco irritada, pues no todos los días iban tipos como ese a la cafetería, sorprendida ante todo.
Él levantó una ceja en la intriga al escuchar eso, chasqueando la lengua antes de, sin ningún aviso, ponerse de pie y golpear con ambas palmas de la mano la mesa, provocando que un poco del café se derramara, unas cuantas gotas, apenas.
-¿Qué demonios es lo que soy?- con la mirada baja repitió tus palabras, no podías definir cuál era su expresión en ese momento, y era que apenas y esta se notaba... Tal vez lo habías ofendido, tal vez estaba triste o enfadado, tal vez...
-¡Fuahahah!- de pronto levantó su mirada, alejando las manos de la mesa para colocarlas a sus costados con las palmas hacia arriba por un lado de la cabeza en una posición por demás dramática -¡Yo soy el absoluto soberano del hielo! ¡El Dark Overlord! ¡Poseedor de los Cuatro Dioses Oscuros de la Devastación! ¡Acreedor de los más temibles poderes del inframundo!- exclamó, provocando que dieras un paso hacia atrás mientras sólo podías observar como 3 hámsteres salían por su bufanda, el primero, uno de tamaño promedio color café claro con lo que parecía ser el pecho blanco al que ¿Le faltaba un pedazo de oreja? , este era el que se había colocado encima de la mano vendada del muchacho, el segundo era uno bicolor, blanco y naranja, blanco de la parte del pecho y naranja de la parte del lomo, este se había colocado encima de la otra mano, el tercero era uno por completo naranja que era más grande que los otros dos, este se había colocado encima del hombro de aquel que se había presentado como "El Dark Overlord" y por ultimo... Otro parecía deslizarse desde el centro de su bufanda hasta uno de los extremos de esto, permaneciendo allí aparentemente dormido... Que tipo más peculiar el que te habías encontrado.
-¿Qué...?- preguntaste mientras la duda seguía allí en tus ojos, sin alejarse ni siquiera un poco.
-¡Mi nombre es Gundham Tanaka! ¡Asegúrese de recordarlo! ¡Pues algún día el gobernante de este mundo seré!-
...Y había sido suficiente... Habías tenido demasiado de esa broma que era de todo pero no era gracioso -...Okey "Dark Overlord", hasta que ese momento llegue sólo disfrute de su café, gracias por su compra, estoy para servirle...- dijiste y con eso te marchaste, la persona "equis" que había conseguido a ese tipo raro para que te hiciera una broma había hecho un gran trabajo, él, el tal Gundham Tanaka era en verdad alguien bastante peculiar.
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Conjuro. (Gundham Tanaka x Reader)
FanfictionResumen: Durante el verano consigues un trabajo en una cafetería local, los primeros días es todo aburrido hasta que cierto hombre de apariencia peculiar llega a ordenar una taza de café negro, quizá lo que encuentres en esa cafetería sea mucho más...