Capítulo 8 - Mentiras.

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Narra Flor.

Miró por la ventana de la limusina, rápido puedo darme cuenta de que he llegado a la ciudad. Respiró hondo y repaso mi plan una y otra vez.

—Señorita Flor, hemos llegado —añade el chofer abriendo la puerta.

Le sonrió levemente y me dispongo a bajar, él me entrega mi maleta y yo le indico que me deje sola, ya que tengo demasiadas cosas que hacer.

Caminó hacia la puerta principal de mi gran casa y la abro rápidamente, entro y coloco mi maleta sobre el suelo y tomo asiento en el sofá.

—¡Piensa Flor! Piensa —me digo a mi misma.

Respiró hondo y caminó hacia la puerta, tomo las llaves de mi auto y salgo de la casa. Subo a mi auto y rápido empiezo a conducir.

Una sonrisa se forma en mi rostro al ver que no hay personas en la plaza, creo que aquí será donde mis amigos desaparecieron mágicamente.

Ahora sólo queda ir a mi casa a dormir, ya que mañana es un día de escuela, donde tendré que poner a prueba las clases de actuación que pagaron mis padres hace tres años.

***

Abro los ojos lentamente, me pongo de pie y veo mi celular, abro los ojos al ver que tengo demasiadas llamadas perdidas de diferentes números, respiró hondo y lo dejo junto a mí.

Camino hacia mi armario y comienzo hacer todo lo que hago antes de ir a la escuela, vuelvo a escuchar mi celular y rápido corro a contestar.

—Hola, ¿Quién habla? —preguntó rápidamente.

—Hola Flor, soy Diana la madre de Ron, me preguntaba ¿Cuándo regresarán del viaje? Ya que estoy muy preocupada le llamo a Ron y él no me contesta.

Suspiró profundamente, es hora de comenzar a mentir, espero no me note nerviosa.

—¿Cómo que no le contesta?, hemos regresado ayer en la noche, supuse que ya debería estar su hogar.

—¿Qué? Él no regresó ayer, pero ya intentaré llamarle de nuevo, tal vez fue a quedarse a casa de Pablo o Juan, gracias de todos modos.

—No hay de qué señora Diana, yo también intentaré llamarle.

Frunzo el ceño, mientras colocó el celular junto a mí, respiró hondo y continuó con mi rutina de antes de ir a la escuela.

Al terminar tomo mi mochila y subo a mi auto, arranco y me alejo de mi gran casa, pasó nuevamente por el parque para asegurarme en que lugar supuestamente deje a los chicos ayer, mentiras, mentiras y más mentiras.

Detengo mi auto en el estacionamiento de la escuela, bajo del auto y todos me miran fijamente como de costumbre, de seguro me tienen envidia.

—¡Flor! —escuchó que alguien grita detrás de mí.

Doy vuelta y veo al hermano de Ron, sino mal recuerdo su nombre es Carlos, se ve tan tierno, ideal para ser mi primera víctima.

—Hola, ¿Carlos? —le digo confundida.

—Sabes mi nombre... Bueno eso no importa, te busque porque Ron no ha regresado a casa, ¿Sabes dónde podría estar? —él me pregunta angustiado.

—No, no sé dónde podría estar, ayer deje a los seis en la plaza, de allí no supe a donde irían —le susurró, mirándolo fijamente.

—Está bien, buscaré a sus amigos —comenta Carlos para luego alejarse.

Caminó hacia la puerta principal de la escuela, entro y rápido me dirijo como acostumbró al baño.

Psicópata por herencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora