Capítulo 27 - Acoso.

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Narra Milena.

Marcos detiene el auto fuera de una casa, la puerta se abre y por ella sale Cecilia, quien comienza a caminar por la acera.

—¡Síguela! —añado un poco molesta.

Marcos asiente con la cabeza y arranca el auto, conduciendo lento junto a esa chica, espero no se dé cuenta, ya que tenemos que llevarla con Flor cuanto antes.

—Se ha detenido —susurra Marcos deteniendo el auto.

—¿Qué piensa hacer?, ¿Sera que nos descubrió? —pregunto, mirando a Marcos.

Él niega con la cabeza y luego ríe un poco, ya que Cecilia tan sólo paso por Airam, ya tenemos a las dos perras juntas, podríamos tomarlas ahorita mismo.

—¡Iré por ellas! —comenta y abro la puerta del auto.

Rápidamente la cierro al ver a un chico acercarse a ellas, si mi memoria no me falla, es Santiago, amigo de Carlos.

—Tenemos que esperar un poco más —le susurro a Marcos.

Los tres chicos comienzan a caminar, nosotros nos quedamos un momento detenidos, para que ellos no se den cuenta que los estamos siguiendo.

—¿Crees que hoy Carlos encuentre el cuerpo de su hermano? —pregunta Marcos junto a mí.

—Eso esperemos, ya quiero ver su cara de asombro al ver a su hermano muerto en su habitación.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro al recordar el día que colocamos el cuerpo de Ron en su habitación.

Un día antes...

Marcos detiene el auto fuera de la casa de Carlos, yo bajo rápidamente y caminó hacia la puerta.

—Parece que no hay nadie —añado sonriendo.

Marcos se dirige a la cajuela y la abre, saca la bolsa negra y la arrastra hasta la entrada, le indico que guarde silencio, ya que veo a alguien caminar dentro de la casa.

—¡Oh dios, la madre está aquí! Anda al patio rápido —empujó a Marcos hasta estar en el patio.

Respiro hondo y checo que la puerta trasera esté abierta, por suerte lo está, tan sólo tenemos que esperar a que salga y listo.

El teléfono de la casa suena y ella se dirige a el, lo toma y se dispone a hablar.

—Hola, ¿Quién habla? —pregunta ella en el teléfono.

Veo su rostro de emoción, pero a la vez de angustia, tal vez sea algún familiar o Carlos diciéndole que ya entrego la maldita pulsera.

—¡En unos minutos voy por ti Sergio!, Carlos se pondrá muy feliz de verte.

La madre de Ron dice eso y cuelga el teléfono, veo que corre de un lado a otro, toma unas llaves, creo que son de su auto y sale por la puerta delantera.

—Es la hora —añado con una sonrisa en el rostro.

Abro la puerta y los dos entramos, me imagino que la habitación de Ron está arriba, así que subimos las escaleras de prisa.

Abro una puerta y efectivamente puedo saber que es la habitación de Ron, por fotos que tiene con sus amigos y Flor.

—¡Rápido!

Marcos saca el cuerpo de la bolsa y lo coloca en la cama, coloca la cabeza en el cuello y lo cobija a medio torso.

—Esta familia se llevará la sorpresa de su vida —comenta Marcos riendo un poco.

Actualidad...

Veo a Cecilia, Airam y Santiago sentarse en una parada de autobús, podríamos secuestrarlos aquí a los tres, pero hay demasiada gente.

—Será otro día cariño —menciona Marcos dándome un beso en la mejilla.

El teléfono suena y rápido lo contestó, es una videollamada de Flor.

—¿Qué pasa cariño? —le preguntó confundida.

—Mamá estoy esperando, ya no aguanto más estar aquí encerrada —dice Flor enojada.

—Tienes que esperar un poco más, tienes que hacerlo —le digo y cuelgo el teléfono.

Suspiro profundamente, mientras nos alejamos de este lugar, ya que hoy no podremos secuestrar a esos chicos.

***
Narra Carlos.

Tomo mi mochila, se me está haciendo un poco tarde para la escuela, caminó a la habitación de Ron, tengo que buscar una memoria USB que necesito para mi clase.

Tomo la manija y abro la puerta lentamente, tendré que buscar en el desastre que hay en su cuarto.

—¡Carlos baja rápido! —grita mamá desde el piso de abajo.

Suelto la manija y corro a las escaleras, me despido de mamá y de papá, salgo de la casa y veo a Maritza y Rosa esperándome.

—Lo siento, me desperté un poco tarde —les digo angustiado.

—No te preocupes, ya mandamos a Santiago a interrogar a Cecilia y Airam, esperemos que les saque información sobre Flor —añade Rosa emocionada.

Los tres comenzamos a caminar, tendremos que ir caminando, ya que el camión escolar ha pasado.

Minutos después de caminar llegamos a la escuela, puedo ver a Santiago caminar detrás de Cecilia y Airam.

Rosa y Maritza se desvían hacia el baño y yo me acerco a Yulma, quien es mi compañera con el trabajo de la memoria que no traigo.

—¿Por qué tan tarde? —pregunta ella riendo.

—Me desperté tarde, no traigo la memoria —le digo un poco preocupado.

—No te preocupes, ahorita consigo una —menciona Yulma entrando al salón de clases.

Yo la sigo y veo que camina hasta la banca de Ana, le habla por algunos minutos y veo que Ana le entrega una memoria a Yulma.

—¡Chicos tomen asiento! —agrega la maestra Dulce entrando al aula.

Yulma y yo caminamos a nuestros asientos, ella me muestra la memoria y yo sonrió grandemente.

—Espero hayan traído la memoria, ya que es de suma importancia que les envíe la rúbrica para este proyecto que es muy importante para su calificación —menciona la maestra.

***
Narra Flor.

Caminó de un lado a otro en esta casa de campo, veo a Valeria, Marisol y Pablo tan agobiados que decido acercarme a ellos a molestarlos un rato.

—¿Cómo creen que reaccionó Carlos al encontrar a Ron en su habitación?

Los tres me miran aterrados y se limitan a contestar, algo que rápido logra enojarme aún más de lo que ya estoy.

—¿Creen que estar aquí es divertido para mí? —les gritó y les doy algunos golpes en la cara.

—Tranquila Flor, nosotros sabemos que no es divertido estar aquí y menos contigo —comenta Valeria sonriendo.

—¿Crees que no soy divertida?, Sonia tráeme el arma de sedantes —mencionó, mirando la puerta de la cocina.

Sonia sale de allí y me entrega el arma de sedantes, Valeria se queda callada, mientras yo le disparo un sedante.

—Ahora si estoy divirtiéndome —añado sonriendo.

Lanzo un sedante más a Pablo, luego a Marisol. Esto no es suficiente, así que le apunto a Sonia con el sedante y le disparo.

Unas tremendas ganas de reír se apoderan de mí, comienzo a reír tan fuerte al ver a todos inconscientes.

Psicópata por herencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora