♣ Passato Doloroso ♣

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-Hmm... ¿Mila? - dijo sorprendido al encontrarse a su antigua compañera de practicas. - Valla, si que has cambiado, bruja.

-Eh, no he cambiado tanto, no como tu... ¡¿y a quien llamas bruja?!
Hubo un pequeño silencio entre ambos ante aquello, luego se empezaron a escuchar las pequeñas carcajadas que emanaban ambos. Mila había dejado crecer su cabello rojizo, el cual llevaba hasta la cintura. Su altura seguía siendo igual o poco mas de dos centímetros mas alta. En cuanto a Yuri, había dejado crecer su cabello y su altura era de mas o menos 1.78 metros.

-¡¿Cuándo fue que volviste? - le preguntó. - ... Y no avisaste que volverías!

-De hecho, hace unas horas que llegue. Mi abuelo fue a recogernos al aeropuerto.

-Je, de igual forma, eso no justifica el que no avisadas de tu regreso - dijo la mujer indignada.

Yuri solo dejo salir un sonoro suspiro y continuó. -Para que no estés sentida, ¿Qué te parece si te platico todo mientras tomamos una buena taza de café? Yo invito - le ofreció. La otra dejo su resentimiento de lado y acepto su invitación.

Atravesaron por todo el parque hasta llegar a una cafetería que se encontraba cruzando la calle. Ahí dentro, tomaron asiento en unos sillones individuales que se encontraban casi frente a frente y en medio de estos, una pequeña mesa de centro adornada con unas velas y un pequeño tripie sosteniendo un par de menús. Los tomaron y comenzaron a verlo; a los segundos, llego la mesera.

-¡Buenas noches! - pregunto alegre la joven - ¿Qué les puedo ofrecer esta noche? - les pregunto sacando una pequeña libreta de su delantal y también sacando una pluma de este, lista para tomarles la orden.
-Yo voy a querer~... un capuchino y un pay de queso y fresa -dijo Mila dejando el menú nuevamente en el tripie.

-Capuchino y pay de fresas - repetía mientras lo anotaba -... ¿Y usted, señor? ¿Qué es lo que va a ordenar? - pregunto nuevamente la empleada.

-Un americano y una rebanada de pastel de chocolate - contesto cortante, y era por el simple hecho de haberlo llamado señor por esa chica. Realmente eso le molestaba.

-...chocolate. Bien, en un momento se los traigo. - dicho esto, se retiro.
Mila solo dejaba salir pequeñas carcajadas.

-¿¡De que te ríes, Vieja Bruja!? - Mila no le presto atención al apodo.
-Te dijo... señor - decía entre , carcajadas, moderando el volumen de su voz para no molestar a los otros clientes que se encontraban en la tienda.

El rubio solo se irrito aun más con aquello.

-¡Ya guarda silencio de una maldita vez, pareces foca epiléptica!

-Ya, ya - tranquilizo su respiración. - ... me calmo.

-Gracias.

-¡Gracias por esperar! - llego la meseta nuevamente, pero esta vez con lo que ellos le habían pedido. Puso los cafés y rebanadas de pay y pastel en la mesita. - Cualquier cosa que necesiten llámenme. - dicho eso se retiró.

-Bueno, por lo menos no te llamo señor esta vez - bromeó la pelirroja.

-Jajá, que graciosa, Babicheva -le dijo con sarcasmo.

Tomo la taza que le correspondía y le dio un buen sorbo.

-Ahora si, cuenta - dijo ella dándole una probada al pay de queso y fresas. -... ¿Cuál fue la verdadera razón por la que te fuiste tan repentinamente?

Eso era algo que muy pocas, por no decir ninguna, persona sabia. Pero estaba dispuesto a ponerle punto final a aquel mal recuerdo del pasado. Tal vez contándole a Mila, su carga ya nos seria grande, ¿cierto?

♣ Destinato A Voi ♣©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora