Conjuro. (Gundham Tanaka x Reader)

El edén, vuestro edén.

No eras ingenua, por supuesto que no, entre una y un millón de palabras que podían describirte claramente no estaba esa, al menos no del modo común... ¿Cuándo había sido la última vez que alguien te había llamado ingenua? ... No lo sabías o no lo recordabas, aunque... Probablemente la última persona que te había dicho eso tenía todo el derecho de repetirlo, después de todo en ese preciso momento estabas siguiendo a un tipo que se podía decir apenas conocías, alguien que no parecía estar muy bien en cuanto a lo mental se trataba y que además de la nada parecía que te había elegido para que fueras la hechicera de su supuesto ejército.

El camino parecía hacerse más largo de lo que hubieras creído en un principio, dudando ya en ese momento y pasados unos minutos, pues con ese tiempo ya no parecía tan buena idea el seguirle a dónde fuera que te estaba llevando. El silencio era lo único que acompañaba a ambos, ambos incapaces de hablar y sin tener en claro que decir si a alguno se le ocurría abrir la boca, así hasta que ese camino que aparentaba iba a seguir en línea recta tomó una pequeña desviación con Gundham girando hacia la izquierda en una esquina, guiándote hacia un largo y nada amplio callejón escasamente iluminado... Si tus piernas no habían temblado antes ya lo estaban haciendo en ese momento... Sólo a un loco se lo ocurriría llevar a una chica como eras tú a un lugar como ese, sólo a un loco del cual apenas conocías el nombre y ni siquiera estabas segura de sí este era el real o no.

-Eh... Tanaka...- Por fin después de unos minutos de permanecer en silencio decidiste que era el momento de hablar, no era como si te estuviera sujetando de la mano o algo similar a esto, podías marcharte en cualquier momento si así lo querías... Era simplemente que considerabas necesario el despedirte antes de hacer algo como tal, no estaba bien alejarse así como así y menos de alguien que a pesar de lo que parecía no había mostrado ninguna señal de querer dañarte. -...Creo que va siendo hora de marcharme... Olvide algo en casa y...-

-El excusarse es inútil y el arma menos letal de todas, hechicera- rápidamente él interrumpió –Sus excusas vagas son, sus palabras se deslizan de una manera tan rutinaria que la simple mención de ellas es causa del destierro...-

Tragaste saliva, su manera de hablar no ayudaba mucho a que entendieras algo de lo que estaba diciendo o intentaba decir.

-Tanaka... Yo...-

-...Sin embargo... Corre con la fortuna y bendición de criaturas que sólo el ojo permisivo puede observar, su sangre que en gritos eternos pide la purificación me impide hacer algo como tal...- él dejó escapar un suspiro mientras una sonrisa ladeada tomaba su lugar encima de tu rostro, eso junto a tus cejas que delataban la intriga.

-¿No seré desterrada?- quisiste saber, tu expresión estaba ahora entre el miedo y la diversión, siendo esto posible. Gundham era la persona más llamativa que habías conocido en un largo tiempo y así como pensabas en llorar y salir corriendo querías echarte a reír y abrazarlo por la espalda pidiéndole que se detuviera, que te estaba asustando... Él era tu amigo, ¿No? ¿No se suponía que esa eran las cosas que hacían los amigos? ...No era posible que se tratara de un hechizo como él aseguraba era, tú no eras ninguna hechicera y tal vez esas cosas ni existían... Aunque... La posibilidad nunca quedada de más.

-No por ahora...- El "Dark Overlord" respondió, girando un poco su cabeza y por encima de su hombro para mirarte -¿Su atrayente mirar está listo para observar aquello que ningún otro mortal sería capaz de observar en toda su miserable y decadente existencia?-

Miraste a tu alrededor, al parecer ya estaban saliendo de aquel callejón, vaya que el tiempo había pasado rápido con esa conversación que había sido realmente corta o al menos así parecía que había sido.