Capítulo 34 - Auto.

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Narra Carlos.

Abro los ojos rápidamente y me doy cuenta de que un nuevo día ha llegado, hoy tenemos que convencer a Ana que nos lleve en su auto a la casa de campo.

Me pongo de pie, entro al baño y rápido tomo un baño. Al salir me colocó mi ropa y bajo a desayunar.

—¡Buenos días padres! —añado, tomando asiento alrededor de la mesa.

—Buenos días Carlos —sonríe papá un poco.

En cambio, mamá, tan sólo me sonríe y coloca mi desayuno en la mesa, desde que nos enteramos de la muerte de Ron, ella ha estado muy deprimida.

—¡Me voy a la escuela! —les digo.

Me pongo de pie, tomo mi mochila y salgo de la casa, veo todo mi alrededor y comienzo a caminar por la acera.

Minutos después llego a la escuela, puedo ver a Santiago entrando, así que apresuró el paso y lo alcanzo.

—¿Ya encontraste a Ana? —me pregunta Santiago.

—Claro que no, apenas llegue —le digo, comenzando a reír.

Los dos nos detenemos por completo al ver al director parado frente a nosotros, quien tan sólo nos observa fijo.

—¡Chicos!

—¿Qué pasa señor director? —le preguntó confundido.

—Tengan cuidado, me he enterado de lo que paso, por sus acciones Maritza fue secuestrada —añade el director, para luego seguir con su camino.

Veo a Santiago con un poco de confusión, luego sigo mi camino al salón de clases.

—¡Buenos días chicos! —agrega la maestra Dulce entrando al salón.

Observo a Santiago junto a mí, y a Yulma del otro lado, ninguno de los tres hemos logrado encontrar a Ana.

—¿Dónde creen que este? —me pregunta Yulma.

—No lo sé, siempre la veía en el pasillo —agrego un poco preocupado.

La clase transcurre como de costumbre, un poco aburrida, lo único que quiero es ya salir e ir a la casa de campo a salvar a nuestros amigos.

El timbre suena, Santiago, Yulma y yo rápido salimos del salón de clases, caminamos por los pasillos de la escuela intentando encontrar a Ana.

—¡Oh por dios la veo! —grita Yulma corriendo hacia ella.

Santiago y yo corremos detrás de ella, hasta que nos detenemos por completo, el detective Simón se ha colocado frente a nosotros.

—Jóvenes, quiero hablar con ustedes —menciona él, angustiado.

***
Narra Flor.

Mamá, papá y Sonia colocan el cuerpo de Cecilia en una bolsa, yo tan sólo los observo fijamente.

—¿Cuándo irán a tirarlo? —les preguntó confundida.

—Cuando sea seguro, recuerda que la policía nos busca por el secuestro de las chicas —mamá camina hasta mí y me da un beso en la mejilla.

Yo rápido me quito y veo hacia la puerta fijamente, yo quisiera tomar el auto e irme de aquí, estoy cansada y aburrida de estar aquí.

—¿Llevaremos a los chicos a la habitación? —pregunta papá confundido.

—Si, estoy cansada de asesinar.

Ellos me observan, luego toman una silla cada uno y la arrastran, yo tomo a Pablo y lo arrastro.

Psicópata por herencia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora