Capitúlo 3

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-El rubio no podía ni moverse ni hablar, y por un instante se preguntó si la oscura figura que tenía frente a el no sería un producto de su afiebrada imaginación. Había pensado y soñado con el azabache, lo había sentido cada minuto de aquellos días y noches in-terminables que habían estado separados, pero aquel hombre de carne y hueso era mucho más poderoso y real que sus amargados recuerdos.

-¿Puedo pasar? Aquí afuera hace tanto calor que se podrían freír huevos al sol. - preguntó el Uchiha sacándolo de sus pensamientos. Pero Naruto no podía responder y luego, cuando observó que su boca articulaba unos sonidos que no alcanzó a oír , se dio cuenta de que se iba a desmayar . Su última versión de Sasuke , antes de que se lo tragase una especie de túnel oscuro , habría resultado divertido en otras circunstancias. Su fría e imperturbable expresión desapareció de inmediato para trocarse por otra diversión y alarma mientras se apresuraba a sostenerlo en sus brazos.

-Cuando volvió a despertarse estaba tumbado en el sofá del salón, y abrió los ojos para encontrarse con la mirada fría y furiosa del varón, de cuclillas a su lado.

-No has estado comiendo bien. Has adelgazado mucho. - habló con la voz fría e indiferente Sasuke.

Aquello era demasiado; el rubio ya no sabía si reír o llorar

-¿Que esperabas soy un ser humano normal y corriente, Sasuke; tengo sentimientos. Yo no puedo activar o negar mis emociones a voluntad. - expresó el blondo con molestia.

-¿Y yo si puedo? - le preguntó el Uchiha irritado.

-Pero Naruto no estaba dispuesto a dejarse intimidar; eso fue lo que se dijo mientras se sentaba en el sofá

-Sí -afirmó con amargura. Luego como si de repente hubiera tomado conciencia de la situación, inquirió desafiante-: Y a todo esto, ¿qué estás haciendo tú aquí? Se suponía que no tenías que saber que yo....

-¿Donde has estado escondido? Me he gastado una fortuna intentando encontrarte... - se interrumpió bruscamente, suspirando-. ¿Ya te encuentras mejor? -le preguntó Sasuke mientras hundía las manos en los bolsillos de los pantalones.

-¿Mejor? -por un segundo Naruto creyó que se estaba refiriendo al niño-. Sí, ya estoy bien. Es sólo... el calor -se apresuró a decir.

-¿De verdad? - Sasuke escrutó su pálido y demacrado rostro-. Pues tienes un aspecto terriblemente débil.

-Bueno , ahora que ya me has saludado y dedicado incluso un cumplido, ¿por qué no te marchas? No cuerdo haberte invitado a venir

-¿Habrías preferido que te hubiera dejado tirado en el umbral? - le preguntó Uchiha con tono despreciativo; ya parecía haber recuperado la panciencia.

-¡Pues sí! - luego al ver la manera en que Sasuke arqueaba las cejas, el doncel se corrigió-: No. Oh sabes lo que quiero decir.. Estaba perfectamente antes de que tú vinieras.

-¿Seguro? -preguntó Sasuke sin creerle.

-Quiero que te vayas, Sasuke. Quiero que te vayas ahora mismo. - señaló Naruto serio.

-Si acabó de llegar...- reprochó el varón.

-Hablo enserio -levantó la barbilla, mirándolo frente a frente.

-Sí, tal vez. Pero tenemos cosas de que hablar, Naruto, te guste o no.

-Ahí es donde te equivocas -replicó el blondo levantándose del sofá. En el pasado siempre se había resentido del hecho de que Sasuke le sacara más de quince centímetros de estatura, pero en aquel momento aquella diferencia resultaba humillante- no tenemos nada de que hablar. - refutó con indiferencia.

-¿Qué es lo que te pasa? -estalló Sasuke-. Escúchame de una vez.

-No me hables así -replicó Naruto con frialdad, procurando sobreponerse a la tensión que le revolvía el estómago-. Guárdate ese lenguaje para... -descubrió que no podía pronunciar el nombre de Sakura-.. para tus otras mujeres.

-En cierta forma Naruto aún no podía creer que le estuviera hablando al Uchiha de esa forma, como antes lo había hecho. Sasuke Uchiha siempre lo había amedrentado con su carácter implacable e inmisericorde con aquellos que se atrevían a contrariarlo pero ya se había aprendido la lección.

-Me niego a volver a tener esta conversación. Me vas a eschar, naruto, pero por el momento... lo que necesitas es comer.

-¿Comer? - lo miró como si estuviera loco-. No quiero comer nada, ya te lo he dicho.

-Y yo te lo estoy diciendo a ti -replicó Sasuke cruzando los brazos sobre su amplio pecho-. Mira, he estado viajando durante no sé cuántas horas y no he comido nada desde anoche. Estoy cansado hambriento, y ya estoy perdiendo la poca paciencia que me queda, ¿vale? Además, y a juzgar por tu aspecto, a ti no te sentaría nada mal una  buena comida. Y ahora... - levantó una mano con gesto autoritario cuando Naruto se disponía a protestar-... te prometo que una vez que hayamos comido, y hayamos mantenido una pequeña conversación me marcharé.

Quiero que te vayas ahora. -insistió obstinado.

No, dobe - negó el varón.

-No tienes ningún derecho a entrar así en mi casa como.... -se interrumpió bruscamente cuando Sasuke replicó, echando chispa por los ojos:

-Tengo todo el derecho del mundo. Soy tu marido...¿o es que te habías olvidado de es pequeño detalle?

-Sólo hasta que terminemos de tramitar el divorcio -se apresuró a señalar el rubio - Y..ya no uso mi nombre de casado.

-Es igual. Legalmente sigues siendo mi esposo, Naruto. - le recordó el Uchiha mirándolo con frialdad.

-Si sólo estuvimos casados un día..- replicó el rubio con el ceño fruncido.

-Y una noche -sonrió Sasuke con expresión sardónica-. No te olvides de la noche. Como si hubiera podido olvidarla. Con sus veinte años frente a sus treinta y tres, había sido presa fácil y Sasuke le había hecho vivir placeres inenarrables. A pesar de la precipitación con que había sido organizada, la boda había sido de ensueño , y cada momento había sido un prodigio de exquisito romanticismo. Pero la noche... la noche había sido de inolvidable pasión.

-El doncel recordaba haber estado muy nervioso cuando Sasuke cerró la puerta de la habitación del hotel y finalmente quedaron solos. Nervioso por su propia inocencia, por su probable incapacidad para satisfacer a un hombre mundano y experimentado como Sasuke.

"Flash back"

Había conocido a Sasuke Uchiha al día siguiente de regresar de Suna, donde había estado trabajando de manera solidaria en un orfanato antes de regresar en la universidad. Diecinueve años tenía en aquel entonces, y fue su madre quien los presentó. Uzumaki Kushina estaba celebrando una de sus pequeñas fiestas, oficialmente para homenajear el regreso de su hijo, pero en realidad porque le encantaban ese tipo de actividades sociales y aprovechaba cualquier pretexto para organizarlas. Incluso en ese momento  podía recordar la expresión satisfecha de su madre cuando advirtió la mirada de interés que el azabache le lanzó a Naruto no era consciente del verdadero motivo que tenía Kushina para desear una alianza matrimonial entre Uzumaki Namikaza y los Uchihas.

"Fin flashback"

¿Naruto? - la voz de Sasuke lo sacó de su pensamiento-. Supongo que esta casa tendrá cocina, ¿verdad?

-¿Una cocina? -inquirió, el doncel señalando luego con la cabeza el arco de entrada-. Sí , pero si insistes en quedarte a comer yo...

-Siéntate; me temo que lo necesitas -le ordenó el Uchiha con tono seco-. Ya preparé yo algo para los dos. Procura descansar antes de que comience la batalla, ¿de acuerdo? -No esperó respuesta alguna por parte de Naruto y se dirigió a la pequeña cocina. Sintiéndose muy débil Naruto volvió a sentarse en la mecedora. No era sólo que hubiera saltado el desayuno antes de la visita al médico; la culpa de todo recaía sobre Sasuke. Aún no lo conocía bien; eso tenía que reconocerlo. Su fugaz noviazgo y su rápido matrimonio habían constituido todo un acontecimiento público , y apenas habían podido estar solos durante meses anteriores. Se preguntó por qué aquello no había despertado sus sospechas... Era natural que las parejas recién comprometida quisieran estar solas, pero Sasuke no había expresado deseo alguno en ese sentido. Teniendo a Sakura a su disposición, ¿por qué habría de haberlo hecho?

Traición.. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora