4. On Ice

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Lo de ayudar con las últimas cajas de la mudanza no estaba mal del todo.

Pero en cuanto tuvieron que mover la caja que contenía los premios, medallas y trofeos de Viktor se vieron en problemas.

Las cosas que se había ganado el peli gris eran tan locas y excéntricas como su dueño.

Por no hablar de lo pesadas que eran juntas.

—Entonces...

Podía saber exactamente lo que diría el peli gris, por ello se adelantó.

—Tus trofeos, tu problema.

—Yurio...

—No.

Con eso dicho dejo que ambos adultos se encargarán de ello.

—Yurio al menos trae la última caja.

Gruño pero no se negó, al fin y al cabo si él también iba a vivir allí tenía que ayudar.

Pero al ver exactamente qué era lo que ayudaba a llevar al apartamento lo enojo terriblemente.

No era precisamente una caja pesada, y era extraño tomando en cuenta su tamaño que era bastante considerable.

Abrió un borde sin cuidado alguno para echar un vistazo.

No sabía porque se sorprendía de que Viktor empacara cosas tan inútiles como sus viejos trajes de patinaje.

Pero realmente lo enojaba puesto que él fue quien no le dejo llevarse consigo el enorme oso de peluche que Otabek le había regalado por ganar el oro.

Subió los dos primeros pisos con tranquilidad, hasta que llego al comienzo de la escalera del tercer piso donde Victor estaba parado.

Lanzo la caja con todas sus fuerzas, pero el mayor la esquivó.

Y ahora la caja se hallaba en manos de un completo extraño.

Pequeños detalles, pequeños e importantes detalles.

Subió con calma las gradas para decirle algunas cosas a Viktor.

—Oi, Viktor idiota ¿Exactamente que de esencial tiene el contenido de esa caja?

—Eeehh... es para mí... ¿Salud?

Ya se estaba poniendo en posición para atacar cuando lo levantaron tomándolo entre las axilas.

—Hey, cálmate...

La voz desconocida era gruesa y algo intimidante si le preguntaban, pero Yuri no se dejaba asustar tan fácilmente.

—¡Cállate! No es tu problema.

Sintió como el agarre flaqueaba hasta que el más alto decidió dejarlo en el suelo.

—Perdona a Yurio, es de mal carácter por naturaleza.

—No, está bien, supongo que tiene razón.

Ahora que lo veía bien Yura se daba cuenta de que aquel extraño era increíblemente alto, incluso más alto que el mismo Viktor.

Su cabello y ojos eran de un inusual color rojo oscuro y la forma de sus cejas era completamente extraña.

—¿Quién demonios eres?

—Kagami Taiga.

Adoraba el hecho de que no le recriminase por su rudeza.

—Eres muuy alto ¿Qué edad tienes? -Viktor paso uno de sus brazos a su alrededor, gesto al cual no sabía cómo responder.

—Dieciséis.

Tigers' Matters | YAOI | KnB × YoI |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora